Casado sale de la UVI y salva su cabeza gracias a la reconquista del PP en Madrid

El presidente del Partido Popular Pablo Casado (c) y los candidatos del PP a la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y al Ayuntamiento, José Luis Martínez-Almeida, celebran los resultados electorales en la sede de los populares, en Madrid.
El presidente del Partido Popular Pablo Casado (c) y los candidatos del PP a la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y al Ayuntamiento, José Luis Martínez-Almeida, celebran los resultados electorales en la sede de los populares, en Madrid.
EFE/Javier Lizón.

El PSOE es el claro ganador de las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo. Pero la alegría va por barrios y -paradojas de la política- donde verdaderamente se celebró el resultado de la noche fue en la séptima planta de la calle Génova. El PP, a pesar de ver cómo se le han fugado miles y miles de votos, va a poder mantener todo su poder territorial, recuperar alguna autonomía e, incluso, va a poder gobernar en el Ayuntamiento de Madrid. Todo gracias a pactos con Ciudadanos y Vox. El 'casadismo' puede respirar tranquilo.

El 26-M es un balón de oxígeno en toda regla para Pablo Casado, que salva su cabeza, sale reforzado para los próximos cuatro años y se garantiza un periodo largo de tranquilidad, que es precisamente lo que pedía a sus barones tras el batacazo del 28-A. Es la primera victoria del 'nuevo PP', el que ha jubilado a la vieja guardia. Se pasa página a una etapa y se da la bienvenida a otra nueva liderada por rostros como Isabel Díaz Ayuso, nueva lideresa contra todo pronóstico, y por José Luis Martínez-Almeida, renovado hombre fuerte en la capital. Dos activos de Casado que, a partir de ahora, ganarán peso.

El mapa autonómico que dejan estos comicios es predominantemente rojo socialista: Madrid, Castilla-La Mancha, Murcia, Extremadura, Asturias, Aragón, Canarias... Pero gobernar es lo que cuenta y el PP va a poder retener sus tres feudos históricos, donde se la jugaba Casado a cara o cruz: Madrid, Castilla y León y Murcia. Son décadas en tres ejecutivos que seguirán siendo azules si Cs y Vox les apoyan. Además, los populares están en condiciones de arrebatar el Gobierno de Aragón al PSOE y han ganado en Navarra con la coalición Navarra Suma, junto a UPN y Cs. También han ganado en Baleares y La Rioja, pero no podrán gobernar.

De este 26-M sale una nueva hornada de barones del PP. Isabel Díaz Ayuso (Madrid), Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León), Luis María Beamonte (Aragón), a quien hay que sumar a Fernando López Miras (Murcia). Se unen al selecto club del que ya forman parte Alberto Núñez Feijóo (Galicia) y Juan Manuel Moreno Bonilla (Andalucía), lo que hará que los populares conserven en azul algunos territorios pese a dicha rotunda victoria del PSOE.

El balcón improvisado de Génova

En Génova no montaron balcón, presumiendo una nueva derrota como la de hace menos de un mes, pero tuvieron que improvisar un escenario a medida que avanzaba el escrutinio. Allí salieron Pablo Casado y los dos protagonistas de la noche: Martínez-Almeida y Díaz Ayuso. Eran las dos apuestas personales del presidente, nombrados contra todo pronóstico, y le han salido bien, a pesar de todas las críticas internas que recibió. Además, conservando el gobierno autonómico y recuperando el consistorio de la capital se salvan decenas y decenas de puestos de trabajo amenazados para los populares.

Díaz Ayuso, Casado y Almeida en Génova
Díaz Ayuso, Casado y Almeida en Génova / PP

El resultado del PP, pese a ser peor que en 2015, es aún más dulce teniendo en cuenta el resultado de Ciudadanos, su principal rival. De nuevo, en menos de un mes, el 'sorpasso' que no fue. La lista de Ignacio Aguado ha conseguido nueve escaños más que en 2015, pero la 'operación Ángel Garrido', robando al expresidente autonómico a última hora y en vísperas de las generales, no ha sido decisiva para sobrepasar a los populares. En el caso de Begoña Villacís, la candidatura naranja al Ayuntamiento ha podido sumar cuatro concejales más, insuficientes en cualquier caso para superar a Almeida.

Resultado 26-M en Madrid

El primer análisis que hacían anoche en la sede nacional del PP era claro: han podido retener Madrid y recuperar el Ayuntamiento de la capital gracias a los votantes que han regresado desde Vox. Lo dijo la propia Díaz Ayuso subida al balcón: "Muchísimas gracias a los nuevos votantes [que no parecen muchos] y a los que han venido de otras formaciones". Ha funcionado, por tanto, la apelación hacia lo inútil que resultó dividir el voto en las generales. 

A nivel global, el PP ha perdido en torno a un millón de votos en toda España, a falta de los últimos datos del escrutinio final. Ha obtenido algo más de 5 millones de votos frentes a los 6.016.996 sufragios de cosechó en 2015. En Madrid se ha quedado lejos del poco más de millón de papeletas que recibió hace cuatro años, superando los 670.000. 

Una de las consecuencias de que el PP retenga los gobiernos de Madrid, Castilla y León y Murcia, y que pueda estar en condiciones de recuperar Aragón y Navarra (además de ya controlar Andalucía y Galicia) implica que la reforma de la financiación autonómica no vaya a ser nada sencilla. El Gobierno socialista tendrá en el otro lado un frente común de barones populares y, además, la feroz oposición de la Generalitat de Cataluña. Se avecinan cuatro años de curvas.

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