El pulso en Honduras amenaza con alargarse en el tiempo

  • Soldados hondureños y policías antidisturbios rodeaban el miércoles laembajada brasileña en la capital de Honduras, donde está refugiado elpresidente depuesto Manuel Zelaya, en lo que amenaza con convertirse en un largopulso que puede profundizar la crisis del país.
Reuters | lainformacion.com
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Cientos de efectivos deseguridad, algunos encapuchados y otros con armas automáticas, cercabanuna gran área alrededor del edificio de la embajada de Brasil en Tegucigalpa enla que el presidente despuesto Manuel Zelaya se ha refugiado con su familia y un grupo de unos 40simpatizantes. Zelaya entróel lunes en Honduras en secreto, poniendo fin a casi tres meses deexilio tras ser derrocado en un golpe de Estado el 28 de junio yconcitando otra vez la atención del mundo hacia su causa.ElGobierno de Brasil dijo que garantizará su protección dentro de laembajada y pidió al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas quediscutiera la peor crisis política en Centroamérica en décadas. Policíasy militares dispersaron con gases lacrimógenos, cañones de agua y unaantena que emitía un sonido ensordecedor a los manifestantescongregados frente a la embajada brasileña, que se defendieron conpiedras en unos enfrentamientos que dejaron decenas de heridos ydetenidos.


El presidente defacto, Roberto Micheletti, dijo que Zelaya puede quedarse en laembajada "unos 5 ó 10 años, nosotros no tenemos ningún inconveniente enque viva allí", dando señales de que se está preparando para un largoconflicto. Varios testigosdijeron que el martes cortaron la electricidad y el agua en laembajada, pero que se permitió la entrada de alimentos.EstadosUnidos, la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos (OEA)han instado al diálogo para reinstalar a Zelaya en el poder en el paíscentroamericano. El Gobierno de facto hondureño se ha negado a suavizar su posición contra el intento de Zelaya de retomar el poder. "Zelaya nunca volverá a ser presidente de este país", dijo Micheletti.Mástarde, dijo estar dispuesto a hablar con Zelaya si reconoce lalegitimidad de los próximos comicios presidenciales del 29 denoviembre, pero aclaró que en las negociaciones no estaría en discusiónsu restitución y que las órdenes de arresto seguirían vigentes.Zelayano respondió a la oferta de diálogo, pero dijo en entrevista con unmedio local que está abierto a conversar, al tiempo que volvió adenunciar intentos de asesinarlo por parte del Gobierno de facto."Siyo estoy aquí ¿qué cuesta sentarse en una mesa de diálogo?", dijoZelaya, pero dudó de que las intenciones de negociar de Micheletti seanreales.Los líderes delgolpe, respaldados por las fuerzas armadas, la Corte Suprema y elCongreso, insisten en que Zelaya debe ir a juicio por violar laconstitución y han dicho que Brasil debe entregarlo a las autoridadeshondureñas u otorgarle asilo político fuera del país.Toque de queda

Untoque de queda, que virtualmente ha paralizado la capital, se extendióal miércoles y provocó el cierre de aeropuertos, escuelas y comercios.Lapolicía dijo que varios grupos trataron de saquear negocios el martespor la noche aprovechando la soledad de las calles, pues muchaspersonas se refugiaban en sus casas temerosas de ser detenidas porviolar el toque de queda.

Zelayafue expulsado del país el 28 de junio por soldados a punta de pistolahacia Costa Rica cuando pretendía realizar una consulta popular queabriera el camino a la reelección presidencial, algo considerado porsus críticos una muestra de la influencia en Honduras del presidente deVenezuela, Hugo Chávez.Elmandatario depuesto ha negado las acusaciones y dice que no teníaintención de permanecer en el poder más allá del final de su mandato,en enero de 2010.


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