La repetición electoral sobrevuela el 14-F

El empresariado catalán se inclina por un Govern moderado de ERC o con Illa

El programa de JxCAT contempla que la Generalitat no vuelva a contratar con el Ibex y la CUP pondrá sus condiciones si la investidura depende de ellos. Foment quiere activar la 'operación retorno' de empresas.

Illa
El empresariado catalán se inclina por un Govern moderado de ERC o con Illa
EFE

El empresariado catalán mira con interés al domingo como un día clave para el futuro económico de la autonomía. No es lo mismo un Govern con prioridades rupturistas, como el que presidió Carles Puigdemont y heredó Quim Torra, que un Ejecutivo de corte secesionista pero moderado al estilo PNV. No es lo mismo tampoco un presidente cuya investidura dependa de la CUP que otro que se apoye en partidos constitucionalistas. Y, por supuesto, no es lo mismo que en la Casa dels Canonges se termine instalando Salvador Illa, aunque la opción sea remota. La empresa quiere estabilidad y, sobre todo, unos Presupuestos en 2021 capaces de encarar la salida de la crisis y asumir los fondos europeos.

Las cuentas públicas actualmente en vigor en Cataluña son las de 2020, por lo que el resultado del domingo es clave para aprobar unos nuevos presupuestos a lo largo del presente año. Si hay inestabilidad o repetición electoral, una opción perfectamente posible a tenor de las encuestas, la interinidad se prolongaría al menos hasta el verano. Eso es lo que quieren evitar los empresarios, explican fuentes del sector, de ahí que demanden un Gobierno que goce de mayoría parlamentaria, aunque sea externa al poder ejecutivo, y que sea capaz de abordar los desafíos que se avecinan. 

A priori dos son sus preferencias. Una opción soberanista moderada y una legislatura con Illa al frente del Govern. En el primer caso las miradas se dirigen hacia Pere Aragonès y ERC, una formación que en campaña ha querido marcar distancias de sus hoy socios de JxCAT. Los republicanos no apuestan por una ruptura unilateral sino por un referédum pactado con el Estado. Una vía, en teoría, moderada y alejada de los vivido el 1-O y todo lo que vino después, incluida la aplicación del artículo 155 de la Constitución. 

Aragonès, además, como máximo responsable de Hacienda, ha mantenido una relación fluida con el mundo empresarial a lo largo de la legislatura que vive sus estertores. Sólo un pero: las medidas restrictivas en la hostelería y el comercio en general que ha adoptado el Govern, especialmente en esta tercera oleada. Los empresarios no están de acuerdo con las decisiones tomadas por el candidato de ERC y han arremetido con dureza contra él.

Con Illa la relación también es fluida pero que gobierne resulta complicado, siempre con los datos que arrojan las encuestas en este momento. Hay trackings internos circulando e, incluso, la referencia a los sondeos andorranos que apuntan a una posibilidad remota de ser investido. Que ha habido 'factor Illa' pocos los dudan, y una prueba es la pinza plasmada negro sobre blanco de los independentistas, pero a los socialistas sólo les valdría un pacto con los comunes de Jéssica Albiach, Cs y el PP. El papel de Vox en el caso de decidir una investidura también plantea serias dudas. Tampoco es seguro que estos partidos lleguen a los 68 escaños en alguna de sus fórmulas. Incertidumbre en el aire.

Oficialmente los empresarios se han expresado a través del presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre. El líder de la patronal ha asegurado en un artículo publicado en El Periódico que "la situación económica necesita urgentemente un Govern que centre sus esfuerzos en levantar económicamente el país" y que "el nuevo Govern tiene que ser muy consciente de la situación, hacer un diagnóstico exhaustivo sector a sector y ponerse a trabajar. 

"Habrá que devolver a la política su verdadero sentido, tan sencillo como procurar que las personas se puedan ganar la vida y mantener la cohesión social. Para ambas cosas hay que buscar la máxima mayoría parlamentaría para orientar la política económica de manera consensuada y evitar al máximo debates estériles inoportunos en una situación dramática", añade.  Y concluye: "No todos vemos del mismo modo lo que hay que hacer para superar esta situación, como es lógico en una sociedad plural. Pero la situación es tan grave que el Govern solo reencontrará la confianza de la sociedad si es capaz de liderar grandes acuerdos que puedan incluir a la gran mayoría de ciudadanos".

Donde no hay sintonía es en la relación entre los empresarios y JxCAT. Sólo hace falta leer el programa de la formación para conocer cuál es el proyecto de Laura Borràs y los suyos. Un ejemplo se encuentra en la promesa 45: "Promover la nueva Ley de Contratación Pública para disponer de unos servicios públicos más eficientes y de calidad, simplificando los procesos, dotando de mayor autonomía a su funcionamiento y eliminando la contratación de empresas del Ibex 35". Y añade: "Minimizar la dependencia respecto de los poderes españoles que actúan a través de las compañías del Ibex 35 en la provisión de todo tipo de servicios estratégicos y especialmente los financieros, energéticos o de comunicación".

Inestabilidad en Cataluña supondría, por cierto, inestabilidad en Madrid. Hasta ahora el Gobierno de Sánchez se ha apoyado en ERC para sacar los Presupuestos, siendo el mayor acuerdo logrado hasta la fecha por el Gobierno central. El propio vicepresidente Pablo Iglesias impulsó esta vía. Que los republicanos no gobiernen tendría, por tanto, sus consecuencias en el Congreso y en ese bloque en el que se ha apoyado Moncloa hasta la fecha. Este domingo, por tanto, la coalición también se juega su futuro.

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