El Parlamento navarro apoya a Japón y discrepa en cuanto al cierre de Garoña

Pamplona.- La Junta de Portavoces del Parlamento navarro ha acordado hoy, por unanimidad, mostrar su "total solidaridad y apoyo al pueblo japonés", pero ha rechazado, con los votos en contra de UPN, PSN y CDN, sumarse a las iniciativas que reclaman el cierre inmediato de la central nuclear de Garoña (Burgos).

La declaración institucional presentada por IUN-NEB incluye un primer punto, en el que todos han estado de acuerdo, y en el que se recoge el apoyo al "pueblo japonés que está padeciendo los devastadores efectos mortales y destructivos de un terremoto y consiguiente tsunami, y posteriormente los efectos y amenaza de un accidente nuclear producidos por la central de Fukushima".

Sin embargo, los otros dos puntos que incluía la declaración, sólo han contado con el voto favorable de los proponentes y de NaBai y los votos en contra de los representantes de UPN, PSN y CDN, por lo que han sido rechazados.

El primero de ellos planteaba abrir "un debate político-social sobre el futuro de la energía nuclear, sus nocivos efectos para el medio ambiente y la salud humana en caso de accidentes y la moratoria nuclear".

En ese sentido aludía a "las medidas de control y seguridad que se deben implementar en las instalaciones nucleares en un proceso escalonado de cierre de las centrales nucleares en España y un impulso de la eficiencia energética y la máxima investigación y desarrollo en fuentes de energía renovables".

Tampoco ha habido acuerdo en torno a la posibilidad de que el Parlamento foral "se sume a cuantas instituciones, organismos públicos y organismos sociales vienen reclamando el cierre inmediato de la Central Nuclear de Garoña (Burgos), que es idéntica al primer reactor de Fukushima I y que va a cumplir 40 años de funcionamiento el próximo octubre".

Para justificar esa demanda se aludía a "los problemas de seguridad que viene mostrando esta planta, ya económicamente amortizada, y donde un hipotético accidente con escape de radiactividad tendría catastróficas consecuencias sobre toda la ribera del Ebro, incluidas las poblaciones navarras que se encuentran a menos de 80 kilómetros de la central".