Elecciones 22-M: El paro pasa factura donde más le duele al PSOE

  • Las elecciones han dejado claro que cinco millones de parados son muchos votantes enfadados. Incluso en provincias fieles al PSOE contra viento y marea, los ciudadanos han dado un vuelco histórico. La fila del INEM ha cambiado el sentido de las urnas.
Álex Medina R.

No había manera. El PSOE siempre ganaba por muy mala que fuera la situación económica. Mira Cádiz, la provincia tantas veces líder en número de parados, el territorio con el sambenito de la destrucción de empleo. Llegaban unas elecciones y el PSOE volvía a ser el partido más votado gracias a su fuerza en los pequeños municipios y una sólida base en las ciudades.

Lo mismo ocurría en Málaga o Cáceres. Las capitales eran del PP, pero la suma global en la provincia le daba la Diputación a los socialistas. El desempleo parecía que no cobraba factura... hasta este 22 de mayo.

Ahora sí, ahora el paro sí que encuentra su reflejo directo en los resultados electorales. Donde hay más paro, el PSOE ha sufrido serios reveses.  Huelva, por ejemplo, es la provincia con mayor tasa de paro según la última Encuesta de Población Activa (de primer trimestre de 2011): un 32,90%

En las últimas elecciones municipales, los socialistas onubenses consiguieron el 45,31% de los votos. Ayer se quedaron en el 36,81%, sólo una décima por encima de un PP que hace cuatro años miraba a su rival 13 puntos por debajo.

Málaga es la segunda provincia con más paro de España. El descalabro socialista es incluso mayor que en Huelva, si bien en 2007 el PP ya fue el partido más votado (la capital y ciudades como Marbella ayudaron a esta hegemonía), con el 38,74% de los votos.

El PSOE, entonces, cosechó el 35,96%, suficiente para ganar el cetro de la Diputación gracias a la coalición con IU. Hoy, el PSOE sólo suma el 27,31% frente al 45,67% del PP. Los populares gobernarán en mayoría absoluta en el organismo provincial. Con mucha holgura. ¿El paro malagueño? Del 32,73%.

El dudoso podio de honor del paro lo completa Cádiz. Cómo no. En la provincia que encabezó el mismísimo Rubalcaba en las elecciones generales (y Chaves en las andaluzas), el descalabro ha sido absoluto. A la tradicional sangría que inflige Teófila en la capital se han sumado los batacazos socialistas de Jerez (ciudad más poblada) y Algeciras (la tercera en habitantes).

El resultado es que el PSOE ha pasado de dominar el Estrecho con el 39,10% de los votos a quedarse con un triste 24,54%. El PP, en cambio, ha mutado del 28,49% al 37,34%. La Diputación, cantera del socialismo andaluz en general, queda en manos absolutas de los populares.

Las conclusiones son similares en el resto de provincias andaluzas, reserva socialista del voto durante toda la democracia y zonas con tasas de paro en torno al 30%: Granada, Córdoba y Almería alumbran diputaciones con mayoría absoluta del PP y dominio popular en el recuento total.

Curiosamente, las dos provincias con menor tasa de paro del sur (Jaén y Sevilla) son las únicas donde el PSOE gana por poco en porcentaje de votos y donde mantiene sus diputaciones.

Saliendo de Andalucía, pero manteniéndonos en las provincias con más tasa de desempleo, las extremeñas han vivido situaciones de vuelco similares, como la pérdida socialista de la Diputación cacereña. Badajoz, con un desempleo del 27,22%, es una excepción a medias, porque el PSOE mantiene la Diputación pero ha sido adelantado por el PP como partido más votado.

En Canarias, donde el paro supera el 25% en sus dos provincias, el PSOE retrocede espectacularmente en Las Palmas (31,01% de paro): once puntos porcentuales menos y casi la mitad de integrantes del Cabildo. En Tenerife, del mismo modo que el desempleo es algo menor, el impacto es algo más suave, aunque pierde el segundo puesto a favor del PP.

Por último, y siempre visitando las provincias con más de un 25% de tasa de paro, resulta llamativo que los feudos del PP no han sufrido en estas elecciones. Ávila (28,26% de parados), Castellón (26,92%) y Murcia (26,16%) han incrementado su apoyo a los populares y ahondado en la herida sobre los socialistas. Una vez más, la crisis se lee en clave nacional.

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