Varapalo en Castilla y León

El PSOE fracasa en su plan de mociones al PP y lo fía todo a recuperar Madrid

Los socialistas se quedan como estaban desde que la tensión política estallara y evitan desangrarse como Ciudadanos. Ángel Gabilondo apuesta por una nueva estrategia escenificando un veto a Pablo Iglesias.

El candidato del PSOE a la moción de censura en Castilla y León, Luis Tudanca, observa desde su escaño al presidente de la región, Alfonso Fernández Mañueco
El candidato del PSOE a la moción de censura en Castilla y León, Luis Tudanca, observa desde su escaño al presidente de la región, Alfonso Fernández Mañueco
Agencia EFE | Nacho Gallego

Tras casi dos semanas de alto voltaje político, todo sigue igual en términos absolutos. El PSOE no ha sacado adelante sus planes para arrebatar al PP comunidades como Murcia y Castilla y León, tras el fracaso de las mociones de censura que lanzó en ambos territorios. Su estrategia surgió en el territorio murciano, donde llegó a un pacto con Ciudadanos que hizo tambalear todo el tablero y generó un efecto dominó que llegó a la región castellano-leonesa y a la Comunidad de Madrid. Unos movimientos que han provocado que ahora todas las miradas se pongan precisamente sobre lo que ocurra en la comunidad que preside Isabel Díaz Ayuso. Allí, Ángel Gabilondo es el más observado por ser el que podría liderar un acuerdo para desbancar a la actual jefa del Ejecutivo. Aunque para eso haya anunciado un veto expreso a Pablo Iglesias. Incluso aunque este siga siendo el principal socio del líder de su partido, Pedro Sánchez.

La realidad que tienen delante los socialistas es que los 'populares' han logrado desbaratar su estrategia con diferentes fórmulas. Para ello hasta ha utilizado tránsfugas de Ciudadanos, a pesar de que esa práctica está considerada como corrupción política. Una situación que para la formación de Pedro Sánchez se quedó en un intento fallido y nada más. Por lo que se ha librado de sufrir consecuencias más severas para sus intereses. Algo motivado porque todos los males afectaron a los naranjas, de donde salieron los tres diputados que mantuvieron a Fernando López Miras en la presidencia murciana tras llevar a cabo una 'traición' a la dirección de Inés Arrimadas. Pero que aún así es todo un golpe para un planteamiento con el que podrían haber salido hasta con dos gobiernos de CCAA más. 

La defensa de la moción fracasada que ha realizado el líder autonómico socialista, Luis Tudanca, ha pasado por señalar la "corrupción" del PP y por reclamar a Ciudadanos que se sumaran a él para dar un giro a la comunidad. En esos mismos términos se ha referido a la cuestión el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, que reclamaba "dignidad" a los naranjas para que rompieran con los 'populares'. La petición respondía a que eran su única opción para sacar adelante el voto de censura contra el presidente, Alfonso Fernández Mañueco. De haberlo logrado, el partido que lidera Arrimadas habría acabado con un Ejecutivo en el que está presente con la vicepresidencia de Francisco Igea y varias consejerías. Finalmente, ni la procuradora que dejó Cs el fin de semana ni los que están vinculados a otras fuerzas como los regionalistas leoneses han cedido sus votos al PSOE. 

Lo ocurrido ha desactivado todos los posibles intentos que le quedaban a Ferraz (y a Moncloa) para acumular más poder del que ya ostentan. Si la jugada hubiera salido bien, tendrían en sus manos hasta once de las 17 autonomías del país. Lo que habría supuesto un dominio de casi todo el territorio nacional, ya sea en solitario o en coalición, que habría recordado al que consiguió el PP en 2011. La duda es si también habrían intentado 'quedarse' con 12 en el caso de que Isabel Díaz Ayuso no se hubiera adelantado con la convocatoria de elecciones anticipada. La presidenta madrileña aseguró que había una operación en ese sentido. Ciudadanos y su ya exlíder, Ignacio Aguado, lo negaron. Mientras que Ángel Gabilondo no ha confirmado ni desmentido ese extremo. 

Todo pasa por Madrid

Los rechazos de Murcia y Castilla y León trasladan ahora toda la presión hacia el propio Gabilondo. El candidato socialista a presidir la Comunidad de Madrid es el que tiene ahora toda la presión para intentar relanzar a los socialistas en una autonomía que no controlan desde hace 26 años. Un cometido para el que en principio no se contaba con él. Desde hace semanas, se venía preparando su salida de la Asamblea madrileña para que fuera el nuevo Defensor del Pueblo. Lo ocurrido en Murcia y la reacción de Ayuso modificaron todos los planes pensados para 2023, cuando tocaría celebrar elecciones según la ley. La propuesta de moción de censura que planteó el partido con él como candidato acabó por ratificarle. Lo que impidió que se produjera otro 'efecto Illa', que era en lo que los socialistas trabajaban a dos años vista.

Este rol de Gabilondo de repetir como el principal rival de Ayuso está acompañado de una nueva estrategia. El primer golpe sobre la mesa ha sido el de rechazar posibles pactos poselectorales con Unidas Podemos. Todo porque la manera de hacer política del que será cabeza de lista, Pablo Iglesias, no gusta al jefe de filas socialista. E incluso llega a comparar los métodos del todavía vicepresidente segundo del Gobierno con los de la presidenta madrileña. Una apuesta que ha sorprendido a los morados. Sobre todo, porque Iglesias continúa siendo el principal socio de Pedro Sánchez en el Gobierno central aunque ya no vaya a formar parte de él. 

La presión que tiene el exministro de Educación también está relacionada con su intento de recuperar votantes suficientes para disputarle la Puerta del Sol a la líder del PP. La pérdida de fuerza de Ciudadanos hace que socialistas y 'populares' hayan entrado en una batalla por hacerse con los escaños que tenían los naranjas, que viven una crisis que amenaza su futuro. Parte de las posibilidades de Gabilondo pasan por conseguir esos asientos en la cámara madrileña. Algo a lo que está más compelido tras el desembarco de Iglesias, dado que las encuestas apuntan a que este le quitará votantes tanto a él como a la candidata de Más Madrid, Mónica García. Si lo consigue, será uno de los grandes éxitos del partido. Si Ayuso continúa, la duda está en si la formación seguirá contando con él o si se buscará dar con ese 'efecto Illa'.

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