En 2014 habrá carbón para Rajoy y Rubalcaba que hunden el bipartidismo

    • El Presidente del Gobierno ha incumplido su programa electoral además de tener el gabinete peor valorado de la historia.
    • El líder del PSOE ha mostrado debilidades en su liderazgo y ha tardado un año en corregir la situación de su partido en Catalunya.
Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba.
Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba.
David Aragonés

Rajoy es puntuado por los ciudadanos con un 2,42 y Rubalcaba con un 3,13. La primera es la peor nota de la historia de un presidente del Gobierno, mientras que la segunda es un suspenso claro para el principal líder de la oposición (que llegó a obtener peor nota en abril, con un 3). Así evalúan los ciudadanos al presidente y al principal líder opositor, según la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas.

Repasemos el porqué de estas notas tan negativas, recordando que existe un contexto en que toda la clase política suspende, y tan sólo Rosa Díez es la única que supera el cuatro entre todos los políticos. Es decir, ninguno aprueba.

Rajoy, además de ser el presidente peor valorado de su historia, tiene al peor ejecutivo de siempre, entre ellos al peor ministro de la historia en valoración, que es el titular de Educación José Ignacio Wert con una nota de 1,46. Tan sólo salvan la cabeza Miguel Arias Cañete y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Las razones de esta debacle son muchas: la gestión del caso Bárcenas, el incumplimiento sistemático del programa electoral con el que se presentó a las elecciones, el registro de la sede, la reforma de la Administración que no acaba de llegar o el reciente episodio bochornoso de la subida de la luz.

El presidente del Gobierno ha vivido un 'annus horribillis' con el estallido del caso 'Bárcenas'. El año empezó con el descubrimiento de las cuentas en Suiza del que fuera extesorero del PP, continuó con los mensajes de apoyo del propio presidente ("Luis sé fuerte") y siguió con las sospechas de una contabilidad B y financiación irregular en el partido que él mismo dirige. La presión para que Rajoy diera explicaciones acabó con un pleno monogtráfico en el Senado en plenas vacaciones de agosto en la que Rajoy no aclaró nada de lo ocurrido salvo negarlo y en la que reconoció haberse equivocado al confíar en un "falso inocente". Y es que más allá de la presunta contabilidad paralela del PP, que todavía está por demostrar, lo criticable del presidente ha sido su forma en aclarar todas las especulaciones. Desde el "todo es falso, salvo a alguna cosa", a sus primeras explicaciones vía plasma, o su selección de periodistas en las ruedas de prensa, Rajoy no ha zanjado este tema de manera tajante y que sigue amenazando para el año 2014. El último episodio lo demuestra: el juez Ruz ha encontrado indicios de una contabilidad oficial ficticia y ordenó el registro de la sede del PP durante 14 horas porque consideraba que el propio partido no le estaba dando toda la información que requería.

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En un año en el que algunas de las reformas emprendidas por Rajoy parece que están empezando a dar su fruto (El paro parece que ha tocado techo y por primera vez en seis años en octubre y noviembre de 2013 hay menos parados que en los mismos meses de 2012), no podemos olvidar todas las promesas incumplidas del Gobierno. Dijo que no subiría los impuestos, y los subió (IVA e IRPF), dijo que metería recorte a todo salvo a Educación, Sanidad y las pensiones, y en la calle vemos la contestación social a sus reformas con la marea verde, la marea blanca y una reforma de las pensiones que ha vuelto a pactar sin consenso pero que su mayoría absoluta le permite sacar adelante.

Y es que esto último es otro de los puntos negros del gabinete Rajoy. Ha realizado reformas importantes que necesitaba España y se ha quedado sólo. Ha sido incapaz de pactar leyes tan importantes como la reforma educativa, la reforma laboral o más recientemente la del aborto. Es verdad que tampoco ha habido mucha voluntad de pactar, pero en este caso es siempre andar mejor el camino acompañado.Rubalcaba: Liderazgo débil, tensiones con el PSC, las primarias y giro a la izquierda

No se merece otra cosa el principal partido de la oposición y en concreto su líder, Alfredo Pérez Rubalcaba. En un contexto de crisis profunda en el que estamos, con un Gobierno pesimamente valorado por los ciudadanos y que incumple su programa, es difícil de entender como la única otra alternativa de alcanzar el poder, como es el Partido Socialista Obrero Español, no acaba de remontar en los sondeos. Está estancado en torno al 27% de los sufragios, dato similar e incluso algo inferior al obtenido en las generales, lo que supondría el peor dato de su historia. La figura del líder está cuestionada, dentro y fuera del partido, y en cuanto se convoquen las primarias de manera oficial el silencio y orden mantenido hasta ahora, salvo excepciones, desaparecerá.

Rubalcaba perdió el debate sobre el Estado de la Nación en febrero cuando tenía a Rajoy contra las cuerdas, pidió su dimisión y luego buscaba pactos de Estado en la UE, estuvo menos contundente de lo que sus correligionarios esperaban en el pleno de agosto sobre el caso 'Bárcenas', y finalmente la reaparición de su mejor versión en la Conferencia Política del PSOE, apenas logró eclipsar a la nueva estrella socialista: Susana Díaz.

Y todo sucede porque tanto militantes como simpatizantes quieren ver caras nuevas. Es lo que ha pasado con Susana Díaz en Andalucía, por eso, y porque ha realizado políticas diferentes a las del Gobierno central. Algo que con Rubalcaba, vicepresidente primero del Gobierno de Zapatero, los electores no perciben. Quizás se vería de otra forma si el Secretario General del PSOE aclarara de una vez si se presenta o no a las primarias socialistas. Así los electores, quizás, sabrían a lo que atenerse. El caso Bárcenas es a Rajoy lo que las primarias a Rubalcaba, por lo menos en cuanto a explicaciones.

Rubalcaba confiaba cambiar este panorama con la Conferencia Política celebrada en noviembre que congregó a todos los socialistas. Dejando aparte que Díaz le restó protagonismo, el PSOE abordó un nuevo programa político en el que giraba claramente a la izquierda, intentando dejar atrás la época de Zapatero. En ese giro a la izquierda los socialistas vuelven a la calle y prometen derogar todas las leyes importantes que el PP ha aprobado en solitario.

Es el caso de la reforma laboral, que Rubalcaba ha prometido en que va a ser la primera en ser borrada del BOE. Con la reforma educativa ya ha firmado un pacto con todos los partidos del arco parlamentario para derogarla, y hoy ha prometido que tratará por todos los medios de que la nueva reforma del aborto no se llegue a publicar nunca, y anuncia movilizaciones. "El PP cambia la libertad de las mujeres por un puñado de votos de la extrema derecha", ha espetado Rubalcaba. No parece que la mejor forma de gobernar sea borrar de un plumazo cuatro años de gobierno de tu contrincante político.

Sin embargo, quizás lo que más factura le ha pasado a Rubalcaba y al PSOE, ha sido la posición del PSC sobre la consulta y su propuesta federal. Un año han tardado los socialistas en parecer unidos y aparentar que opinan lo mismo en todas las partes de España, haciendo nombre a la "E" del PSOE. Los socialistas catalanes han pasado de apoyar una votación por la consulta en el Congreso de los Diputados a no firmar el pacto de la pregunta junto a ERC, CIU, ICV y la CUP. Le ha costado un año a Rubalcaba enderezar el rumbo en este sentido y explicar la reforma de la Constitución para hacer una España Federal.

Muchas más sombras que luces tanto en el presidente del Gobierno como en el líder de la oposición. Veremos cómo actúan en el año 2014. De momento, UPyD e IU se frotan las manos y esperan otro año como este en el que ha quedado por las encuestas que el bipartidismo está en horas muy bajas. Algunas encuestas sitúan tanto a PP como a PSOE por debajo del 30% de los votos, algo inaudito, mientras que el partido de Rosa Díez y de Cayo Lara no bajan del 10% en prácticamente ninguna.

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