El pp teme una rebelión interna de los partidarios de camps


La absolución del expresidente de la Generalitat valenciana Francisco Camps ha causado una gran alegría dentro del PP pero ha reabierto un viejo problema que existía en esa comunidad autónoma entre sus partidarios y detractores, según relataron a Servimedia fuentes populares.
La dimisión de Camps el pasado mes de julio puso fin a una guerra soterrada, que en más de una ocasión llegó a ser pública, entre dos sectores enfrentados desde hace años: los fieles del expresidente Eduardo Zaplana y los más próximos al hasta hace pocos meses dirigente de la comunidad.
La llegada de Alberto Fabra a la Presidencia de la Generalitat y del Partido Popular de la Comunidad Valenciana tranquilizó las aguas en esta formación y abrió una nueva etapa en la que zaplanistas y campistas parecían obligados a enterrar el hacha de guerra y unirse bajo un nuevo proyecto común.
Los dirigentes del PP valenciano asumían que Camps formaba parte de la historia hasta que el Tribunal Superior de Justicia le absolvió el miércoles del delito de cohecho por el que estaba imputado en el "caso Gürtel", ya que se le acusaba de haber recibido trajes de regalo de la trama de corrupción.
La sentencia ha devuelto el optimismo a Camps y ha inflado los ánimos de sus partidarios, hasta el punto de que algunos de ellos sostienen que debería ser restituido como presidente de la Generalitat dado que en julio se le obligó a dimitir por ir a juicio y ahora ha sido declarado inocente.
La cúpula del Partido Popular descarta esa posibilidad pero asume que los campistas no se van a quedar de brazos cruzados. Fuentes populares reconocieron a Servimedia que la guerra interna puede resurgir en cualquier momento, especialmente dado que Alberto Fabra no ha consolidado su liderazgo.
En el PP cunden toda clase de especulaciones sobre el retorno de Camps a la vida política activa. En Valencia es conocida su vieja pretensión de ser embajador en el Vaticano, aunque otras fuentes apuntan que esperará para tener un puesto más destacado en el Gobierno de Rajoy.
Lo que prácticamente todo el mundo da por hecho es que Camps reaparecerá públicamente en el 17 Congreso Nacional que el PP celebrará en Sevilla los días 17, 18 y 19 de febrero.
Se espera que Camps busque una demostración de poder interno y aparezca públicamente rodeado de todos sus fieles para demostrar que sigue contando con el respaldo de un amplio sector del PP valenciano. Ese gesto no sería nuevo. Ya lo hizo, por ejemplo, en la Convención Nacional celebrada en Barcelona en 2009 y en la Interparlamentaria de Palma de Mallorca de 2010.
Ahora que Camps sólo mantiene el cargo de diputado autonómico en las Cortes Valencianas, no podrá acudir al Congreso Nacional de febrero como compromisario.
En cambio, sí podrá estar presente como invitado y se da por hecho que hará acto de presencia para buscar una ovación de las bases del partido que restituya su imagen y un apoyo expreso de la dirección que le rehabilite políticamente tras dos años en los que su honorabilidad ha estado puesta en cuestión.

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