A cuatro días de cumplir los 81 años, el padre de Alfonso Basterra, Ramón Basterra, ha recibido la que probablemente es la peor decisión de su vida. Su hijo Alfonso y su exnuera Rosario Porto han sido condenados por asesinar a su nieta Asunta.
"Esto me pesará todo lo poco que me queda de vida", ha reconocido desolado ante las cámaras de Antena 3. Soy una persona tranquila, pero "en estos momentos tengo la moral en los pies".
Acto seguido, mostraba su conformidad con el veredicto unánime del jurado: "¿Qué voy a hacer? Ha ocurrido al contrario de lo que yo pensaba... qué remedio. Aceptar y callar". Recordó que en España ha habido "errores judiciales", pero afirmó que a pesar de ello sigue confiando en la justicia. Incluso animó animó a su hijo a seguir luchando por la vía jurídica. "La historia del coche es pura invención. No tengo pruebas, pero el oleaje se le ha puesto en contra en el juicio"."Mi vida va a acabar pronto"
Aunque todavía no se conoce el tiempo que Alfonso Basterra tendrá que estar en prisión, su padre se espera lo peor. "Tengo 81 años y sé que mi vida va a acabar pronto, pero pensar que mi hijo Alfonso tendrá que pasar 20 años en la cárcel... eso es terrible".
Ramón no se siente con fuerzas para visitar a su hijo en prisión. "No creo que pueda. Mi salud no es buena. Tengo problemas de corazón. No tengo valor para ir a verle, porque me puede costar la vida".
El programa Espejo Público le mostró las imágenes de su hijo Alfonso en el momento de escuchar el veredicto del jurado. Manteniendo la seriedad, Alfonso movía las manos, a veces se las echaba en la cabeza, y repetía gestos de negación. Ramón entendió que se encontraba "al borde de la desesperación".
No quiso valorar la situación de su exnuera Rosario Porto, que le atacó duramente en una carta. "Es increíble que tengas el valor de reivindicarte como abuelo amantísimo, cuando jamás ejerciste como tal", dijo en una de sus líneas. Le reprochó que no hubiera llamado ni una vez a su hijo Alfonso cuando viajó a China para recoger a Asunta, ni que hubiera regalado a la niña nada por su santo o cumpleaños. "Si fueras un ser humanos tendrías que sentirlo mucho: te perdiste el disfrute de una niña excepcional".
En aquel momento, Ramón manifestó su impotencia por no haber sido comprendido: "Siempre me llevé muy bien con ella y con toda la familia". Justificó su escaso contacto con Asunta en que es un enfermo que necesita oxígeno: "No puedo ir moviéndome de aquí para allá". Pero quería dejar claro que "todas las semanas había hablado con la familia por teléfono".
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