El Rafita acaba hoy su internamiento con un expediente en blanco

  • El joven, de 22 años, violó y asesinó en 2003, cuando tenía 14, a Sandra Palo. En ese momento, amparado en la Ley del Menor, le fue impuesta una pena de cuatro años de internamiento y tres de libertad vigilada.
'Rafita' estará libre de la Justicia el 25 de junio
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lainformacion.com

Tenía 14 años cuando violó, atropelló y quemó viva a Sandra Palo. La noche del 17 de mayo de 2003 Rafael F. G., conocido como "El Rafita", en compañía de otros dos menores y de un joven de 18 años perpetraron el brutal asesinato.

Los jóvenes de 17 años fueron condenados a la pena máxima que establecía la Ley del Menor (ocho años de internamiento y otros cinco de libertad vigilada), mientras que a Francisco Javier Astorga, "El Malaguita", el único mayor de edad, se le impuso una condena de 64 años. A "El Rafita", sin embargo, le fue impuesta una pena de cuatro años de internamiento y tres de libertad vigilada.

Y es que, según la Ley Orgánica Reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores, de 12 de enero del 2000 la pena máxima que se le puede imponer a un menor oscila entre los cuatro y los ocho años de internamiento, dado que se tienen en cuenta dos tramos de edad: mayores de 16 y menores de 16, con penas más cortas.

Así, tras cumplir sus cuatro años de internamiento, el 27 de junio de 2007 "El Rafita" abandonaba el centro de menores Renasco en Carabanchel (Madrid) para trasladarse fuera de Madrid a un centro de régimen abierto donde cumpliría tres años de libertad vigilada.

El tiempo ha pasado y "El Rafita", que ya tiene 22 años, sale hoy libre y sin historial delictivo. Sin embargo, su reinserción plantea serias dudas ya que en el periodo de libertad vigilada ha pasado en numerosas ocasiones por comisaría. Durante todo este tiempo, Instituciones Penitenciarias ha emitido varios informes al juez del caso sobre la evolución del joven.

En este sentido, fuentes cercanas al caso han señalado que el pronóstico sobre la reinserción del joven ha pasado de ser "positivo" a serlo "menos".

Durante estos años, el joven no ha dejado de delinquir. En total, se le atribuyen seis delitos desde que tiene la mayoría de edad y cumple el régimen de libertad vigilada. La última detención de "El Rafita" se produjo el pasado 11 de febrero cuando junto a otros tres individuos intentaban robar un vehículo en el distrito madrileño de Hortaleza. 

En su historial figura, además, otro robo de un automóvil el 23 de enero de 2010 así como dos robos con fuerza cometidos en 2009, uno en una vivienda de Benalmádena (Málaga) en el mes de junio y otro en el municipio madrileño de Alcorcón el pasado 23 de diciembre, además de los intentos de robo en el aparcamiento del hospital de Alcorcón.

Las dificultades en el control de la libertad vigilada produjo un enfrentamiento entre la Comunidad de Madrid e Instituciones Penitenciarias. Tras varias reuniones de expertos, la Administración penitenciaria asumió la tutela del chico.

Días después de su última detención, en una entrevista concedida a una cadena de televisión, 'El Rafita'  aseguraba que estaba arrepentido del crimen y pidió perdón a la madre de Sandra Palo: "Lo siento muchísimo", decía.

Sin embargo, esas palabras no convencieron a María del Mar Bermúdez que auguró que el joven cometería "una acción criminal más grave" y que  "no va a enderezar su vida nunca" puesto que"lo lleva en la sangre".

La reforma de la ley del menor

Desde que se conoció la sentencia a "El Rafita", la madre de Sandra Palo ha llevado a cabo múltiples campañas con el fin de que se reformase la Ley del Menor. De hecho, ha llegado incluso a crear una asociación (www.sandrapalo.com) donde, entre otros asuntos, se recogen firmas con ese fin.

Sin embargo, sus esfuerzos no han conseguido que el Rafita quede hoy libre sin ninguna mancha en su expediente. El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, aseguraba el pasado lunes que el Gobierno está dispuesto, "como siempre" a "reflexionar" y abrirse a los grupos parlamentarios "para buscar las mejores soluciones" para casos como el del 'Rafita' pero subrayaba que "no es prudente reaccionar a la vista de un sólo supuesto".

"A día de hoy, la Ley del Menor, que es una Ley relativamente joven, que tiene una amplia mayoría parlamentaria consensuada, permite a miles y miles de menores que han cometido delitos" que "transiten" por el sistema y sean rehabilitados "con un gran nivel de eficiencia" aseguraba Caamaño.

Por otro lado, reconoció que "en supuestos como este, que son dolorosos" es perfectamente entendible la posición de la familia y las personas afectadas, "a las que hay que apoyar", pero la posición tiene que estar en analizar si se ha hecho alguno de los pasos mal, pero no necesariamente en analizar la aplicación de la ley en su conjunto.

Fans de un asesino

Adolescentes que les envían cartas para animarles, crean sus clubs de fans, comentan las últimas "hazañas" de sus ídolos. Son jóvenes que muestran su admiración por delicuentes como "El Rafita", Miguel Carcaño o el asesino de la Katana. Según Victoria del Barrio, psicóloga profesora de la Uned, los adolescentes que reproducen este comportamiento son "individuos que se sienten identificados con ese líder porque cumple sus expectativas de conducta pero que no se atreven a hacerlo". 

Ante estos comportamientos, varias voces han lanzado una voz de alarma temiendo que los patrones de conducta de estos individuos comiencen a extenderse. De hecho, cada vez que surge un foro o un blog en internet en el que se apoya este tipo de conducta, el espacio acaba por elminarse. "El problema que tenemos es que estas gentes que tienen conductas anómalas y violentas tienen un coro de animadores cada vez mayor" asegura la psicóloga aunque subraya que la mayoría de los jóvenes que "gratifica" este tipo de conductas "no es especialmente agresiva".

Los altos índices de violencia a los que un adolescente está expuestos a través de la televisión, el cine, lo videojuegos, etc, son otro de los temas que preocupa a los expertos. "Hace muchísimos años que estudian qué función tiene la imitación social frente a la influencia de la televisión, se ha visto que alrededor de un 10 por ciento de los niños son naturalmente violentos y que si están sometidos a un ambiente no inhibidor se conservan muy violentos y ascienden sobre todo durante el periodo de la pubertad".

Sin embargo del Barrio subraya que "cuando se pasa a la adolescencia todos ellos tienden a adaptarse socialmente excepto unos pocos que son los delicuentes, los que matan... ", sentencia. 

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