Sánchez 'el resistente' o cómo llegó a La Moncloa tras ser despedido por los suyos

El libro de Pedro Sánchez 'Manual de Resistencia'
El libro de Pedro Sánchez 'Manual de Resistencia'

Pedro Sánchez ha llegado a ser presidente del Gobierno pero el precio que ha pagado no ha sido pequeño. Él mismo ironizaba en su última entrevista en TVE con las canas que le salieron en apenas diez meses en La Moncloa. También ha perdido amigos y colaboradores en su carrera. Y es que en apenas cinco años, desde que en el verano de 2014 llegó a la Secretaría General del PSOE, acumula no solo éxitos, sino también desilusiones, como un 'desahucio' de Ferraz por sus propios compañeros radiado en directo o una renuncia a un acta de diputado entre lágrimas para no votar a Rajoy. Luego vino su resurrección y su ascensión al cielo monclovita. Vayamos por pasos.

Sánchez entró en política redactando discursos para otros líderes socialistas. Comenzó siendo concejal en el ayuntamiento más importante de España, el de Madrid, un inicio nada desdeñable. Casado y con dos hijas, para él hay dos cosas sagradas: la política y su familia. De hecho, lo primero que hizo cuando dimitió como líder de los socialistas fue llevarlas a Estados Unidos a unas vacaciones en un parque de atracciones.

Para comprender mejor cómo es Pedro Sánchez es necesario mencionar a su mujer, Begoña Gómez. Personas que conocen bien al matrimonio cuentan que ella es quien esencialmente está detrás de toda esa capacidad de resistencia de Pedro. Begoña le ha animado, le ha escuchado y le ha acompañado tanto en los buenos como en los malos momentos. Desde aquel día de 2015, cuando ambos presentaron su primera candidatura a la Presidencia del Gobierno con una bandera de España de grandes dimensiones detrás, a la moción de censura, que siguió muy de cerca desde la tribuna de invitados del Congreso.

Pérez Tapias critica que Pedro Sánchez use la bandera y Elorza señala la falta del puño en alto
Pedro Sánchez y Begoña Gómez durante la presentación de su candidatura en 2015 / LI

Llegar a La Moncloa, como decíamos, no fue fácil para Mariano Rajoy, pero tampoco para Pedro Sánchez. Si el expresidente del PP perdió dos generales antes de conseguir una mayoría absolutísima, el socialista tuvo que enfrentarse al comité federal más bochornoso de la historia del partido. Ese sábado 1 de octubre, en Ferraz, se vivió un auténtico 'asesinato' político. Salió de la sede del partido aquella noche, desahuciado por los suyos, despedido por algunos de los que le habían aupado. Unos días más tarde llegaba otra imagen icónica en su trayectoria: se presentó en el Congreso y, entre lágrimas, dejo su acta de diputado para no tener que incumplir una decisión del Comité Federal.

El 'mártir' Sánchez quedó aislado, herido... pero volvió. El primero en acompañarle fue un valenciano semidesconocido en Madrid, un tal José Luis Ábalos. Le puso su vehículo particular para que Pedro Sánchez llegara a las localidades de Xirivella y Sueca, sus primeras paradas en esa gira que inició para reconquistar Ferraz. Dos años más tarde, a ese fiel colaborador le hizo número dos del PSOE y ministro de Fomento. 

Pedro Sánchez, en Xirivella (Valencia)
Pedro Sánchez, en Xirivella (Valencia)

Luego vinieron las primarias, una batalla 'a cara de perro' junto a Susana Díaz. El aparato contra un defenestrado que hizo del "no es no" su bandera. En el sanchismo siempre se confió en su victoria. Cuentan que cada vez que Felipe González o Alfonso Guerra, por citar algunos socialistas emblemáticos, pedían el voto para Díaz se disparaban sus posibilidades. Y ganaron. Sánchez recuperó el sillón de mando de Ferraz tras su triunfo en todas las federaciones, salvo en Andalucía y País Vasco. Una victoria implacable.

Entre ese momento y la moción de censura pasó justo un año. Un tiempo en el que Sánchez diseñó un Gobierno en la sombra. Montó un Consejo de Ministros paralelo e incorporó a una figura clave en este mandato: Iván Redondo. Se convirtió en su asesor de cabecera junto al propio Ábalos, Adriana Lastra, Santos Cerdán y Maritcha Ruiz-Mateos. Entre todos decidieron que nada más conocerse la sentencia de la Gürtel presentarían la moción. Fue una victoria política sin paliativos.

Iván Redondo promete su cargo como director de Gabinete del presidente del Gobierno, secretario de Estado de Comunicación, en presencia de Pedro Sánchez. (Moncloa)
Iván Redondo promete su cargo como director de Gabinete de Sánchez / Moncloa

La historia del tiempo de Sánchez en La Moncloa es de sobra conocida. 'Viernes sociales', exhumación de Franco, Presupuestos, la negociación fallida con Cataluña... Demostrando que con 84 diputados se pueden hacer algunas políticas. El PSOE aspira a resucitar este 10-N después de no de no lograr un acuerdo para formar un gobierno con los resultados del 28-A. Lo volverá a intentar. Es el triunfo de la resistencia.

Mostrar comentarios