El timo de las listas de espera andaluzas: así 'desaparecieron' 500.000 pacientes

  • La Junta destinará 25 millones para reducir los retrasos y los médicos trabajarán en fin de semana y podrán hacer jornadas voluntarias. 
Elías Bendodo y Jesús Aguirre
Elías Bendodo y Jesús Aguirre
Efe

Tras casi 37 años de gobiernos socialistas en Andalucía, el nuevo Ejecutivo regional, compuesto por el Partido Popular y Ciudadanos, se ha marcado el objetivo de levantar alfombras, dar transparencia a los procedimientos de elección de los funcionarios y auditar cada euro que recibe la 'Administración paralela', una red clientelar compuesta por cientos de empresas, que gestionan importantes presupuestos y que tienen a su cargo miles de empleados públicos. Son algunas de sus prioridades, pero en el camino se ha encontrado, posiblemente no por casualidad, con uno de los 'grandes engaños' de la sanidad andaluza: unas listas de espera que ocultaban a cerca de un millón de pacientes.

Pese a que la cifra real se ha conocido esta semana, gracias a un mapa intereactivo que ha facilitado la propia Junta, el consejero de Salud y Familias del Gobierno regional, senador desde hace diez años y médico de familia, Jesús Aguirre, ya anticipaba la noticia hace casi un mes, asegurando que los datos que manejaban eran para "asustarse", que los facilitados hasta ese momento eran irreales y que el asunto sería sometido a una auditoría externa, una herramienta recurrente del nuevo Ejecutivo. Será la Cámara de Cuentas de Andalucía la que se encargue de la fiscalización, que se centrará en el año 2018.

El anterior Gobierno socialista había convertido sus "reducidas listas de espera" -hablaba de 300.000 pacientes y realmente hay 845.000- en un ejemplo de su gestión sanitaria, un área que absorbe una partida presupuestaria de 9.700 millones al años, tres veces más que lo que cuesta la 'Administración paralela'. En ninguno de los ránking comparativos entre comunidades, Andalucía ocupaba los primeros puestos de tiempo de espera, a los que quedaban relegados Canarias, Castilla-La Mancha o Cataluña.

Al tiempo, los responsables socialistas se empeñaban en vender la sanidad pública como la 'joya de la corona' de los andaluces, asegurando, por ejemplo, que el tiempo que transcurría en la región para una operación era 20 días inferior a la media española. La anterior consejera andaluza de Salud, Marina Álvarez, afirmaba sin rubor que la demora para pasar por un quirófano de 73 días frente a los 93 días del promedio del Sistema Nacional de Salud (SNS). Sin embargo, los datos conocidos ahora desmontan cualquier mensaje en esa línea. 

Un 'truco chapucero'

El 'maquillaje' de las listas de espera andaluzas no era para nada sofisticado, bastaba con excluir varios parámetros ordinarios a la hora de contabilizar las listas para que el número de pacientes en espera se redujese exponencialmente. Era una contabilidad sesgada, en la que no aparecían, por ejemplo, los andaluces que esperaban una intervención quirúrgica, ni a los que estaban en hospitales de la provincia de Cádiz ni tampoco los que se habían derivado a centros concertados. Junto a esto, en las consultas de especialistas no se incluían a quienes habían solicitado la primera consulta sin cita, ni solicitudes entre consultas, ni especialidades no garantizadas. 

Ahora y tras conocerse la decisión de impulsar una rígida auditoría a las listas de espera andaluzas, los socialistas se defienden y para ello, básicamente, utilizan dos argumentos. Por una parte, aseguran que ni una sola comunidad en España contabiliza las listas como dice el consejero Aguirre que hay que hacerlo. Y por otra, pasan al ataque asegurando que si sale ahora el asunto de las listas de espera es porque el Gobierno de derechas pretende privatizar la sanidad de la región y ese será uno de sus principales argumentos en los próximos meses.

Mientras, Jesús Aguirre ya trabaja en un plan de choque para reducir progresivamente los pacientes en espera. Para ello, ha presupuestado 25 millones de euros -el PSOE asegura que 15 serán para facilitar conciertos con la sanidad privada- y supondrá más carga de trabajo para los facultativos andaluces. La prioridad serán las intervenciones quirúrgicas y habrá aumentos de plantilla, más turnos de fin de semana y jornadas laborales voluntarias e incentivadas. Además se podrán derivar a los pacientes a centros hospitalarios concertados.

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