El otro héroe de la mina Pozo Emilio del Valle lucha ahora por su vida en el hospital

    • Orlando González falleció en el momento, pero J.M.M. se mantiene unido a la vida en el Hospital de León.
    • A.A.H. y J.C.C., de 55 y 40 años respectivamente, se encuentras ingresados en la unidad de Cuidados Intermedios y presentan una "evolución favorable".
Cruz Roja envía a Pola de Gordón (León) un Equipo de Intervención en Emergencia de Atención Psicosocial
Cruz Roja envía a Pola de Gordón (León) un Equipo de Intervención en Emergencia de Atención Psicosocial
Laura Martínez

León se ha despertado este martes entre lágrimas. Ayer muchos se fueron a la cama esperando que con el nuevo día todo hubiera sido una pesadilla. Sin embargo, la realidad era otra. Las banderas a media asta y los familiares abrazándose a las puertas del hospital recordaban que seis mineros habían fallecido el día anterior en un accidente.

Además de los familiares de los fallecidos, hay cinco familias que rezan por la salud de los heridos. J.M.M. tiene 42 años y era el vigilante de seguridad de la mina. Él, junto a Orlando González, acudió a auxiliar a sus compañeros que estaban más adelantados. González falleció en el momento, pero J.M.M. se mantiene unido a la vida en el Hospital de León. Según el último parte médico, se encuentra sedado, con ventilación mecánica y en estado "grave".

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A.A.H. y J.C.C., de 55 y 40 años respectivamente, se encuentras ingresados en la unidad de Cuidados Intermedios y presentan una "evolución favorable". Por otro lado, tanto R.J.C.G., como A.V.A., de 38 y 43 años respectivamente, se encuentran en planta, estables y con evolución favorable. Por ello, los responsables médicos no descartan que alguno de los heridos que mejor evolucionan puedan ser dados de altas "en las próximas horas".

En relación al herido más grave, que continúa en la UVI, los profesionales médicos dicen ser "optimistas" sobre la evolución del paciente, siempre dentro de la gravedad, y, sobre las posibles secuelas, reconocen que es "pronto" aún para ofrecer un diagnóstico al respecto.Mañana se celebrará el funeral por las seis víctimas mortales

Sus nombres: Carlos Pérez, Manuel Moure, Antonio Blanco, Orlando González, José Luis Arias y Roberto Álvarez aún resuenan en las cabezas de los familiares y amigos. Todos saben que no se pudo hacer nada para evitarlo, aunque la rabia y la impotencia les hace preguntarse por qué mi padre, mi marido o mi hermano.

El Pabellón Polideportivo de Santa Lucía de Gordón (León) albergará este miércoles a las 11.00 horas una misa-funeral conjunta por los seis mineros fallecidos este lunes en el accidente del Pozo Emilio del Valle de la empresa Hullera Vasco-Leonesa.

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El obispo de León, Julián López, que en la tarde del lunes ya se acercó a las inmediaciones del lugar del accidente, será el encargado de oficiar la liturgia, según han informado a Europa Press fuentes del Obispado. Tras el acto, los restos mortales de los mineros serán trasladados a sus localidades de origen donde recibirán sepultura.

El Pozo Emilio del Valle de la empresa Hullera Vasco Leonesa se ha llevado seis vidas jóvenes y seis familias rotas por el dolor. Las Ventas de Albares es una de las localidades que se ha teñido de negro. De allí era Carlos Pérez, que estaba casado y tenía dos hijos, una niña de 16 y un niño de 13 años. Aunque vivían en León, prácticamente todos los fines de semana se acercaba al pueblo con su familia para visitar a sus padres. El último, este pasado, cuando se dejó ver en el bar para disfrutar del clásico entre el Real Madrid y el Barcelona. Un buen hijo, un buen minero y un buen hombre.

Orlando González es otro de los nombres. Este minero es considerado por varios de sus compañeros como un héroe, ya que perdió la vida intentando salvar a sus compañeros. El secretario de Acción Sindical y Salud Laboral de la Federación Estatal de Industria, José Vía, relata que Orlando estaba con en la misma galería donde se produjo la explosión. "Él estaba más retrasados que los cinco compañeros que murieron de manera casi inmediata.

En la mina se escucha todo a la perfección, por lo que cuando escucharon la explosión él y otro de sus compañeros, que está grave, fueron a socorrer a los mineros que estaban delante. Las prisas y las ansias por ayudar a sus compañeros y el no saber a lo que se enfrentaban provocó que no tomaran más medidas de seguridad por lo que también resultaron afectados por el grisú". Orlando perdió la vida, pero su compañero está ingresado en el hospital de León con pronóstico grave.

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Llevaba trabajando en la mina 12 años de los 44 que tenía. Era un minero muy conocido pues había participado en la última Marcha Negra. Vivía con su madre en La Pola de Gordón , aunque él y su familia son del pequeño pueblo de Paradilla. Su hermano vive en la localidad de Geras y conoció la noticia a través de varios compañeros que le trasmitieron la heroicidad de su hermano.

Un consuelo menor, sí, pero un recuerdo que no se borrará mientras haya un minero que baje a la mina. Orlando estaba soltero y llevaba más de doce años trabajando en la mina, jugándose la vida y sabiendo que en esta profesión el compañero es un amigo, un aliado al que hay que salvar. Aunque cueste la vida. Los vecinos de La Pola no le olvidarán.

"Se han ido seis grandes hombres y seis grandes personas. Mineros", era la frase más repetida en un pueblo, el de la Pola de Gordón sumido en el llanto y en el abrazo. Siempre había alguien hoy con quien consolarse de la tragedia. Un día negro en la historia de esta localidad que estará orgullosa de estos seis mineros que hoy dinero adiós y sobretodo de uno: de Orlando. El hombre que se salvó de inicio de la muerte, pero que se quedó en la mina para salvar la vida a sus compañeros. En su valentía y en su gesto encontró la muerte.

Manuel Moure era de Ciñera de Gordón. De familia minera, tenía 39 años y acababa de ser padre de una niña hace escasas semanas. Un hecho que ha dejado totalmente desechos a familiares y amigos. Era un apasionado de la montaña, una afición que compartía con su mujer. El caso de Manuel es el que más ha conmocionado a una opinión pública que ve a una familia recién formada rota en segundos, porque los mineros han muerto en solo unos instantes.

De Robles de la Valcueva (Matallana del Torío) era Antonio Blanco, de 42 años. Casado y con una niña, vivía en León pero casi a diario subía a su pueblo. Le quedaba muy poco para prejubilarse y poder disfrutar a tiempo completo de su mujer y su hija. De joven, empezó a trabajar ayudando a su padre que era pintor, pero pronto dejó la brocha y empezó a trabajar en la mina, como su hermano, que también trabajó en la Hullera Vasco Leonesa. La vida no le ha dejado disfrutar de todo lo luchado. Una vez más ha sido cruel.

La consternación también llegó a la localidad de Fontanos, del municipio de Garrafes del Torío. De allí era Roberto Álvarez que, con sólo 35 años, era el más joven de los fallecidos. "Era un chaval estupendo", aseguran sus vecinos, que todavía no se creen lo ocurrido y lamentan la situación en la que queda su mujer, con dos hijos pequeños, una niña de dos años y un bebé que nació este verano.

El único de los fallecidos del accidente del Pozo Emilio del Valle que no era de la provincia de León es José Luis Arias, un asturiano casado y con dos hijos que era natural del concejo de Pola de Lena y que se había trasladado para poder seguir trabajando en la minería. Todod ellos serán recordados para siempre en la Mina del Pozo Emilio del Valle. Como esto día, 28 de octubre, que ya está marcado con letras negras, de luto, en la historia de la minería española.

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