El Parlamento israelí abre una liza electoral con Netanyahu como favorito

  • La aprobación parlamentaria de elecciones anticipadas en Israel abre hoy una carrera por el poder de tres meses en la que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, parte como favorito, aunque el complejo sistema representativo siempre dicta su última sentencia.

Daniela Brik

Jerusalén, 16 oct.- La aprobación parlamentaria de elecciones anticipadas en Israel abre hoy una carrera por el poder de tres meses en la que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, parte como favorito, aunque el complejo sistema representativo siempre dicta su última sentencia.

La Kneset dio luz verde de madrugada, como se esperaba, a su disolución y al adelanto de los comicios al 22 de enero, tras un discurso que Netanyahu convirtió en el primero de su campaña al presentarse como garante de la "seguridad y el bienestar social" y con el que pidió apoyos para un tercer mandato, tras los de los años noventa y el actual.

El jefe del Ejecutivo israelí argumentó su decisión de adelantar las legislativas en la falta de acuerdo en torno a los presupuestos para 2013, pero no son pocos los analistas y políticos que advierten de que Netanyahu ha esperado al mejor momento, en que cuenta con gran predicamento, según las encuestas, para revalidar su liderazgo.

Su popularidad se ha visto reforzada tras su discurso sobre la necesidad de "fijar líneas rojas" al programa nuclear iraní ante la Asamblea General de la ONU el mes pasado, pese a su nada popular subida de impuestos y otras medidas para paliar los efectos de la crisis económica mundial.

Quizá por esa razón y sabedor de que la baza de la seguridad siempre es bien acogida por el electorado, Netanyahu espera que las urnas le otorguen un voto de confianza a la posibilidad de emprender una acción militar contra Irán.

Las encuestas en los últimos días apuntan a un triunfo de Netanyahu y del bloque de centro-derecha, muy parecido a la actual configuración de la coalición de gobierno, llegando incluso a alcanzar 65 de los 120 diputados de la Kneset.

Pero el premier israelí aún no puede dar nada por ganado.

Y es que el sistema parlamentario israelí, marcado por un fragmentado arco político que obliga a pactar coaliciones de gobierno y la proliferación de partidos nuevos en cada elección, han dado sorpresas de última hora en el pasado.

El sistema israelí imprime por ello un dinamismo que se refleja en el hecho de que ningún Gobierno suele agotar la legislatura.

Las diferencias de los programas de los bloques de derecha o izquierda históricamente han girado en torno a las concesiones territoriales que estarían dispuestos a hacer a los palestinos.

Así, los primeros son poco dados a ellas, mientras que los segundos abogan por soluciones que van desde la negociación para lograr un acuerdo de paz hasta las retiradas unilaterales de territorios ocupados.

Pero el auge de los sectores utra-ortodoxos judíos, una masa crítica con altas tasas de natalidad e influencia en el actual Gobierno, sumado al descontento con la bipolaridad de bloques, ha dado lugar al resurgimiento del centro.

Los sondeos otorgan al recientemente creado partido de centro "Yesh Atid" (Hay Futuro) del periodista Yair Lapid entre 17 y 19 escaños, lo que lo convertiría en la segunda formación a tener en cuenta en eventuales alianzas.

Asimismo, el ex primer ministro Ehud Olmert, que salió indemne de las acusaciones más graves de corrupción en los tribunales, y la que fuera su ministra de Exteriores, Tzipi Livni, podrían integrar otra formación centrista destinada a arrancarle votos al Kadima del ex jefe del Ejército Shaul Mofaz, que se descalabra en las encuestas.

Existen enormes presiones para aglutinar a los grupos de centro en una plataforma a la que podría apoyar desde la izquierda el Partido Laborista, que aumenta su popularidad de la mano de la periodista Shelly Yajimovich, después de que Ehud Barak, que lideró la formación, se escindiera para crear "Atzmaut" (Independencia), que no lograría votos suficientes para entrar en el Parlamento.

Netanyahu también se enfrenta a rivales en la derecha, como Avigdor Lieberman, de "Israel Beitenu" en el ala más radical, y una figura controvertida pero popular entre los ultra-ortodoxos judíos sefardíes como es Arieh Deri, que podría regresar a la política tras cumplir años de prisión por corrupción.

Por último, la puja entre seculares y fundamentalistas judíos y la participación de líderes de la protesta social en nuevos o viejos partidos, podrían terminar por desequilibrar las posibles alianzas con las que a priori cuenta Netanyahu.

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