El sonido de tambores étnicos de guerra acompaña a los comicios en Birmania

  • Gokhteik (Birmania) 4 nov .- Los tambores de guerra suenan en las zonas tribales de Birmania a pocos días de que se celebren elecciones, tras más de medio siglo de revueltas étnicas y débiles pactos de alto el fuego con el régimen militar.

El sonido de tambores étnicos de guerra acompaña a los comicios en Birmania
El sonido de tambores étnicos de guerra acompaña a los comicios en Birmania

Gokhteik (Birmania) 4 nov .- Los tambores de guerra suenan en las zonas tribales de Birmania a pocos días de que se celebren elecciones, tras más de medio siglo de revueltas étnicas y débiles pactos de alto el fuego con el régimen militar.

La casi treintena de guerrillas étnicas que controlan zonas del este, oeste y del norte del país, incluidas las 17 que durante las últimas dos décadas acordaron colaborar con el Gobierno central sin deponer las armas, tienen en alerta a sus efectivos ante el riesgo de que tras los comicios el Ejército acometa una ofensiva.

Por un lado están las guerrillas tribales que temen que la manipulación del resultado de los comicios del 7 de noviembre robe a sus brazos políticos la representación en las asambleas regionales y en el Parlamento federal.

Y por la otra parte se encuentran aquellas organizaciones de minorías que aguardan represalias por haber boicoteado el proceso electoral.

"La situación actual es muy delicada. Un fraude en las elecciones supondrá una guerra en las áreas con grupos étnicos armados y un gran paso atrás", declaró a Efe Thein Pe, miembro del comité central del recién creado Partido Democrático Wa, y hasta hace poco mando de la guerrilla wa del Estado Shan, al noreste de Birmania (Myanmar).

A partir de 1989, y después de más de cuatro décadas de guerra, el régimen militar negoció acuerdos de alto el fuego con 17 grupos étnicos armados, a los que a cambio del cese de las hostilidades concedió cierta autonomía para gestionar sus regiones y recursos, incluido el lucrativo narcotráfico.

Otras organizaciones armadas de tribus del noreste, incluidos karenni, karen, shan y al menos tres más del norte y oeste del país, han continuado combatiendo contra las tropas gubernamentales con el fin de defender su territorio y ganar la plena autonomía.

"La gente de estas zonas está muy preocupada", apuntó Thein Pe en una visita a Gothteik, localidad de la zona del Estado shan controlada por el Ejército birmano.

El Gobierno presidido por el general Than Shwe, quien durante muchos años estuvo al mando de operaciones contra las guerrillas, ha apartado del proceso electoral a cerca de dos millones de electores residentes en 3.500 aldeas situadas en zonas tribales de los estados Shan, Kachin, Karen, Kaya, Mon, Arakan y Chin.

"En el Estado Chin, donde tenemos paz desde hace 19 años, hay mucho nerviosismo por temor al resultado de las elecciones", dijo Kyaw Oo, comerciante de la ciudad de Hakha, en el Estado Chin fronterizo con la India.

Del total de 58 millones de habitantes que tiene Birmania, cerca del 40 por ciento pertenece a las etnias minoritarias, la mayoría aliadas de poder británico hasta que la colonia alcanzó la independencia, en 1948.

En medio de este clima de tensión, en zonas del este y norte del país se han producido combates entre las guerrillas y el Ejército birmano, que a partir julio del año pasado comenzó a reforzar sus batallones y a adquirir nuevo material bélico a Rusia y China, según informó recientemente la prensa oficial.

Con unos 30.000 efectivos bien entrenados y apoyados por piezas de artillería, el denominado Ejército del Estado Unido Wa y el Ejército Nacional Kachin, que dispone de unos 10.000 combatientes, son las dos mayores guerrillas étnicas del noreste de Birmania.

La primera señal del cambio de estrategia en el Gobierno surgió en agosto del año pasado, cuando las tropas atacaron al grupo armado de la etnia kokang, al norte, y, tras varios días de combates, unas 30 personas murieron y otras 30.000 se refugiaron en la frontera con China.

La seguridad en las fronteras de Birmania preocupa a los países vecinos, razón por la que el general Than Shwe, quien raramente viaja al exterior, efectuó recientemente visitas a la India, China y Laos, y recibió en Naypyidaw, la capital, al primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva.

Naciones Unidas estima que unos 600.000 birmanos, la mayor parte de las minorías étnicas, residen en campos de refugiados levantados en las fronteras de Birmania con Bangladesh y Tailandia.

Un amplio abanico de países occidentales y la oposición en la clandestinidad consideran que con las elecciones la Junta Militar persigue perpetuarse en el poder con el aspecto de gobierno civil.

Miguel F. Rovira

Mostrar comentarios