El supremo absuelve a un hombre acusado de abusos a su hija porque el testimono de la menor es “inverosimil”


La Sala Segunda del Tribunal Supremo ha absuelto a un hombre de un delito de abusos sexuales contra su hija por considerar “inverosímil” el testimonio de la menor, que fue la única base para que la Audiencia Provincial de Almería le condenará a siete años de prisión.
El Supremo resuelve el recurso de casación a favor del inculpado por entender que el testimonio de la niña no era “creíble” y que el tribunal que le condenó no tuvo en cuenta la “litigiosidad” en la que se desenvolvían las relaciones familiares.
El recurrente fue acusado por su hija de 12 años de abusos sexuales. La niña vivía con su madre en Sant Adriá del Besós (Barcelona) y se hallaba pasando una temporada en Antas con su padre.
Según el relato de la menor, en un día no determinado de finales de octubre y cuando se encontraba bajo los efectos del alcohol, el padre entró en la habitación de la niña y aprovechando que dormía “le introdujo una mano por debajo de la ropa para acariciarle los pechos mientras introducía un dedo de la otra mano en la vagina”.
Siempre según la versión de la niña, estas maniobras hicieron que se despertara, momento en que recriminó esta actuación a su padre, lo que motivó su salida del cuarto.
Según los hechos que la Audiencia Provincial de Almería consideró probados, la niña tuvo estrés postraumático de carácter leve de los que logró sanar en 120 días.
Sin embargo, dice el Supremo, los informes psicológicos detectaron una “mala predisposición” de la menor hacia su padre. Además, la menor había formulado ya denuncias contra su madre y su compañero, de las que más tarde se desdijo.
El Supremo entiende que la sentencia no garantiza la presunción de inocencia del acusado y reprocha al tribunal condenador que la sentencia impugnada se fundamente sólo en las declaraciones de la menor, entendiendo que su testimonio no es creíble.
Fundamenta esta idea en que el padre de la niña dormía siempre con su nueva pareja y en que la menos compartía habitación con su hermano, que no pudo acreditar su versión.

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