Elizabeth Warren, un nuevo Obama para el partido demócrata

  • La senadora Elizabeth Warren, "el azote de Wall Street" y la favorita del ala más liberal de los demócratas, parece ser la única capaz de medirse a la maquinaria de recaudación de Hillary Clinton, la candidata inevitable para las presidenciales de 2016.

Jairo Mejía

Washington, 1 feb.- La senadora Elizabeth Warren, "el azote de Wall Street" y la favorita del ala más liberal de los demócratas, parece ser la única capaz de medirse a la maquinaria de recaudación de Hillary Clinton, la candidata inevitable para las presidenciales de 2016.

Como Barack Obama, que en 2008 hizo historia al proclamarse el candidato del cambio, Elizabeth Warren, senadora por Massachusetts, ha conseguido hacer suyo el discurso de la esperanza y la lucha por la clase media, uno de los temas que marcará la próxima campaña presidencial.

"Me encantaría ver a Elizabeth Warren en la carrera (por la Casa Blanca). Sería fantástica, mejoraría la calidad del debate y hasta podría ganar", explicaba recientemente el congresista demócrata Keith Ellison, líder del ala más progresista del Congreso, que se reunirá el próximo fin de semana para preparar su estrategia.

Pese a que Warren no quiere oír ni hablar de 2016, importantes Comités de Acción Política (PACs), grupos que recaudan fondos para apoyar indirectamente a un candidato, están poniendo en marcha el engranaje electoral para la "dama de la izquierda".

EMILY's List, un grupo que promueve a mujeres demócratas para puestos de liderazgo, se decanta por dedicar más fondos a Warren que a Clinton, mientras que el PAC Moveon.org ha puesto un millón de dólares en la campaña "Run Warren Run" (Corre Warren Corre), porque el 81 % de sus miembros quiere como presidenta a la senadora de Massachusetts.

Cuanto más veces niega Warren que vaya a optar a la candidatura demócrata para las presidenciales, más son las voces que le piden que se presente y más claro parece que es la única alternativa seria a Clinton, que podría tener la mala suerte de medirse por segunda vez en su carrera a un candidato llamado a hacer historia.

Obama pasó cuatro años en el Senado antes de medirse a Hillary Clinton en las primarias demócratas de 2008; Warren, que llegó a la cámara alta en 2012, va a tener el mismo tiempo para decidir si puede ser una candidata tan revolucionaria como el actual presidente lo fue en su momento.

Además, Warren tiene otros paralelismos con Obama: al igual que el mandatario, la senadora creció en una familia de clase media, donde la figura materna fue clave, para acabar ingresando y desempeñando una labor excepcional en la Universidad de Harvard. Ella, como profesora; él, como estudiante.

Su trabajo de académica y experta en leyes de bancarrota la llevó en 2008 al Capitolio para ponerse al mando del panel que vigiló las ayudas al sector financiero, convencer a Obama de crear la polémica "Consumer Financial Protection Bureau" (Oficina de Protección Financiera del Consumidor) y convertirse desde entonces en una piedra en el zapato de Wall Street, que vio con recelo cómo en 2012 llegaba al Senado de EEUU.

De hecho, el columnista del Washington Post David Ignatius la ve como una política "neo-populista", más preocupada en afear los contactos de altos funcionarios con el sector financiero, que en analizar con la cabeza fría sus propuestas.

Bien conocida es su mala sintonía con Timothy Geithner, primer secretario del Tesoro con Obama y uno de los artífices del plan de salida de la crisis de 2008, quien tuvo que enfrentarse a la vehemencia de Warren cuando ésta era presidenta del órgano supervisor del programa de rescate federal, conocido como TARP.

En su libro "Stress Test", Geithner describe la actuación inquisidora de Warren como pensada "para Youtube, más que para presentar cuestionamientos serios".

Warren (que ciertamente ha sido un fenómeno viral en internet) tiene una cualidad esencial en un político de Washington. Es capaz de recaudar millones de dólares en donaciones y, al contrario que Clinton, no ha necesitado las contribuciones de poderosos banqueros, fondos de inversión o grandes corporaciones.

Según datos de la web OpenSecrets, que agrega datos de donaciones de apoyo a políticos, entre los principales donantes de Warren se encuentran personas vinculadas a las universidades de Harvard, Boston y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Clinton, quien aún no ha confirmado su intención de optar a la presidencia, algo que podría anunciar en primavera, estuvo muy vinculada a las donaciones de los grandes nombres de Wall Street en 2008 y los Comités de Acción Política que preparan su segundo asalto a la presidencia, como "Ready for Hillary", vistos como una pieza más del "establishment".

En un momento en que hasta los republicanos están adoptando el discurso de la desigualdad económica, acompañar un discurso pro clase media con una gran volumen de pequeñas donaciones manteniendo la distancia adecuada de los grandes poderes económicos, de manera similar a lo que hizo Obama en 2008, podría ser un plus.

Warren está alcanzando la masa crítica para poner los cimientos de una carrera por la presidencia, algo que podría ocurrir muy a su pesar.

Mostrar comentarios