Empieza la transición

El PP se conjura para ir paso a paso y no precipitar la llegada de Feijóo al poder

El día después del adiós de Casado sirvió para que algunas de las principales figuras comenzarán a trabajar en la imagen de unión de cara al congreso extraordinario que se celebrará el primer fin de semana de abril. 

Pablo Casado despedida Congreso escaño vacío Cuca Gamarra
El PP se conjura para ir paso a paso y no precipitar la llegada de Feijóo al poder.
Agencia EFE

La renuncia de Pablo Casado a seguir al frente del PP más allá del próximo congreso extraordinario ha empezado a calmar las aguas populares. Es cierto que el comienzo de la macroinvasión rusa en Ucrania ha servido para desviar la atención de las disputas internas del partido, que ya han empezado a trabajar esa imagen de unidad de cara a la proclamación del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Ni la formación ni el propio dirigente gallego consideran que haya que apresurar un relevo, a priori, sin ningún tipo de complicación, visto el apoyo unánime de los presidentes regionales a su figura. Lo que toca ahora es recuperar la sensación de normalidad orgánica que se perdió hace justo una semana, cuando comenzó el duelo entre Casado y Ayuso.

Así, el plan del partido pasa por seguir de forma escrupulosa los estatutos para encumbrar al presidente de los populares gallego. Aunque Feijóo no quiso asegurar su candidatura al máximo órgano de decisión del PP tras el encuentro con Casado y el resto de barones, nadie duda de que él es el candidato de consenso para tomar las riendas de la formación a partir del primer fin de semana de abril. Hasta entonces, será la actual portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, la que haga las veces de máxima dirigente de la formación como coordinadoria general.

Pese a que su nombramiento se oficializará el próximo martes en el Junta Directiva Nacional, Gamarra empezó este jueves a ejercer como primera espada del partido en este periodo de transición. La portavoz acudió al hemiciclo para expresar su apoyo al Gobierno de Pedro Sánchez en todo lo referente a la invasión de Putin en Ucrania y, de paso, insistir en el caracter unánime del acuerdo alcanzado entre los presidentes territoriales y la dirección nacional sobre los tiempos de la salida de Casado con el objetivo de no agudizar una crisis sin precedentes. "No vamos a defraudar a nuestros votantes ni a los españoles. Estaremos a la altura", ha expresado. 

No obstante, Gamarra no confirmado si ella será la encargada de dar la réplica al presidente del Gobierno en el Congreso. La dirigente popular ha esquivado esta cuestión al ser preguntada por los periodistas. "La gravedad de lo que estamos hablando, que es la guerra que ha comenzado Rusia en Ucrania, lo que merece es que otra serie de cuestiones no las abordemos en el día de hoy", aseguraba, aunque lo más normal es que Gamarra haga valer su condición de portavoz de la bancada del PP. 

De esta forma, el fuego en torno a Casado ya ha comenzado a extinguirse, incluso después de la tensión que rodeó a las más de cuatro horas del cónclave popular. Una vez conseguido el objetivo de los barones, todos parecieron coincidir en que no era necesario defenestrar más su figura política. El líder del partido en Cataluña, Alejandro Fernández, ha asegurado que entiende que el dirigente "quiera salir como cuando entró y tener la posibilidad de despedirse de la afiliación". La concesión de dejarlo al frente del PP hasta el congreso, aunque sea de una forma más simbólica que ejecutiva, busca precisamente solidificar la sensación de unidad y trata de disipar la sombra de rebelión que ha pesado sobre la formación en los últimos días.

Una cuestión en la que también tendrá algo que decir la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ha guardado un prudente silencio durante las últimas horas. La dirigente madrileña, que estaba en el palco del Metropolitano viendo el partido de Champions del Atlético de Madrid mientras se producía la renuncia de Casado, tiene su propio frente abierto con Más Madrid, PSOE y Podemos. Las fuerzas de izquierda de la Asamblea de Madrid han redoblado la presión por las facturas de su hermano con la CAM, y la presidenta debe elegir cuidadosamente los próximos pasos para evitar un daño mayor a su perfil político, porque el PP necesita a una Ayuso fuerte en Madrid de cara al asalto de Feijóo a la Moncloa en 2023.

 

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