Bruselas.- El príncipe Laurent, el miembro más polémico de la Casa Real belga, ha vuelto a las andadas al desoír una petición del primer ministro, Yves Leterme, y de la Casa Real para viajar a la República Democrática del Congo, un desplazamiento considerado "altamente sensible" y que ha enfurecido al Gobierno.
La prensa belga revela hoy que la víspera del desplazamiento, que fue a mediados de marzo, se celebró una "reunión de crisis" en la que participaron Leterme, el titular de Exteriores, Steven Vanackere, y un representante de la Casa Real, en un último intento de disuadir al príncipe de realizar ese viaje.
Leterme "pidió encarecidamente" al hijo menor del rey Alberto II que se abstuviera de ir a la RDC a sólo unos meses de las elecciones presidenciales en el país que en el pasado fue una colonia belga.
A tal fin, el primer ministro habría incluso remitido al príncipe Laurent una carta instándole a renunciar a su idea, una misiva que a la vista de los acontecimientos no logró el efecto deseado.
Según el gabinete de Leterme, el príncipe llevó a cabo el desplazamiento "a título privado", sin concertarlo previamente con el Gobierno o la Casa Real, y en el marco de "su interés por el desarrollo sostenible", explican hoy los medios belgas.
El ministro Vanackere ha hablado hoy del tema en la radio pública de Flandes y ha indicado que si el príncipe quiere verse liberado del carácter oficial de su vida, "se tendrá que examinar el asunto"
La Casa Real no ha querido comentar oficialmente el desplazamiento.
Por su parte, el príncipe Laurent se ha defendido de las críticas en una entrevista a la televisión belga RTL y ha explicado que el desplazamiento tuvo una "finalidad científica y no política" y que fue pagado por la Fundación que lleva su nombre.
La prensa asegura que el controvertido viaje ha relanzado el debate sobre la dotación económica que recibe la Casa Real, un asunto que algunos partidos políticos ya han pedido en el pasado que sea revisado.
El príncipe Laurent, de 47 años, se ha visto envuelto en el pasado en numerosos escándalos, desde su implicación indirecta en un caso sobre el desvío de fondos de la Marina belga, hasta la retirada hace unos meses de su permiso de conducir, por hacerlo con exceso de velocidad por las calles de Bruselas, una infracción por la que ha sido sancionado ya varias veces.
La trama de los fondos de la Marina se desarrolló en los años 90 y consistió en el desvío irregular de más de dos millones de euros con distintos fines, entre ellos unas obras de reforma en la casa particular del príncipe Laurent.
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