El saneamiento del agua centra la ayuda española en Haití tras seísmo de 2010

  • Tres años después del terremoto en Haití que causó 300.000 muertos, otros tantos heridos y 1,5 millones de damnificados, la cooperación española continúa trabajando en la zona y centra sus esfuerzos en el tratamiento del agua con una inversión de 150 millones de euros.

Madrid, 11 ene.- Tres años después del terremoto en Haití que causó 300.000 muertos, otros tantos heridos y 1,5 millones de damnificados, la cooperación española continúa trabajando en la zona y centra sus esfuerzos en el tratamiento del agua con una inversión de 150 millones de euros.

Este sábado se cumple el tercer aniversario del terremoto, una de las mayores catástrofes naturales de la historia que agravó la situación, ya de por sí crítica, del que se considera el país más pobre del hemisferio oeste.

Con un 80 por cien de pobreza, cifras de mortalidad infantil superiores al 60 por ciento y una epidemia de cólera que desde 2010 ha causado casi 8.000 muertos y más de 600.000 afectados, la cooperación española ha apostado por centrar sus esfuerzos en el saneamiento del agua.

"Elegimos el sector del agua, para el que tenemos disponibles 150 millones de euros que vamos ejecutando", ha explicado a Efe el director de la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aecid), Juan López-Dóriga, quien se ha referido a la construcción de una planta de tratamiento de agua inaugurada en mayo de 2012.

Se trata de la planta de tratamiento de aguas residuales de Titanyen, la mayor planta depuradora del país, que recicla las aguas de Puerto Príncipe y su zona metropolitana y que facilitará que más de 2 millones de haitianos cuenten con agua potable y acceso a sistemas de saneamiento.

En la Conferencia Internacional de Donantes de Nueva York, celebrada en marzo de 2010, España comprometió 346 millones de euros -convirtiéndose así en el tercer donante bilateral y el primero de la UE- y ha desembolsado hasta la fecha un 66 por ciento de esta cantidad.

En los primeros momentos tras el terremoto, ha señalado López-Dóriga, la Aecid destinó 68 millones a ayuda humanitaria y otros 231 millones tiempo después. "Todavía nos queda, pero no se trata de llenar el país de dinero que luego no se utiliza inmediatamente, sino que vamos desembolsando a medida que las obras se van desarrollando y el dinero se puede utilizar".

La educación y el desarrollo social son también objetivo de la cooperación española, así como la creación de un tejido económico que ayude a crear empleo y disminuir la pobreza.

En este sentido, el director de la Aecid ha apuntado al proyecto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por una cuantía de 50 millones de euros para favorecer el desarrollo de pequeñas y medianas empresas.

Sin embargo López-Dóriga se ha mostrado cauto. "Partíamos de una situación de gran retraso y hay que recuperar mucho terreno, el que existía desde un principio y el que añadió el terremoto" y "cambiar la situación más allá de la ayuda de emergencia que se dio en los primeros meses cuesta porque hay que reconstruir viviendas, las infraestructuras, escuelas, conducciones de agua e incluso muchas veces hacerlas nuevas".

Así, el reto "es acabar lo que empezamos" porque "uno de los pecados de la cooperación a veces es la impaciencia y hay determinadas actuaciones que se pueden realizar rápidamente, pero hay otras que requieren periodos de maduración largos", como las que necesitan de infraestructuras.

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