Resolver el "callejón sin salida"

El plan de Marruecos ve al Sáhara como una región con competencias limitadas

Rabat siempre ha descartado la independencia y solo contempla que el territorio siga dentro de su órbita. Dispondría de sus propios órganos legislativo, ejecutivo y judicial, aunque ajustados a criterios nacionales. 

EFE
El plan de Marruecos ve al Sáhara como una región con competencias limitadas.
Agencia EFE | EFE

Marruecos presentó en 2007 ante Naciones Unidas un plan de autonomía para el Sáhara Occidental que sigue defendiendo a día de hoy y que supone enterrar 'de facto' cualquier perspectiva de independencia para la antigua colonia española, que quedaría bajo los designios de Rabat en cuestiones clave como seguridad. El "compromiso de Marruecos a favor de una solución política definitiva", como se definió esta propuesta, ponía sobre la mesa una iniciativa para resolver el "callejón sin salida" en que se había convertido el pulso diplomático para determinar el futuro del Sáhara Occidental.

Propone al Frente Polisario, que controla la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), un nuevo escenario de convivencia que, según Rabat, "favorece la reconciliación". Para el Polisario, sin embargo, siempre ha sido una propuesta inasumible, en la medida en que este movimiento sólo contempla un referéndum que incluya entre sus opciones la autodeterminación total. Rabat siempre ha descartado la independencia y tan solo contempla que el territorio siga dentro de su órbita, con cesiones de ciertas competencias. Así, según el plan marroquí, que también sería sometido a referéndum, el Sáhara Occidental dispondría de sus propios órganos legislativo, ejecutivo y judicial, aunque los dictámenes de todos ellos deberían ajustarse a los criterios nacionales.

El Estado cedería de esta forma a la "región autónoma" ciertas competencias en materia de economía, infraestructuras, desarrollo social y cultura, entre otros ámbitos, mientras que se reserva ámbitos clave como defensa, relaciones exteriores o religión, que recaen de forma específica bajo control del rey Mohamed VI. Rabat no plantea esta iniciativa como una imposición unilateral, sino que la ve como una herramienta para llegar a una solución "mutuamente aceptable". Quince años después de su presentación, sin embargo, no ha servido para desatascar el proceso y el Polisario mantiene a día de hoy que sólo apoyará un referéndum de autodeterminación.

Entre quienes han respaldado el plan de autonomía marroquí figura Francia, un aliado clave de Marruecos al que no ha dudado en defender en escenarios clave como el Consejo de Seguridad de Marruecos. Además de España, también Alemania ha dejado claro su apoyo la iniciativa de Rabat tras la llegada al Gobierno de la coalición encabezada por Olaf Scholz.

Nuevo cisma en el Gobierno

El giro estratégico de Moncloa buscando la reconciliación con Marruecos ha provocado un nuevo choque de trenes en la coalición. Podemos no comparte la posición de sus socios de apoyar el plan de Rabat para el Sáhara y así lo ha hecho saber en la tarde de este viernes, mientras Pedro Sánchez se encuentra en Berlín intentando convencer a Olaf Scholz de reformar el mercado energético europeo en el Consejo Europeo de la próxima semana. Es un asunto especialmente sensible para los morados y, a su vez, un problema de Estado.

La polémica ha saltado a primera hora de la tarde cuando Rabat ha hecho pública una carta del Sánchez al rey Mohamed VI en la que, según Rabat, apoya que el plan de autonomía para el Sáhara Occidental planteado por Marruecos en 2007. Siempre según el comunicado publicado por la Casa Real marroquí y recogido por la agencia oficial MAP, en su misiva Sánchez reconoce "la importancia de la cuestión del Sáhara para Marruecos" y subraya "los esfuerzos serios y creíbles" que está realizando el reino para lograr una solución en el marco de la ONU. Asimismo, el presidente del Gobierno ha manifestado su voluntad de "construir una nueva relación, basada en la transparencia y la comunicación permanente, el respeto mutuo y los acuerdos firmados entre las dos partes y la abstención de cualquier acción unilateral".

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