Enel activa la cuenta atrás en Endesa para acabar en junio con la tarifa del empleado

  • Sindicatos y dirección volverán a reunirse a mediados de mayo para negociar el convenio que expiró en el año 2017
José Bogas (izda), consejero delegado de Endesa, con el nuevo presidente Juan Sánchez-Calero.
José Bogas (izda), consejero delegado de Endesa, con el nuevo presidente Juan Sánchez-Calero.
JOSÉ GONZÁLEZ

Nueva reunión y nuevo fracaso. Los sindicatos de Endesa -CC OO, UGT y SIE- y la dirección de la compañía mantuvieron un nuevo encuentro la última semana de abril para retomar la negociación del convenio colectivo que expiró en 2017. Van ya 57 reuniones y el principal escollo no se ha movido: Enel, el propietario de Endesa, quiere recortar la tarifa del empleado, que beneficia a los 8.000 activos y 26.000 jubilados de la empresa y los sindicatos no ceden porque consideran el plan un tijeretazo a la parte del salario que reciben en especie. El enfrentamiento se ha enquistado y Enel ha activado la cuenta atrás para eliminar la tarifa del empleado en junio.

La compañía que preside Juan  Sánchez-Calero se siente respaldada por una sentencia de la Audiencia Nacional de finales de marzo que vinculó los beneficios sociales del personal pasivo a la renovación del convenio. Si no hay convenio, no hay beneficios sociales. La cuenta atrás de Enel-Endesa tiene sus cifras. Si en junio no hay acuerdo entre las partes, Endesa pasará los 711 millones de euros provisionados para hacer frente a las bonificaciones en el recibo de la luz de sus empleados y jubilados al resultado bruto de explotación (Ebitda).

Los sindicatos admiten que la situación es complicada. Asumen que la cuenta atrás que ronda sobre los 711 millones de provisiones es una baza a favor de la dirección de la empresa. Pero mantienen su postura y la justifican por un doble motivo: la defensa de los derechos adquiridos y la posición de sus delegados en las zonas especialmente afectadas por los cierres de centrales térmicas de carbón anunciados por el grupo. El 14 de mayo habrá una nueva reunión entre las partes, aunque las posiciones no se mueven un ápice: "Si la empresa continúa manteniendo esta postura regresiva, emprenderemos acciones más contundentes para hacer cambiar la actitud" asegura la representación sindical.

El epicentro del choque

El choque entre el encargado de negociar con los sindicatos -el italiano Andrea Lo Faso, asesorado por el bufete Sagardoy- y los representantes de CCOO, UGT y SIE tiene como epicentro la tarifa del empleado. La tarifa asegura electricidad gratuita a los empleados y exempleados con diferentes límites: desde una cantidad mínima a los 30.000 kWh/año o consumo ilimitado en algunos casos. 

En el último encuentro, la eléctrica ha propuesto rebajar el máximo de consumo eléctrico gratis a 3.500 kilovatios hora (kWh) al año para todos. para los empleados en activo; además de ese consumo gratuito, la compañía también ofrece electricidad con descuentos especiales para el consumo entre 3.500 y los 9.000 kWh y un complemento en metálico de entre 400 y 500 euros al año.

Diferentes condiciones

Los sindicatos no aceptan diferentes condiciones para los colectivos del grupo. Consideran que es un ataque en toda regla contra los derechos adquiridos y la retribución global de los trabajadores, que tienen los salarios congelados desde hace dos años. El ambiente de confrontación en Endesa se viene caldeando desde 2014, cuando se hizo cargo del grupo italiano un ejecutivo más agresivo, Franceso Starace, alejado del estilo de su antecesor, Fulvio Conti.

A partir de ese año, todas las ganancias -1.417 millones de euros en 2018- van a dividendo. A finales de 2017, la eléctrica confirmó la política de repartos en la revisión del plan estratégico hasta 2020. En la actualización del plan estratégico, que llega hasta 2021, Endesa prevé distribuir 5.940 millones de euros en dividendos en el periodo 2018-2021, con un recorte del habitual 'pay out' del 100% al 80% para el último ejercicio del periodo. Objetivo: retribuir con 5.900 millones de euros a los accionistas.

Los sindicatos cuestionan la política de la compañía y el hecho de que las operaciones se hagan, según dicen, sin ningún tipo de control por parte de los organismos oficiales como CNMV o CNMC, lo que vulneraría las condiciones de la opa de Enel sobre Endesa que suponían mantener el nivel de inversiones, preservar el perímetro geográfico y respetar la autonomía empresarial. La batalla continúa y la cuenta atrás está en marcha.

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