El Senado quiere imitar a la ONU y al Parlamento Europeo, pero ¿a qué precio?

  • La Cámara Alta puede convertirse en el primer parlamento español en el que se hablen cinco lenguas. Hoy saldrá adelante una iniciativa en favor de utilizar el euskera, catalán, valenciano y gallego en todos los plenos y comisiones de esta institución parlamentaria. Los 34 senadores (PSC, CiU, ERC, PNV, ICV y BNG) que apoyan la iniciativa calculan que tener traductores simultáneos en todas las reuniones costará 120.000 euros, pero esta cifra podría alcanzarse en tan sólo una semana de actividad parlamentaria.
Gabilondo rechaza defender el castellano "combatiendo" otras lenguas cooficiales
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Beatriz Toribio

¿Se imagina a José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy siguiendo el Pleno del Senado con auriculares? Hasta ahora ésa es una imagen más propia de la participación del presidente del Gobierno en reuniones de la ONU, el Parlamento Europeo y otro tipo de citas internacionales. Pero pronto, esta fotografía también podría obtenerse en la Cámara Alta.

El Senado vota hoy la toma en consideración de una propuesta para reformar su reglamento y permitir el uso de la lenguas cooficiales (catalán, euskera, valenciano y gallego) en todas los plenos, sesiones de control, comisiones y documentos de esta Cámara.

Ésta es una vieja reivindicación de los grupos nacionalistas que hoy saldrá adelante gracias al apoyo del PSOE. Su portavoz en el Senado, Carmen Silva, argumenta que el voto a favor de su grupo es solo "un respaldo a la toma en consideración" para estudiar el tema. Los socialistas defienden que a medida que el trámite parlamentario avance pondrán "límites" al uso de estas cuatro lenguas, pero no han especificado cómo.  El PP será el único partido que votará en contra.

Las cuatro lenguas cooficiales ya se utilizan en el Senado, pero poco

El catalán, euskera, valenciano y gallego ya se pueden utilizar en la actualidad en la Comisión General de las Comunidades Autónomas, pero esta comisión del Senado apenas se celebra. Cuando lo hace, se puede ver a muchos ministros y senadores con los auriculares puestos. También ciudadanos e instituciones se pueden dirigir por escrito a la Cámara Alta en las cuatro lenguas cooficiales.

La última reunión de dicha comisión tuvo lugar en octubre de 2008 y el coste de los  servicios de traducción simultánea fue de 6.500 euros por tres horas de reunión, según datos facilitados por los servicios de prensa del Senado.


Cifras que no cuadran

Los detractores de la iniciativa se agarran al elevado coste que supondría traducir toda la actividad de esta Cámara para oponerse a ella. El Senado celebra tres sesiones plenarias durante dos semanas al mes, de febrero a mayo. A ello hay que sumar que, según fuentes parlamentarias, a la semana hay una media de 15 comisiones. Sólo tomando como referencia el coste de los servicios de traducción de la última sesión de la Comisión General de Comunidades Autónomas (que en todo caso se quedaría corta ya que las sesiones plenarias y las comisiones duran mucho más de tres horas) el coste a la semana alcanzaría los 117.000 euros semanales.

Los promotores de la iniciativa limitan su coste a 120.000 euros anuales y además proponen una "reorganización" del presupuesto del Senado para que no suponga un gasto adicional. Pero no detallan cómo llegan a esa cifra ni cómo compensarla para que no se resientan las cuentas de la Cámara Alta. "Ésa es una competencia de la Mesa del Senado" asegura Miguell Bofill, senador de Entesa Catalana del Progrés, grupo que engloba a PSC, ERC e ICV.

Bofill defiende que el coste económico es un "falso problema" que quiere crear el PP y niega que el gasto final supere los 120.000 euros, ya que se crearía un servicio de traducción "de base" en el Senado que no supondría pagar por hora de traducción.


Gasto en momentos de crisis

Pero lo cierto es que se haga de una forma u otra, traducir de forma simultánea todas las reuniones y documentos de la Cámara Alta supondrá un coste en momentos en los que el Gobierno hace cábalas para reducir el elevado gasto público y cumplir con los límites que establece Bruselas en materia de déficit. "La democracia es muy cara y la dictadura más aún. Pero la democracia es muy rentable para los ciudadanos. Nosotros también pagamos y para estar en esto queremos que se hable en nuestras lenguas", argumenta Bofill.

Además, de salir adelante, el debate sobre el uso de las lenguas cooficiales podría reabrirse también en el Congreso, pese a las reticencias del presidente José Bono. Joan Ridao, portavoz de ERC en el Congreso, ya ha anunciado que insistirá sobre el tema.


El camino que le espera a la iniciativa

El texto que, salvo sorpresas de última hora, se aprobará hoy pretende que el uso de las cuatro lenguas cooficiales se aplique a los plenos a partir de septiembre, para el año que viene "extenderlo a las comisiones", explicó Bofill quien quiso dejar claro que los "tiempos son negociables". Tras el debate de hoy, la propuesta de reforma del reglamento inicia su trámite parlamentario. Primero pasará a Comisión, donde los grupos plantearán sus enmiendas, y de ahí a Pleno.

En el debate plenario se necesitará mayoría absoluta (mitad más uno), por lo que esta treintena de senadores tendrán que asegurarse el voto a favor del PSOE para que hablar en euskera, valenciano, catalán o gallego se haga realidad.

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