El odio y el rencor llevan a matar a los hijos para hacer daño a la pareja

    • Un hombre mató este jueves a sus dos hijas de siete y nueve años y poco después se suicidó. Los expertos creen que actuó por odio y venganza.
    • La percepción de un ser humano de que todo se le acaba, que todo está contra él, generando una rabia incontrolable, un odio irracional, puede llevar al progenitor a asesinar a sus niño.
La exmujer del parricida lo denunció por maltrato y pidió una protección que le denegaron
La exmujer del parricida lo denunció por maltrato y pidió una protección que le denegaron

Este viernes un horrible crimen saltaba a las portadas de los diarios nacionales. Un hombre presuntamente mató ayer a sus dos hijas pequeñas a golpes con una barra metálica en Asturias, y poco después se suicidaba.

Según la investigación, los progenitores de la menores se habían separado hace unos meses y la madre ya había comenzado a rehacer su vida con otra personas, algo que no parecía llevar muy bien el presunto asesino.

Es difícil entender que lleva a un padre o a una madre a matar a sus pequeños, por los que en otro momento habría dado su vida. Tanto el psiquiatra forense José Cabrera como el psicólogo Javier Urra coinciden en que es el "odio puro" el que lleva a cometer estos terribles asesinatos con personas que ni siquiera se pueden defender.

Urra asegura que se trata de rabia, rencor. "La percepción de un ser humano de que todo se le acaba, que todo está contra él, generando una rabia incontrolable, un odio irracional, lleva al progenitor a asesinar a sus niños para hacer el máximo daño al cónyuge y se suicida después porque para él todo ha acabado y a la otra persona le queda un sufrimiento de por vida".

A pesar de que en algunos casos es la locura, los celos patológicos, los brotes psicóticos o los terribles efectos del alcohol y las drogas los que llevan a una persona a cometer estos actos, lo cierto es que en la inmensa mayoría es el odio el que dirige la mano asesina de un padre o una madre contra lo que, supuestamente, es lo que más quiere en este mundo.

El odio ciega, nubla y no permite percatarse de la realidad. La psicóloga Irene López-Assor explica que el suicidio posterior pone en relieve una enajenación mental transitoria y "cuando volvió a la realidad no pudo con lo que había hecho".

Esta experta destaca que este tipo de personas, por lo general, no aguantan el estrés emocional y de fracaso que supone un divorcio y "se les dispara una ira desmesurada. Por eso hay que trabajar cada vez más el control de las emociones y su gestión para evitar estos problemas. A veces son cuadros psicóticos que se heredan, y se resuelve con una medicación correcta".Entre 20 y 21 niños muertos a manos de sus padres cada año en España

Antonia Carrasco, presidenta de GenMad, denuncia que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad solo contabiliza las muertes de niños a manos de sus padres. Aquellos que son asesinados por su madre, no cuentan.

Según el Gobierno, una menor fue asesinada en Andalucía por su padre y al menos otros dos casos en Madrid y Cádiz están siendo investigados. Pero según GenMad, al menos 12 menores han sido asesinados por sus madres y no cuentan para el ministerio.

Carrasco asegura que ya ha solicitado que se haga una base de datos en los que se incluya los asesinatos de todos los menores a manos de sus progenitores, ya sean mujer u hombre. Señala que cada año de media en España mueren entre 20 y 21 niños asesinados por sus padres.

Uno de los casos que ha conmocionado este 2014 a comienzos de año fue el de una mujer que escapó de un hospital sueco con su pequeño de diez meses enfermo y en España fue detenida. En el hospital de Torrevieja, pidió bañar al niño, y en un momento de descuido de los profesionales sanitario lo mató.

O el caso de la parricida de Pilas, acusada de matar y congelar a sus dos bebés recién nacidos, que fueron localizados por su marido en dos congeladores en 2012.

Pero sin duda, uno de los casos que todavía pone los pelos de punta por su frialdad y crueldad, incluso dos años después, es el asesinato de los pequeños Ruth y José a manos de su padre José Bretón, que sin pensárselo dos veces acabó con la vida de los pequeños para hacer daño a la madre después de que esta le solicitara el divorcio.

"El odio puede al amor, y paga el más débil", señalaba por su parte Javier Urra. "La fuerza del amor es mucha; la del odio es incalculable".

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