En Brasil y Chile, el doble exilio del político brasileño José Serra

  • "Un exiliado al cuadrado" se define el dirigente político opositor brasileño José Serra, de 72 años, debido a que hace cinco décadas debió abandonar su país por el golpe de Estado del 1 de abril de 1964 y, en 1973, escapar de su residencia, Chile, tras el derrocamiento del presidente Salvador Allende.

Pablo Giuliano

Sao Paulo, 29 mar.- "Un exiliado al cuadrado" se define el dirigente político opositor brasileño José Serra, de 72 años, debido a que hace cinco décadas debió abandonar su país por el golpe de Estado del 1 de abril de 1964 y, en 1973, escapar de su residencia, Chile, tras el derrocamiento del presidente Salvador Allende.

En una entrevista con Efe, Serra quien fue ministro, gobernador, alcalde y dos veces candidato presidencial, sostuvo que no cree que pueda revisarse la Ley de Amnistía de 1979, que impide la apertura de investigaciones contra las violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad cometidas por la dictadura (1964-1985).

En su oficina del barrio paulistano de Pinheiros, el político del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) contó su experiencia como testigo, ya que era presidente de la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), del golpe que derrocó al presidente laborista Joao Goulart, del cual se cumplen 50 años este martes.

"Me convertí en un exiliado al cuadrado", afirmó Serra, quien escapó de Brasil porque dijo no haber tenido estructura para vivir en la clandestinidad en su propio país luego de ser el presidente de la UNE, uno de los movimientos sociales cercanos a Goulart.

Serra era presidente de la UNE cuando en octubre de 1963 escuchó de la boca de Goulart la siguiente frase: "No voy a terminar mi mandato" luego de haber sopesado aprobar una ley de estado de sitio supuestamente para enfrentar a las fuerzas políticas que pugnaban por derrocarlo.

A partir de ese momento, todas las partes tensaron sus posiciones a favor o en contra de Goulart.

"Fueron semanas muy tensas y de alguna manera yo sentía que vendría un golpe, una solución dramática y traumática", dijo Serra, quien estuvo presente en el famoso acto de la estación Central de Brasil, donde Goulart, con los sindicatos, anunció las reformas de base, entre ellas la agraria.

Eso, según Serra, "asustó más a la derecha y a las fuerzas conservadoras, que organizaron la Marcha por la Familia en Sao Paulo, financiada por la CIA, reclamando la caída de Goulart".

Para el dirigente, el golpe se dio en el marco de la disputa de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética.

"El presidente John Fitzgerald Kennedy decía que si Brasil pasaba al campo socialista, el efecto para América sería el mismo que el que causó China comunista en Asia", apuntó.

Serra después de pasar tres meses en la Embajada de Bolivia, entonces en Río de Janeiro, logró un salvoconducto que le permitió ir a Francia, donde estudió, y luego se radicó en Chile, donde se casó y tuvo dos hijas y ejerció como profesor miembro de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

En Santiago fue también asesor del equipo económico de Allende en 1973, mientras en Brasil se consolidaba la dictadura.

"Fui detenido en el aeropuerto tras el golpe de Estado en Chile y llevado al Estadio Nacional. Logré escapar porque la Embajada italiana había hecho un pedido por mí y Flacso y Cepal presionaron", dijo Serra, quien luego se fue hacia Estados Unidos, previo refugio de seis meses en la embajada italiana en Santiago.

"Con mi detención en Chile percibí que era más por mi actividad como brasileño que denunciaba a la dictadura de mi país en el exterior que con mi trabajo de asesor al Gobierno de Allende, que económicamente estaba mal, porque con inflación de 20 % mensual no hay Gobierno que resista", dijo al evocar la Operación Cóndor, la represión coordinada de las dictaduras sudamericanas.

A 50 años del golpe en Brasil, Serra consideró durante la entrevista con Efe que la Ley de Amnistía que permitió el regreso de los exiliados y garantizó la falta de causas penales contra los agentes del Estado acusados de crímenes contra la humanidad no será modificada, pese a las reclamaciones de organismos de derechos humanos.

"Creo que es importante investigar lo que pasó, pero no creo que tenga que tener una connotación punitiva", afirmó el político, quien advirtió que si la máxima corte de Brasil deroga la Ley de Amnistía para abrir procesos, estos podrían abarcar también a los que cometieron acciones contra el régimen militar.

"Bajo esta tesis, si se reabre (la ley) también hay que abrir las acciones de la lucha armada. Si bien es desproporcionado en cantidad por la tortura y el asesinato sistemático, del otro lado también tendría que pasar eso por la Justicia. Ya pasaron 50, 40 años, no creo que eso se pueda hacer", subrayó.

Serra fue ministro de Salud y de Planificación de la gestión de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) y el candidato del PSDB derrotado en 2002 por Luiz Inácio Lula da Silva y en 2010 por Dilma Rousseff, lapso en el cual fue electo gobernador del estado de Sao Paulo y alcalde de la capital paulista.

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