Elecciones del 4 de mayo en Madrid

Sánchez se juega las elecciones a cara o cruz con Ayuso escapada en los sondeos

"Estamos muy cerca de poder sumar", proclaman desde el PSOE. En el PP afrontan las elecciones más tranquilas para Casado. En las seis formaciones tienen claro que la noche electoral será larga y apretada.

Isabel Díaz Ayuso y Pedro Sánchez se saludan durante su comparecencia conjunta
Sánchez se juega las elecciones a cara o cruz con Ayuso escapada en los sondeos
EFE

225 días. Es el tiempo que va a separar la inédita Cumbre de las Banderas entre Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso de las elecciones del 4 de mayo. Casi siete meses y medio que arrancaron con el presidente estampando en el libro de visitas de la Puerta del Sol el lema "la unión hace la fuerza" y que van a vivir su epílogo con un enfrentamiento a cara o cruz entre "libertad" o "democracia". El martes se dirimen en las urnas dos modelos diferentes, y hasta antagónicos, de gobernar y de encarar la recuperación económica que debería acompañar a la vacunación masiva. La campaña se encuentra completamente rota y eso va a tener consecuencias inmediatas el día 5.

El tsunami que ha vivido la política en las últimas semanas tuvo su epicentro en Murcia. El PP pudo tener la oportunidad de salvar en las urnas su gobierno más preciado, el de Madrid, gracias a una filtración de dos diputados de Cs que le contaron al presidente regional, Fernando López Miras, la noche del 9 de marzo lo que estaba tramando Ferraz. Fueron horas preciosas que sirvieron a Ayuso y a su gurú de cabecera, Miguel Ángel Rodríguez, para preparar la reacción en forma de elecciones anticipadas. Es en esas horas cuando los populares identifican el despegue de los que llaman "el vendaval Ayuso", un fenómeno sociológico y político digno de estudio.

Los trackings no paran de circular en estas horas de incertidumbre tanto en el grupo de la derecha como en el de la izquierda. Salvo que Ayuso ganará con comodidad, muy poco está asegurado a sólo tres días de que abran los colegios, coinciden en señalar en ambos bandos. En el PSOE se agarran a esos 50.000 votos de indecisos (habría unos 100.000 en este momento) que citó Gabilondo y que podrían decantar la gobernabilidad. Así lo apuntan esos sondeos internos que manejan. Serían dos escaños "arriba o abajo". "Hay días que sumamos y otros que nos quedamos al borde", proclaman desde el puente de mando socialista.

Sánchez, con Iván Redondo, su jefe de gabinete, moviendo los hilos de la campaña, se ha volcado y ha asumido riesgos. Que un presidente del Gobierno proclame que "está en riesgo la democracia en España" es algo que no se le escuchaba decir al inquilino de La Moncloa desde Adolfo Suárez por el golpe de estado de 1981. Moncloa calculó esas palabras inéditas. La campaña de Gabilondo ha ido dando un giro de 180 grados, un vuelco radical que se produjo en dos momentos clave: el debate a seis de Telemadrid y el plantón conjunto, que no simultáneo, a Vox en la Cadena SER. Detrás de estos dos hitos hay una historia que merece ser mencionada para comprender mejor las estrategias de unos y otros.

Por partes. En Telemadrid, Gabilondo se abrió a pactar con Pablo Iglesias. Se midió. "Si Edmundo Bal se lanza en brazos de Ayuso, apretamos el botón", pensaron. Y así ocurrió. Cs quiso presentarse como la opción de centro, moderada y útil que ya ha gobernado en los últimos dos años y que ha ocupado consejerías tan importantes como la de Economía, y que aspira a repetirlo. Esa estrategia abrió el camino a Ferraz para intentar ampliar el espacio de la izquierda sumando a los votantes de Cs defraudados que no quieren que se reedite ese Gobierno de Ayuso. No ha dado mucho resultado.

Barceló hizo una pausa en el debate de la SER que no estaba prevista. Las redes ardían. Gabilondo y García se marcharon después

El segundo momento clave se produjo en los estudios de la radio del Grupo Prisa. ¿Qué ocurrió entre bambalinas esa mañana? Todo comenzó con el "si no se retracta, nos vamos" de Pablo Iglesias. "Lárguese, valiente", le respondió Roció Monasterio. No había más que hablar, dicho y hecho. El candidato de Unidas Podemos recogió sus papeles y se marchó. Pero Gabilondo y Mónica García no hicieron lo propio en ese momento. Tuvieron dudas. Un dato, según ha podido confirmar La Información, es que ese debate se había cerrado para que se desarrollara entre las 11 y las 13 horas, sin corte alguno. Sin embargo, la moderadora Angels Barceló hizo una pausa al filo de las 12 tras la polémica que se había organizado por la marcha de Iglesias. Los candidatos, dentro del debate, no podían usar su teléfono móvil y sus asesores se encontraban en una sala "aislada". El porqué la periodista hizo un 'break' es una incógnita, aunque una fuente apunta a que se produjo una llamada de la candidatura socialista a la dirección de la cadena. Las redes sociales ardían en esos momentos. Tras el descanso inesperado, Gabilondo y García comunicaron que abandonaban el debate y que, por tanto, concluía.

Tras el terremoto en la SER la campaña cambió. Especialmente para la izquierda. El PSOE cambio sus mensajes y comenzó a hablar, arriesgando, de "la democracia". Ayuso se estaba llevando la mayoría de los votantes huérfanos de Cs y el objetivo se puso entonces en los indecisos, explican fuentes de la campaña de Gabilondo. Luego llegaron las cartas con balas y la navaja dirigida a Reyes Maroto. Los socialistas, en una maniobra que no ha sido comprendida por algunos internamente y que ha generado críticas, mostraron a la ministra de Industria con la imagen del arma blanca, algo que es interpretado por estos críticos como "un error político". El 5 se verá si se ha movilizado el voto, algo que desde el PP no observan.

El ambiente en la sala de máquinas del ayusismo es de tranquilidad. Sí que pensaron en un primer momento que la actitud de Monasterio hacia Iglesias en la Cadena SER y la reacción de la izquierda podía movilizar a un votante "desmotivado". Pero con el paso de los días los datos internos que manejan han sido incluso mejores para Ayuso. Antes de la polémica las estimaciones que manejaban los populares rondaban el 40% de los apoyos y en este momento alcanza el 43%. ¿Por qué ? Las fuentes consultadas aseguran que la "radicalidad" de Vox podría incluso estar produciendo un trasvase hacia Ayuso. "El movimiento es intrabloques, no interbloques", añaden.

El 5 de mayo, si gobierna, Ayuso también tendrá que decidir cuáles son sus aspiraciones a medio y largo plazo. Que vaya a presidir el PP de Madrid se da casi por seguro. Fuentes popular afirman que su "partner", el alcalde José Luis Martínez-Almeida, colocaría a un dirigente de su confianza en la Secretaría General, repartiéndose así los cromos. Se habla de Borja Carabante, delegado de Medio Ambiente y Movilidad. ¿Querrá Ayuso lanzar su proyecto a nivel nacional? Hay quien dice que la candidata le debe todo su futuro político a Casado, quien confío en ella en 2019 contra todo pronóstico. Pero también hay quien cree internamente que su proyección podría ser mayor y quien ve en ese marco a su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez.

Ayuso, si gobierna, tendrá que decidir cuáles son sus aspiraciones a medio y largo plazo. ¿Querrá lanzar su proyecto a nivel nacional?

Una de las grandes incógnitas de esta campaña es Más Madrid. La candidatura de Mónica García, con un estilo propio, continúa avanzando día a día en las estimaciones. En el PSOE dudan de que puedan acercarse a un 'sorpasso'. Unidas Podemos, por su parte, aspira a conformar un Gobierno tripartito inédito en la Comunidad de Madrid al estilo del de coalición en el Ejecutivo central. Son optimistas de cara a los últimos días de campaña.

Otra incógnita a despejar el martes por la noche es el tirón de Vox. El partido que irrumpió hace dos años y medio en el Parlamento de Andalucía con 12 escaños y que subió hasta los 52 en las segundas elecciones generales aspira a retener los apoyos que consiguió Santiago Abascal el 10-N. La formación se ha centrado en intentar arañar un voto obrero huérfano, estrategia que recuerda a la de 2019 y a la de las catalanas. Hay que recordar que Vox logró conformar un cinturón verde en las zonas más al sur y al este de la Comunidad de Madrid en las últimas generales. Ganó en Valdemorillo, Navalcarnero, Loeches o el área del Jarama.

Ciudadanos, por último, aspira a superar la barrera del 5%. No lo tienen fácil. Creen que con 10.000 votos estaría dentro de la Asamblea. En las últimas autonómicas la formación naranja pudo acaparar el 19,2% de los votos en la capital y vencer en municipios como San Agustín de Guadalix o Paracuellos del Jarama. Ahora no cuentan con ganar en ninguna localidad pero sí en convertirse en esa fuerza de voto de centro. Inés Arrimadas cree que hay un hueco para ellos y lo intentará pelear en las próximas generales. La noche del martes va a ser larga e intensa.

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