Problemas para Sánchez y Ribera

El plan estrella de topar el gas entra en barrena por la presión de las eléctricas

El lobby energético y la banca se han movido en Bruselas para torpedear la "excepción ibérica" que sí fue bendecida en un primer momento por la Comisión pero que ha ido torciéndose durante las negociaciones.

Teresa Ribera está claramente 'lost in translation' como consecuencia del presidencialismo exacerbado del que hace gala Pedro Sánchez
El plan estrella para topar el gas hace aguas por la presión de eléctricas e Ibex
EFE

Pedro Sánchez llegó del último Consejo Europeo exultante. Se llegó a levantar de la sala y la abandonó molestó por las pegas que estaba recibiendo su propuesta. Emmanuel Macron tuvo que salir tras él. Volvió y lo consiguió: España y Portugal serían considerados una "isla energética". Así lo declaró la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen. Los ibéricos tendrían permiso para poder topar el precio del gas y reducir así la factura eléctrica. Pero ha pasado casi un mes de aquel cónclave y la "excepción ibérica" ha hecho aguas. "Las negociaciones están muy difíciles", admiten fuentes gubernamentales. Las eléctricas han jugado sus cartas, han hecho su trabajo y han conseguido ser escuchadas.

El sector lleva estas semanas moviéndose en privado para torpedear el plan del Gobierno. E Ignacio Galán habló este martes en público. El presidente de Iberdrola arremetió contra el plan que está defendiendo Pedro Sánchez ante las autoridades comunitarias e indicando que "el camino" para reducir el precio de la electricidad en España" es modificar la tarifa regulada de electricidad (PVPC) que existe en España y aplicar la fórmula portuguesa. Con ello, dijo, la factura se podría rebajar entre un 30% y un 40%. 

Estas palabras, en forma de torpedo, suponen una nueva piedra en el camino al proyecto estrella del Gobierno. Sánchez y su vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, se están encontrando con grandes obstáculos en la capital comunitaria y ahora mismo amarrar dicha "excepción ibérica" ha entrado en un terreno pantanoso cuya resolución no está nada clara. E, incluso, si se acaba concediendo, las cifras que se están manejando a día de hoy -un tope al gas que rondaría los 50-60 euros/MWh- provocarían que la factura final no sufriera una reducción tan ambiciosa como la esperada. El objetivo era dejar el recibo a la mitad y el escenario no invita al optimismo. En estos días decisivos, precisamente, el precio de la luz se encuentra en mínimos y el problema de presión al Gobierno se ha difuminado temporalmente.

Las eléctricas están jugando fuerte esta partida. Especialmente Iberdrola y Endesa, las más afectadas por el planteamiento que ha propuesto el Gobierno español. El sector considera que no está siendo escuchado ni por Moncloa ni por Transición Ecológica y por eso se está moviendo por la capital comunitaria con argumentos. El que transmitían ayer era que el Ejecutivo español no puede pretender aprobar una medida al margen de las reglas comunitarias. "A España le ha ido siempre muy bien con más Europa, y cualquier cosa que nos haga menos Europa yo creo que a largo plazo a España no le va bien", afirmaba Galán.

En las últimas horas ha aparecido otro actor, que se ha sumado a la presión contra el Gobierno. Se trata del llamado 'pool', el organismo de casación de precios eléctricos de España. En él se da cita la totalidad del sector: los productores, los comercializadores, los vendedores... Es decir, su papel, va más allá de Endesa, Iberdrola, Naturgy y Acciona. Hay entidades financieras, como Santander o BBVA; implicados también en negociaciones. O bancos de inversión que se dedican a atraer a actores interesados. El Ibex, en general, se siente representando en este grupo. Un organismo de carácter técnico y que raramente se ha posicionado a nivel político, como sí hace la patronal bancaria o la eléctrica. Que presione por el plan eléctrico de Sánchez es una novedad a tener en cuenta.

En el sector eléctrico insisten que van a pelear hasta el final por intentar que el mecanismo planteado por el Ejecutivo no triunfe. Y así se lo están haciendo ver a las autoridades comunitarias: "El Gobierno español está proponiendo algo en contra de todo el sistema", indica un representante de las compañías implicadas. Y no quieren que triunfe no por una cuestión antipatriota. Al contrario. Lo que no quieren es tener que trasladar a sus clientes previsores, aquellos que firmaron contratos a precio fijo y de largo recorrido, el sobrecoste del tope del gas. Pagarían justos por pecadores, concluyen.

Todo el sector eléctrico, en definitiva, está en contra del mecanismo español y eso está influyendo en que a Bruselas le hayan surgido dudas. La decisión se está posponiendo por las consecuencias de las que han advertido las compañías del sector. El nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se está manteniendo de momento al margen de toda esta polémica. 

"El Gobierno español está proponiendo algo en contra de todo el sistema", indican las eléctricas

El Gobierno, consciente de su plan para reducir la inflación depende en gran medida de esta excepción ibérica, tiene detectados estos movimientos de las eléctricas y la gran empresa en general para hacer naufragar el plan de Sánchez y Ribera. Pero prefieren no comentarlos y aseguran que siguen negociando con la Comisión Europea. Hay que recordar que el plan inicial de Moncloa y Transición Ecológica consistía en desvincular el gas del precio de la factura eléctrica, por lo que los problemas con el tope ibérico supondrían el segundo fiasco para Sánchez y Ribera.

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