El relato de un español encarcelado en Marruecos: "Éramos 28 reclusos en una celda con ratas. Un infierno"

    • Antonio, de 57 años, estuvo siete meses entre rejas en Tánger. Fue absuelto. 2.004 españoles cumplen condena en cárceles del extranjero. Perú, Francia, Colombia y Alemania son los países con más población reclusa de España.

    • El Congreso aprueba una propuesta para agilizar el traslado, que tarda de media año y medio. No se tramitan los casos de cadena perpetua.

Una celda de una cárcel de Tánger (Marruecos)
Una celda de una cárcel de Tánger (Marruecos)
Raquel Rivera

Antonio López, de 57 años, todavía no se cree cómo soportó "el infierno" de la cárcel de Tánger (Marruecos), donde "las ratas salen como conejos de la madriguera" en celdas fétidas para 23 presos hacinados en el suelo.

Durante siete meses comió con las manos y se acostumbró a las cucarachas de la pared. Estuvo preso acusado de liderar un grupo de traficantes de droga que introdujo 100 kilos de hachís. Le pedían 20 años de cárcel. En el juicio le absolvieron. "El marroquí que me había acusado acabó diciendo que se había inventado el testimonio porque los otros traficantes le habían prometido dinero si me metían en el tema", cuenta por teléfono Antonio,camionero de profesión; ahora en paro.

2.004 presos españoles en el extranjero

Su historia de penurias la comparten otros reclusos en centros de países como Venezuela, Panamá o Marruecos."Las condiciones de estos internos son mucho peores que en España, desde la higiene o la situación de las instalaciones, a su seguridad o el reconocimiento de derechos. Muchos sufren aislamiento y no siempre tienen garantizados recursos sanitarios", señala María José Moreno, responsable del departamento jurídico de Movimiento por la Paz, organización que trabaja con la red de oficinas consulares de España en asistir a estos presos y a gestionar sus traslados cuando lo requiera el interno o sus familiares.

Un total de 2.004 españoles cumplen condena en cárceles del extranjero, según la última estadística actualizada del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación. El 55% de los reclusos están en prisiones de Latinoamérica, un 37% en países europeos, el 6% en África y el 2% restante en Asia y otros países del mundo.

Perú, con 324 presos, es el país con más población reclusa de España. Le siguen Francia (176), Colombia (149), Alemania (140), Portugal (135), Italia (135), Marruecos (134) y Brasil (129).

A las deficiencias en los centros penitenciarios, se suman lagunas o la falta de garantías en los sistemas jurídicos y penitenciarios en el extranjero, además de la diferencia de idioma, cultura y modos de vida.Año y medio en tramitarse el traslado a España

Los traslados tardan de media entre un año y 18 meses. Pero dependen del país donde esté encarcelado el interno, si tiene un convenio o el proceso de tramitación –hay estados que demoran tres años la ejecución de la medida para conducir al preso a España. Para recortar los plazos,el Congreso ha aprobado por unanimidaduna proposición no de ley del PP que insta a agilizar los trámites y a mejorar las actuaciones para la asistencia de estos internos, que pueden recibir 120 euros al mes del consulado para comida."Sufríamos un hacinamiento total"

Antonio López relata que las dos primeras semanas estuvo recluido en una celda de 10 metros cuadrados con otros 28 reclusos, durmiendo en el suelo, llevándose la comida a la boca con las manos, con las cucarachas en el techo y con un agujero en el suelo como retrete. "Es un mundo insoportable. Un hacinamiento total. Encima, tengo problemas de corazón y me estaba afectando ese estado. Creía que moriría".

A la tercera semana le pasaron a enfermería, donde compartía celda con 14 internos, en un espacio de 18 metros cuadrados. Consiguió un colchón. Pero seguían la suciedad y los bichos. Y comiendo en el suelo, con las manos.

"Te daban cocido, otra veces un trozo de pollo, o quesito. Comíamos en una olla común", asegura Antonio, que dice que se dejó "muchos kilos por el camino", desde noviembre de 2012 a mayo de 2013, cuando salió libre.

Antonio dice que su estado físico se ha deteriorado, pero lo peor es daño psicológico. "Salí muy mal y ahora estoy tocado. Me he tratado y estoy siguiendo medicación. Pero me da rabia porque tengo tanto odio en mi cuerpo, le he cogido tanto rencor a la justicia marroquí", confiesa. Con 420 euros de ayuda como desempleado asegura que no puede ejercer acciones legales para reclamar a Marruecos una compensación por daños y perjuicios. "Perdí mi empleo por culpa de esta mentira. Y además todo el sufrimiento". Cuenta que ha contado su caso al Defensor del Pueblo andaluz, pero que no puede hacer nada, y que ahora quiere denunciarlo ante el Ministerio de Justicia. Es su último recurso. ¿Y si no logra nada? "Seguirá peleando para sacar a otros españoles de ese infierno". Antonio forma parte del colectivo Gran Familia, donde denuncian las condiciones de los reclusos españoles en Marruecos y cuentan historias en el blogwww.infiernotanger.com

En ese colectivo está Asunción, hermana de Antonio, que lleva tres años y medio encarcelado en Tánger. "Él no tiene nada que ver con la droga que encontraron en el camión. Esa mercancía salió de un almacén de Marruecos. Es víctima de un error". Condenado a seis años en prisión, durante los tres primeros años durmió en el suelo en una celda con una veintena de internos.

"Recuerdo cómo me llamó emocionado para decirme que había logrado un colchón", asegura Asunción, que tiene esperanza de que la propuesta aprobada este martes en el Congreso pueda abrirle la puerta al traslado.

Antonio, de 43 años, tiene que hacer una multa de 7,5 millones de euros y hasta no abonar la cuantía, no puede por ahora solicitar su traslado a España, según explica Asunción. "Ha alegado insolvencia, pero no se lo reconocen, porque tiene una vivienda con hipoteca. Pero esa cantidad es imposible de pagar".

Asegura que su hermano, que entró en la cárcel con un hijo de apenas un mes, es "muy fuerte y testarudo". "Saca la energía porque sabe que es inocente y quiere luchar cuando salga para demostrarlo. Nos dice que saldrá de allí con la cabeza alta"."A mi hijo le pusieron una pistola en la cabeza en una cárcel de Venezuela"

Su historia es la de unamadreresidente enTarragonacon unhijo presodesde hace dos años y medio en unacárcel de Venezuelapor tráfico de drogas. El joven estácondenado a diez años de prisión.Le pillaron en el Aeropuerto de Caracasy ahora está recluido en el penal deRodeo II, una prisión que ha vivido motines por las protestas ante laescasez de comida.

"Mi hijo me dice queestá muerto de miedo,que se levanta pensando en sobrevivir. Su vida pende de un hilo", relata emocionada su madre, que pide no dar su identidad ni la de su hijo. La familia no quiere que haya problemas con eltraslado a España, que se ha autorizado, pero que llevaocho meses de retraso.

"A mí me pide mi hijo que sea fuerte, como él, que sea peleona, y por eso no me caigo. Pero estoy en tratamiento y en la familia hemos tenido pérdidas recientes y esto lo llevamos muy mal", relata la madre, que fue a visitarle a la cárcel en Venezuela. "Lo que vi era unsitio insalubre, inhumano, donde te señalan por ser español, te amenazan. Mi hijodurmiendo en el suelo, en un espacio de 70 metros cuadradoscon otros125 presos. Y lestratan como bestias", cuenta esta mujer, que como otras familias con reclusos en Venezuela luchan por el traslado cuanto antes, a través de la abogada experta Cristina Ogazón.

El joven de Tarragona, que trabaja en la cocina de la cárcel, ha estado al borde de la muerte, según relata su madre. "Le apuntaron en la cabeza con una pistola.Su reacción fue la de no venirse abajo. Encaró al otro y le salió bien. Allí no puedes ser cobarde, pero tampoco ir de chulo. Y las cosas a veces cambian en un segundo", sostiene.

Esta madre insiste durante la conversación por teléfono que saca fuerzas porque se lo ha prometido a su hijo. "Tiene la cabeza muy amueblada, aunque cometió un error llevando ese paquete al Aeropuerto de Caracas… Creo que le engañaron", explica cuando se le pregunta por el carácter del joven, y la condena.

Ayer lunes habló con su hijo. "Está desesperado por el traslado. No entiende por qué no se mueve si está aprobado", dice esta mujer, que no confía en que la propuesta del PP vaya a agilizar los trámites.

Desde que su hijo está en la cárcel duerme con el teléfono debajo de la almohada. "Siento que él me está pidiendo socorro y yo necesito tener noticias de él".

La abogadaCristina Ogazónrelata que la situación de los presos en Venezuela es crítica: "Hay unbrutal hacinamiento, casos de desnutrición. Son constantes los motines. Y lo peor es la seguridad. Los españoles están pidiendo un SOS en mayúsculas". La letrada critica los retrasos en la ejecución de traslados, que pueden retrasarse hasta cuatro años".

A fecha de 30 de noviembre de 2013, en lo que va de año un total de 221 presos habían conseguido regresar a España para cumplir aquí el resto de su condena. Mientras, hay en cursos más de 380 solicitudes, de países como Perú, Colombia, Ecuador, Italia, Portugal Panamá o Marruecos.

Los traslados en España los acuerda el Consejo de Ministros y la motivación suele ser que el preso vive en condiciones de insalubridad o por necesidad- porque padece una enfermedad. Las autoridades españolas suelen ser favorables a este traslado, porque el objetivo es la reinserción social y permitir al interno estar cerca de familiares y allegados.

Las peticiones que se deniegan suelen ser cuando el preso está condenado a cadena perpetua, porque esta pena no existe en el ordenamiento jurídico español.

El traslado no implica la modificación de la condena. El preso deberá cumplir en España la pena impuesta en el extranjero, aunque en las condiciones penitenciarias de aquí.

Mostrar comentarios