El novio de la joven asesinada en Barakaldo dice que vivía atemorizada

  • El novio de la joven que en 2010 fue asesinada por su expareja en Barakaldo ha relatado que la chica llevaba cuatro años de "malos tratos continuos", aterrorizada por quien finalmente la mató, y que en el momento del crimen no tuvieron ninguna posibilidad de defenderse.

Bilbao, 31 may.- El novio de la joven que en 2010 fue asesinada por su expareja en Barakaldo ha relatado que la chica llevaba cuatro años de "malos tratos continuos", aterrorizada por quien finalmente la mató, y que en el momento del crimen no tuvieron ninguna posibilidad de defenderse.

Cristina E.B. fue asesinada en su domicilio en Barakaldo (Bizkaia) el 6 de diciembre de 2010 de una cuchillada en la nuca, crimen por el que se juzga a su exnovio, S.G.M., quien también está acusado de intentar asesinar al entonces nuevo compañero de la víctima, llamado Aingeru, en ese mismo ataque.

Este joven también atacado ha testificado hoy en la tercera sesión del juicio por este crimen, y ha relatado que el día del crimen entró junto a Cristina a su casa y "de repente notó un fuerte golpe por la espalda".

Cuando se giró y vio la cara de su atacante pensó que "ya sabía a lo que había venido", por lo que le suplicó que no le matara.

Logró quitarle una katana que llevaba el acusado, ha continuado, pero éste sacó un cuchillo y le apuñaló en el cuello, hiriéndole de gravedad.

"Todo fue muy rápido, en menos de un minuto y no hubo tiempo para intentar defenderse"; luego huyó para tratar de pedir ayuda mientras su novia se refugiaba en una habitación, ha relatado entre sollozos al recordar que finalmente el agresor logró matar a la joven.

Aingeru estuvo varias semanas hospitalizado por la sección de ambas venas yugulares y de los músculos del cuello, lesiones que le han dejado marcadas cicatrices y problemas psicológicos que le han impedido hacer vida normal y volver a trabajar hasta hace poco.

Ha explicado que meses antes del crimen, Cristina le había confiado que llevaba tiempo queriendo romper la relación con el acusado pero que "tenía miedo" porque le había amenazado de muerte reiteradas veces y le había dicho: "si me dejas, te monto en un coche, lo tiro por el puente de Rontegi. Yo salto y te matas tú".

Entonces, ha añadido, "la saqué del País Vasco" y "me la llevé a la otra punta de España" para que su agresor no la encontrara, así como le animó a que denunciara a su agresor; un mes antes del crimen ella acudió a la Ertzaintza y logró una orden de alejamiento, por lo que "ya más tranquilos" decidieron volver a Barakaldo.

Hoy también ha testificado el padre de la fallecida, quien ha explicado que la relación con el acusado había cambiado a su hija, que estaba "aterrorizada, como anulada, alterada, no era feliz" y por eso intentó en dos ocasiones denunciar ante la Ertzaintza "ese maltrato y ese acoso" que sufría su hija, convencido de que "algo podía pasar", pero las denuncias no fueron tramitadas.

Por otra parte, el jurado ha escuchado esta mañana a la madre y a los amigos de la cuadrilla del acusado, que han coincido en que les sorprendió que un juez ordenara una orden de alejamiento de S.G.M. hacia su exnovia, porque la relación entre ambos "era normal".

"Discutían como todas las parejas" han dicho, pero nunca vieron que el acusado le pegara, "al contrario, era un calzonazos", han asegurado, si bien el joven está cumpliendo en la actualidad una condena de 8 años por malos tratos a Cristina.

La jueza ha intervenido para recordar a los amigos del acusado que debían decir la verdad ya que sus testimonios contradecían lo que habían dicho en sus primeras declaraciones tras ocurrir el asesinato.

El acusado, que trabajaba como portero de discoteca, practicaba boxeo y valetudo, un arte marcial que consiste en "dar patadas y puñetazos", según sus compañeros de gimnasio.

Además, hacía escalada y los investigadores concluyeron que se sirvió de esa habilidad para descolgarse desde la azotea y acceder por el balcón al piso de la joven, donde le esperó para matarla.

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