El resurgir de un Tea Party que nunca se fue conmociona a los republicanos

  • La derrota en primarias del líder de la mayoría republicana en la Cámara baja de EE.UU., Eric Cantor, hizo saltar las alarmas entre la vieja guardia del Partido Republicano que no esperaba caer ante un ultraconservador Tea Party que parecía en horas bajas, pero que, en realidad, nunca se fue.

Raquel Godos

Washington, 14 jun.- La derrota en primarias del líder de la mayoría republicana en la Cámara baja de EE.UU., Eric Cantor, hizo saltar las alarmas entre la vieja guardia del Partido Republicano que no esperaba caer ante un ultraconservador Tea Party que parecía en horas bajas, pero que, en realidad, nunca se fue.

El fracaso en las primarias de esta semana para el distrito congresional de Virginia, con miras a las legislativas de noviembre, ha personificado en Cantor los miedos del "establishment" republicano que confiaba ciegamente en su victoria y, ahora, de repente, se ve forzado a una revisión tanto en términos de mensaje electoral como de estrategia política.

Sin embargo, extrapolar a nivel nacional el deseo de los apenas 65.000 votantes que repartieron sus sufragios entre Cantor y el vencedor y desconocido profesor de económicas David Brat, tampoco ofrecería una fotografía fiel de lo que quieren los electores republicanos.

"Se trata de una continuación de la lucha entre las distintas facciones, entre el 'establishment' de los republicanos y algunos 'insurgentes', incluyendo a los candidatos tipo Tea Party. Pero tenemos que mirar cada incidente como un caso especial y analizar en consecuencia", dijo a Efe Steffen Schmidt, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Iowa.

Durante este periodo de primarias abiertas de cara a las elecciones de noviembre, a la de Brat apenas se le han sumado algunas pequeñas victorias ultraconservadoras en Maine o la muy disputada campaña en Misisipi.

"Esto no es una nueva erupción. El Tea Party junto a los evangélicos ahora son las fuerzas dominantes dentro del Partido Republicano. Las figuras del 'establishment' sobreviven acomodándose a sus deseos políticos", aseguró a Efe el profesor de Políticas de la American University, David Lublin.

El caso de Cantor ha sido un fiel reflejo de esa oscilación, porque el hasta ahora líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes tuvo que coquetear con los más conservadores para alzarse como una cara visible dentro del partido.

"Las siglas de Tea Party responden a 'taxed enough already', ('ya tenemos suficientes impuestos'), y eso es algo en lo que no puedo estar más de acuerdo", repetía Cantor antes y después de las primarias, para congraciarse con los ultraconservadores.

Y aunque lo cierto es que el Tea Party pierde casi todas las peleas políticas nacionales, está condicionando constantemente al Partido Republicano empujándolo hacia la derecha al amenazar con derrocar a cualquier líder que no sea lo suficientemente radical, como experimentó en sus propias carnes durante las primarias el aspirante, y luego candidato, Mitt Romney en 2012.

Mientras esto ocurre, la polarización interna del partido y la influencia más radical aleja cada vez más a los republicanos de alcanzar la Casa Blanca en 2016.

"Los republicanos son más derechistas que hace unos años y continúan moviéndose hacia la derecha a medida que sus miembros conservadores son sustituidos por miembros más conservadores. La brecha se encuentra no solo entre los republicanos del aparato, sino también entre la élite política a la que le gustaría ganar las elecciones presidenciales, pero considera que el Tea Party les condena a permanecer fuera del poder", agregó Lublin.

Ante este panorama, para Schmidt la salida de los republicanos de siempre está en hacer de esta derrota tan sonada un propósito de enmienda, no dar nada por ganado, salir de nuevo a la calle en busca de nuevos votantes y asegurarse de que se inscriben para los comicios futuros.

"La gran mayoría apoyaba a Cantor, pero no votaron en las primarias porque pensaban que iba a ganar de todos modos. A veces es mucho mejor si las encuestas muestran a un candidato muy atrás. A continuación, los militantes de ese candidato estarán preocupados y se asegurarán de que todo el mundo acuda a las urnas", argumentó el profesor.

Cantor explicó el pasado día 11, tras la derrota electoral, que finalizará su mandato en noviembre como representante en el Congreso, pero que se aparta del liderazgo republicano en la Cámara baja tras no haber logrado que su nombre entrara en las listas de los comicios legislativos.

Las próximas elecciones legislativas, a mitad de mandato, tendrán lugar en noviembre y renovarán por completo los 435 miembros de la Cámara de Representantes y dos tercios del Senado.

La derrota de uno de los grandes líderes del aparato republicano como Cantor, aunque ha sido un zarpazo inesperado, no debería leerse pues como el anuncio del regreso triunfante de un Tea Party que, en realidad, nunca desapareció del escenario conservador.

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