El Parlamento keniano toma huellas a sus diputados para vigilar su asistencia

Nairobi, 11 feb.- La Asamblea Nacional keniana introdujo hoy un sistema de lectura de huellas biométricas para controlar la asistencia de sus 349 diputados a los debates de la Cámara Baja.

Los parlamentarios kenianos deberán "fichar" al inicio de cada sesión plenaria posando uno de sus dedos sobre el lector, un sistema que ahorrará papel y ausencias a la Asamblea Nacional.

"Éste es uno de los esfuerzos que estamos poniendo en marcha para asegurar una Asamblea Nacional sin papel", enfatizó hoy el presidente de la Cámara, Justin Muturi, ante los diputados.

El sistema, sin embargo, llega fundamentalmente para resolver los problemas derivados del tradicional registro manual, por el que cada parlamentario debía estampar su firma a la entrada al pleno.

Las colas a la entrada de la sede parlamentaria y el retraso de las sesiones se sumaban con frecuencia a las trampas de quienes pedían a sus colegas de grupo parlamentario que firmasen en su nombre.

"Quiero matizar la impresión equivocada que han dado los medios acerca de que el sistema biométrico es para detectar el fraude; nada más lejos de la realidad", aclaró Muturi.

El presidente de la Cámara, no obstante, aprovechó su intervención para leer una disposición constitucional: "Un diputado puede perder su escaño si se ausenta de la Cámara en ocho sesiones".

El nuevo registro de huellas comenzó a utilizarse hoy mismo, si bien los parlamentarios tienen hasta el final de esta semana para registrar los rasgos físicos que les identificaran al entrar al Parlamento.

En la sesión de la próxima semana, los diputados solo tendrán que presionar un dedo sobre el lector para registrar su presencia en la Cámara automáticamente, explicó la vicepresidenta de la Asamblea, Joyce Laboso, al diario local "Standard".

"El registro es importante para la Asamblea porque lo usaremos para determinar quién está presente y quién no", puntualizó Laboso.

La tecnología no es ajena a un Parlamento como el keniano, en el que sus miembros ya utilizan "tarjetas inteligentes", con información sobre su nombre y circunscripción, para pedir el turno en los debates al presidente de la Cámara.