Bufetes virtuales

El sector jurídico se adapta al futuro del metaverso: ¿oportunidad o riesgo?

Un despacho de abogados de Marbella ya se ha instalado en el mundo virtual. Los expertos estudian las implicaciones legales relacionadas con esta nueva forma de interacción social, económica y laboral.

Metaverso
El sector jurídico se adapta al futuro del metaverso: ¿oportunidad o riesgo?
Europa Press

La realidad virtual y aumentada es ya un hecho. Cada vez más empresas de distintos sectores están instalándose en el metaverso. Los ciudadanos comienzan a formar parte de esta nueva forma de vida, donde no existen fronteras ni barreras físicas. Comprar un coche, una casa, un terreno, trabajar, tomar un café, ir a un espectáculo, mantener una reunión... Todo es posible en este nuevo entorno. El fundador de Twitter, Jack Dorsey, subastó una versión virtual de su primera publicación en la red social obteniendo una recaudación de 2,9 millones de dólares. Una imagen digital de un bolso Gucci se vendió por el equivalente a 4.000 dólares en moneda virtual, el doble de lo que cuesta en la vida real. Ello hace que los expertos del ámbito jurídico se planteen las implicaciones legales que pueden existir en esta forma de interacción social, económica, laboral e incluso comercial.

El debate sobre si es necesario crear leyes o adaptar las ya existentes, incluso si resulta una oportunidad o un riesgo tener un espacio digital para prestar tus servicios -al igual que han hecho grandes firmas como ZaraLouis Vuitton o Hyundai- ya está abierto. Precisamente en este último punto no hay un criterio unánime en los despachos de abogados. Quizá por el estado inicial en el que se encuentra el metaverso. A nivel internacional, ya hay bufetes que han abierto su oficina virtual, como los estadounidenses Arent Fox, Grungo Colarulo, Falcon Rappaport & Berkman; la canadiense Grinhaus Law; o la brasileña Viseu Advogados. En España, el primero en hacer esta apuesta ha sido Vicox Legal, un despacho de Marbella especializado en blockchain y criptomonedas, que abrió su sede digital en septiembre de 2021.

El concepto de metaverso fue acuñado en 1992 por el escritor estadounidense Neal Stephenson, en la novela 'Snow Crash', y se refiere a un entorno donde los humanos interactúan social y económicamente como avatares en un ciberespacio. Pero ha sido ahora cuando se ha puesto de moda, después de que el fundador de Facebook (renombrado como Meta) Mark Zuckerberg, haya lanzado su propio espacio virtual. Lo cierto es que no es el único que existe ni es el primero. La tecnológica Linden Lab desarrolló en 2003 la comunidad Second Life que aún sigue en marcha. En él, algunas firmas legales ya tuvieron presencia, incluso hasta un colegio de abogados, el Second Life Bar Association. Aun con esta experiencia, por el momento, la gran mayoría de los despachos de abogados no ven la necesidad de tener que introducirse en el universo virtual.

Una postura que no comparte el socio director de Vicox Legal, Vicente Ortiz, que ve metaverso como un campo emergente para todos aquellos abogados especialistas en nuevas tecnologías y en activos digitales. En declaraciones a La Información, el letrado resalta que la interacción que tiene lugar en las plataformas virtuales es "como la vida real misma". De hecho, ha rememorado que antes de comprar su parcela en Decentraland -en la que también han invertido JP Morgan o Cocacola- y 'construir' un edificio donde ofrecer sus servicios legales, tuvo que hacer un estudio para elegir "el mejor barrio y una buena calle transitada". Con todo ello, Ortiz asegura que al principio entendía la realidad virtual como una herramienta de marketing, "de captación de clientes y de estar cerca de la comunidad", pero sus expectativas se han cumplido con creces, por lo que ahora la define como un entorno "acertado" y "estratégico" donde desarrollar su profesión.

Como cualquier negocio, los servicios y bienes tienen un coste. En el 'otro universo', todo se mide en NFTs, tokens (unidades de valor) no fungibles que funcionan a través de la tecnología blockchain -como las criptomonedas- y tienen un certificado digital de autenticidad. Y es de este modo mediante el que Ortiz y su equipo ofrecen y prestan su asesoramiento legal. Así, para impulsar su negocio en metaverso, intenta trasladar las oportunidades reales al mundo virtual, aprovechado ocasiones donde sus conocimientos legales son requeridos. En esta línea, con ocasión de la campaña de la Renta que se acaba de iniciar, que este año incluye la novedad de tener que declarar a Hacienda los criptoactivos que se poseen, ha lanzado una oferta limitada de sus servicios (NFTs) para clientes virtuales.

Interrogantes jurídicos

Pero como ocurre en la realidad física, la interacción entre personas (o avatares) o las relaciones económicas y comerciales pueden tener puntos conflictivos. Por ejemplo, en diciembre de 2021 una usuaria de Horizon Worlds, la plataforma de Meta que se encuentra en fase de prueba en Estados Unidos y Canadá, denunció el primer caso de acoso sexual. Asimismo, la marca de moda francesa Hermès o el gigante deportivo Nike ya han acudido a los tribunales por la creación de imágenes de sus productos sin su consentimiento. En este sentido, los expertos plantean cómo poder abordar otros problemas jurídicos que pueden surgir en este mundo alternativo relacionados con la protección de datos personales y la falta de seguridad sobre la identidad digital; o el fraude y robo de bienes digitales. Por ello, advierten de la necesidad de ir adaptando las leyes para dar alcance a todas las situaciones que puedan ocurrir.

Los expertos plantean cómo abordar problemas jurídicos que pueden surgir en la realidad virtual relacionados con la protección de datos personales y la falta de seguridad sobre la identidad digital; o el fraude y robo de bienes digitales

Así lo expone Marlen Estévez, socia y directora del Departamento de Litigación, Mediación y Arbitraje de RocaJunyent, que subraya en declaraciones a este diario que, debido a la "fase incipiente" en la que se encuentra metaverso, existe un "vacío legal", al igual que ocurrió cuando comenzó Internet. Ante esta situación, en su opinión, las leyes actuales sirven para solucionar las controversias que vayan surgiendo, aunque aboga por que poco a poco se vayan adaptando a esta nueva forma de comunicarse y de relacionarse, e incluso por encontrar mecanismos de resolución alternativos, como puede ser la mediación o el arbitraje. En este punto, recuerda que las normativas ya se han ido modificando según lo ha ido requiriendo el avance de la tecnología, la economía digital y la ciberdelincuencia.

Aún así, la abogada advierte de la rapidez con la que se está consolidando la realidad virtual, lo que obligará a revisar "caso por caso" para saber si se puede acudir a la normativa vigente, a las normas de competencia de derecho internacional, y aclarar qué jurisdicción tendrá competencia para conocer el asunto, ya que se trata de algo que habrá ocurrido en un mundo digital y descentralizado. Tal y como indica Estévez, "no hay un único tipo metaverso", por lo que habrá que ver cómo avanzan y cómo funcionan las plataformas, "si son de un único sector o híbridos", así como si los bienes de una se pueden utilizar en otras. Por ello, se ponen encima de la mesa "muchos interrogantes" sobre "¿qué sucederá con conceptos como el de propiedad y posesión? ¿Cómo se verán afectadas la propiedad intelectual, la fiscalidad, la privacidad de los usuarios?", indica.

"De momento, todo se va tener que dirimir en los tribunales", concluye Estévez. Sin embargo, esta es otra de las cuestiones que se plantean los expertos: si el delito o la disputa tiene lugar en una plataforma virtual, ¿se podría juzgar en esa otra realidad? ¿y cómo se llevaría a cabo? Según señala Ortiz, ya se está trabajando para crear mecanismos que permitan poner en marcha una Corte de Justicia digital, como puede ser Kleros, una plataforma que funciona desde 2017 para realizar servicios de arbitraje descentralizado, en la que se asigna aleatoriamente a un jurado de expertos que analizarán la situación y votarán un veredicto.

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