El PP no necesita que le empujen, se tambalea solo

    • A Rajoy se le acumula el trabajo de recomposición de la casa en la fase más delicada de la legislatura.
    • Quiroga, Cayetana Álvarez de Toledo, Montoro... el PP se le descompone al presidente.
Rajoy felicita al Cuarteto de Diálogo Nacional de Túnez por el premio Nobel de la Paz 2015
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EstabaMariano Rajoyen una gestión estrella, presidiendo el consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York, cosa que no ha hecho antes un presidente de Gobierno español, y le estallaban al Partido Popular tres artefactos políticos de los que hacen tambalear las paredes. El más grave ha sido la dimisión de la presidenta del PP en el País Vasco, pero los otros dos son de los que un responsable de un partido no querría encontrarse nunca en el periódico del desayuno, y menos a dos meses de las elecciones generales.

El lío en torno a ArantzaQuiroga no entraba en la previsión de nadie. Ella intentó una operación de descrédito de la banda terrorista ETA y, cuando creía haber llevado a Bildu a su terreno, fuedesautorizada por la cúpula nacional del PP por una falta de energía semántica. Los populares están enormemente sensibilizados con la ordenación del final del terrorismo y el peritaje definitivo de la perversidad etarra, después de aquellos titubeos del principio de la legislatura que tanto agitaron a las víctimas. Lo que no podía calcular es que Quiroga reaccionara con la dimisión y el abandono práctico de la vida política, una retirada que a ella le honra y al PP le descompone. Ya van dos abandonos sonados en Euskadi: antes que Quiroga se fue María San Gil y también con los terroristas y las víctimas de por medio. Ahora, en el momento más inoportuno, se ve obligado el partido a recomponer su figura en un territorio políticamente hostil.

La espantada crítica de otra mujer, la diputada Cayetana Álvarez de Toledo en un artículo en El Mundo ("No iré en listas con este presidente"), ha sorprendido menos en el partido porque la daban por amortizada después de una anterior denuncia, pero ha ocasionado un extraordinario revuelo porque, por un lado, ataca a la referencia pública popular que es Rajoy y porque lo hace con argumentos que otros airean fuera y los propios cuchichean dentro. La denuncia de la diputada a la que le quedan dos telediarios en el partido pone de relieve con razón que el presidente ha abandonado la política de acercamiento a la gente mientras gestionaba la crisis económica. Ha tenido éxito en lo segundo pero no estaba cuando los españoles necesitaban una explicación, un pronóstico y una palabra de ánimo. Ahora lleva semanas tratando de recuperar el liderazgo, pero llega tarde al menos para retener a Álvarez de Toledo, que ha pasado a engrosar la disidencia con un portazo vehemente.

Quienes conocemos a Cristóbal Montoroen el plano corto sabemos que es capaz de emitir agudos, audaces y celebrados comentarios, y también que es consciente de que no suenan igual en voz baja que en el titular de primera página de un periódico. Por eso él mismo se ha debido de sorprender al verse diciendo a cuatro columnas "Hay compañeros míos que se avergüenzan de ser del PP" (en El Mundo otra vez), pero seguramente más se habrán asombrado sus colegas, aunque traten de rebajar la carga de la confidencia por la especial desenvoltura personal del ministro. Lo peor para el PP de esa boutade del ministro es que proporciona munición a los competidores, como tendremos ocasión de comprobar a buen seguro no tardando.

Estaba Mariano Rajoy en una gestión estrella en Nueva York… y el partido en España le hace la sombra. La ocasión histórica de presidir el Consejo de Seguridad de la ONU no ha merecido, por cierto, la atención de la primera página de algunos periódicos, entre ellos El País y El Mundo (una vez más). Pero el partido no ha necesitado esta vez silencios mediáticos que oculten a su jefe porque se las pinta solo para lograrlo. Rajoy ha debido de regresar pensando que no puede viajar en paz y abrumado porque se le acumula el trabajo de recomposición de la casa en la fase más delicada de la legislatura.

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