El presidente iraní aprueba el proyecto de construcción de una nueva central nuclear

  • Teherán.- El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha aprobado la ubicación y el proyecto para la construcción de una nueva central nuclear en un lugar no revelado del país, anunció hoy uno de sus principales asesores.

Gates asegura que su memorando de enero pasado no era "llamada de alerta"
Gates asegura que su memorando de enero pasado no era "llamada de alerta"

Teherán.- El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha aprobado la ubicación y el proyecto para la construcción de una nueva central nuclear en un lugar no revelado del país, anunció hoy uno de sus principales asesores.

En declaraciones divulgadas por la agencia estudiantil local de noticias Isna, Mujtaba Samareh Hashemi, señaló, sin aportar otros detalles, que la edificación de la misma se iniciará "en el momento en el que el mandatario dé la orden" definitiva.

"El presidente ha aprobado la ubicación propuesta para la nueva planta... El lugar para la construcción de otras plantas que el Organismo iraní de la Energía Atómica planea levantar este año también ha sido certificado. Los planes para su edificación se hallan en proceso", señaló.

Ahmadineyad anunció el pasado 30 de octubre la decisión de levantar diez nuevas centrales nucleares, pese a las advertencias de la comunidad internacional, que acusa a Irán de falta de transparencia en su programa atómico.

Apenas tres meses después, el director del organismo iraní de la Energía Atómica, Ali Akbar Salehí, señaló que la construcción de dos de ellas se iniciaría a lo largo del presente año persa, que arrancó el 21 de marzo.

La noticia se produce a escasas 24 horas después de que Irán clausurara una conferencia internacional sobre desarme nuclear celebrada en Teherán en la que ha acusado a Estados Unidos de ser el principal causante de la proliferación de armas atómicas.

En una aparente réplica de la conferencia mundial convocada esta misma semana por el presidente norteamericano, Barack Obama, el régimen iraní logró congregar a una treintena de países para sugerir la creación de un "grupo independiente" con plenos poderes de la ONU que dirija y controle el desarme nuclear del mundo.

Asimismo, abogó por la reforma del "injusto" Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y la salida de la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) de aquellos estados que hayan utilizado armas nucleares o amenacen con hacerlo.

Gran parte de la comunidad internacional, con EEUU a la cabeza, acusa al régimen iraní de ocultar, bajo su programa civil, otro de naturaleza clandestina y ambiciones bélicas, cuyo objetivo sería la adquisición de armas atómicas, alegación que Teherán niega.

El pulso se agravó el pasado 25 de septiembre, fecha en la que el presidente norteamericano, Barack Obama, denunció que Irán había iniciado "meses atrás y de forma clandestina" la construcción de una nueva planta nuclear bajo una colina cerca de la ciudad santa chií de Qom.

El Gobierno iraní reconoció el nuevo proyecto, pero afirmó que no había cometido irregularidad alguna ya que avisó al OIEA apenas cuatro días antes de que el mandatario hiciera su denuncia previo a la cumbre del G-20 celebrada en Pitsburg.

Meses después agudizó su desafío al rechazar una propuesta de Estados Unidos, el Reino Unido y Rusia para enviar su uranio al 3,5 por ciento al exterior y recuperarlo tiempo después enriquecido al 20 por ciento, en las condiciones que dice necesitarlo para mantener activo el reactor civil que tiene en Teherán.

Irán posee además una planta nuclear en la ciudad de Isfahan, un reactor en la localidad de Arak y una central en la región de Natanz, donde al parecer tiene instaladas varias cascadas con mas de 7.500 centrifugadoras.

Asimismo, está a la espera de que Rusia le entregue el reactor que desde hace diez años construye en la ciudad de Bushehr, junto a la costa del golfo Pérsico, que podría entrar en funcionamiento este mismo año.

Tras el fracaso de la negociación, Ahmadineyad ordenó el pasado febrero a los científicos nucleares iraníes que iniciaran el proceso para el enriquecimiento de uranio al 20 por ciento por sus propios medios.

A este respecto, el asesor del presidente aseguró hoy que su país está aún dispuesto al intercambio, siempre y cuando se acepten las garantías que exige el régimen iraní.

"La producción nacional de combustible nuclear no es incompatible con la importación. Hemos comenzado con el proceso debido a la necesidad que tenemos de alimentar el reactor de investigación de Teherán y proseguiremos con él hasta que nuestras necesidades sean cubiertas", indicó.

Irán alega que no confía en la otra parte y que solo se avendrá a intercambiar el combustible si se hace de forma simultánea, en territorio iraní, en cofres sellados y bajo la supervisión del OIEA.

El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Manoucher Mottaki, reveló este fin de semana que el deseo de su país es discutir la posibilidad del intercambio con todos los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU.

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