Jerusalén, 12 sep.- El partido Laborista israelí elige hoy a un nuevo dirigente para sustituir al anterior, el actual ministro de Defensa Ehud Barak, que se separó de la formación en enero para crear otra, llamada Atzmaut (Independencia), con la que permanecer en el gobierno de Benjamín Netanyahu.
Los cuatro candidatos que aspiran al liderazgo del legendario, pero notoriamente desinflado Partido Laborista son el ex ministro Itzhak Herzog, de 51 años; la ex periodista y actual diputada Sheli Yejimovich, de 51; el ex ministro de Defensa Amnir Peretz, que ya encabezara la formación hace unos años; y el general retirado Amran Mitzna, que la dirigió a principios de la década pasada.
El vencedor deberá obtener hoy un 40 por ciento de los votos hábiles emitidos en las más de las 151 urnas diseminadas por todo el país y que estarán abiertas hasta las 22.00 hora local (19.00 GMT).
En las elecciones participan 66.310 afiliados, de los que sólo un 15 por ciento había acudido a votar a las 14.00 horas.
El histórico Partido Laborista israelí, que gobernó el país ininterrumpidamente en sus primeras tres décadas de vida, se encuentra en una profunda crisis desde las elecciones de 2001, en las que perdió casi todo su caudal electoral para convertirse en una de las formaciones más pequeñas con representación en el Parlamento (Kneset).
En 2007, tras seis años apartado de la política activa, Barak se hizo con las riendas del partido con la esperanza de insuflarle nueva vida, pero sólo obtuvo 13 diputados en las elecciones de 2009, tras las que formó gobierno el líder del Likud, Netanyahu, en su derrota más sonada, convirtiéndose en la cuarta fuerza política.
Su insistencia en formar parte de la coalición de gobierno más derechista de la historia política de Israel volvió a abrir las diferencias en el liderazgo laborista, y en enero pasado Barak lo abandonó para formar un nuevo partido y seguir con él en el actual Ejecutivo israelí.
Los comicios de hoy, que volverán a repetirse el miércoles en segunda vuelta si ningún candidato alcanza el 40 por ciento de los votos, son decisivas para el futuro del Laborismo, que se debate sobre si volver a su histórico carácter socialdemócrata y aspirar de nuevo a convertirse en partido gobernante.
O seguir por la senda del pragmatismo político y asumir un papel de fiel de la balanza entre las dos formaciones políticas más grandes desde 2005, Kadima y Likud.
Los candidatos laboristas han prometido atender las demandas populares de las recientes revueltas sociales contra la precariedad de la vida en Israel, en un afán de recuperar votantes del centro-izquierda.
Los resultados de los elecciones serán dados a conocer pasada la medianoche.
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