Sídney (Australia).- El primer ministro de Australia, Kevin Rudd, anunció hoy que el Partido Laborista decidirá mañana, en una votación interna, su continuidad al frente del Ejecutivo, después del derrumbe de su popularidad antes de las elecciones generales que se deben celebrar este año.
Rudd señaló en una conferencia de prensa que la celebración de la votación la pidió su viceprimer ministra, Julia Gillard, principal candidata a sustituirle en el cargo.
El mandatario manifestó que los australianos le eligieron en 2007 para hacer un trabajo y que tenía la intención de continuar hasta completarlo, y criticó a un ala del Partido Laborista que no le apoya.
"Todas las decisiones que he tomado ha sido teniendo en cuenta los intereses del país. Mi interés es proteger el nombre del Partido Laborista y actuar en interés del país", aseguró el gobernante.
Según la cadena de televisión australiana ABC, el primer ministro no obtendrá mañana los votos necesarios para mantener su posición.
Las encuestas de opinión han apuntado en las últimas semanas que los laboristas perderán las elecciones de celebrarse ahora.
Los analistas atribuyen el descenso de la popularidad de Rudd al nuevo impuesto sobre las actividades mineras porque perjudica a miles de accionistas y fondos de pensiones.
Rudd también ha tropezado con su propuesta de ley sobre comercio de emisiones de gases contaminantes, que finalmente tuvo que aplazar cuando perdió el apoyo del Parlamento.
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