Moncloa y PSOE se preparan para 72 horas que pueden hacer saltar por los aires su estrategia. La culpa la tiene la Encuesta de Población Activa (EPA) que se conocerá este jueves a primera hora de la mañana. Pedro Sánchez e Iván Redondo ya sabían cuando fijaron el 28 de abril como fecha de las elecciones que el calendario estaba marcado y que la noticia les iba a complicar los mensajes. De hecho en el Gobierno dan por seguro que el resultado será "negativo" y que, por tanto, habrá más parados. Por eso en el Comité Electoral socialista han decidido que la mejor forma de contrarrestar el mal dato es sacando toda la artillería con su candidato a apenas unas horas del cierre de campaña.
La estrategia del sanchismo es clara: Pedro hasta en la sopa. Por eso el presidente del Gobierno celebrará el mismo jueves hasta tres actos electorales, algo inédito en esta campaña. Y lo hará, además, en territorios clave para el PSOE: Andalucía y Cataluña. A las 11 estará en Jaén, en el municipio de Alcalá la Real, para, a continuación, viajar por carretera a Granada, donde tiene previsto participar en una comida-mitin. Ya por la tarde, a las 19, tendrá uno de los actos centrales de la carrera por el 28-A: Barcelona. El viernes cerrará campaña en Madrid, primero, y a última hora del día en Valencia.
Será, en definitiva, un 'roadshow' sin precedentes donde los medios estarán repletos de noticias negativas para el Gobierno sobre empleo. Fuentes del PSOE siguen sin desvelar el contenido de los mensajes que transmitirá Sánchez en estos mitines pero apuntan a la posibilidad de un anuncio destacado coincidiendo con la publicación de esta EPA del primer trimestre.
¿Cómo será la EPA del primer trimestre?
La EPA preelectoral pinta negativa para los analistas. El paro suele subir siempre en el inicio del año, una vez se destruye el empleo creado durante la campaña de Navidad. Además, en esta ocasión la Semana Santa ha caído en abril, lo que retrasa el grueso de las contrataciones al segundo trimestre. En Moncloa conocen bien estas tendencias y "el relato", como lo denomina el 'comité de sabios' del presidente, va a ser clave para capear los malos datos. Por ello, es importante elaborarlo al milímetro.
No es ninguna novedad que las salas de máquinas de los comités electorales 'cocinan' los datos. No pueden influir en las estadísticas del INE, pero sí en la manera de comunicarlas. Así, cuando vienen mal dadas, seleccionan los microdatos más convenientes para transmitir a la opinión pública una imagen más positiva sobre la evolución de la economía. La propia ministra Nadia Calviño ya ha intentado poner la venda antes de la herida asegurando que los indicadores conocidos dibujan un inicio de año favorable, pese al efecto "negativo" del calendario. Precisamente, será ella la responsable de dar la cara nada más conocer los datos del INE, que presentará en rueda de prensa a las 9:30 de la mañana.
Por su parte, apenas 72 horas antes de la apertura de los colegios electorales, Sánchez tendrá preparado desde primera hora de la mañana de este jueves el argumentario para 'vender' la EPA. El candidato socialista tiene infinitas opciones para destacar lo cualitativamente más conveniente entre la marabunta de datos y, como economista que es, bien las conoce. El objetivo es hacer la EPA menos mala.
Habitualmente, en el primer trimestre del año no solo sube el paro, sino que también se reducen los ocupados, por lo que Sánchez tiene poco margen por el lado de la generación de empleo. Pero siempre puede elegir la tendencia anual y, aquí sí, habrá más personas trabajando que en el primer trimestre de 2018. "Se han creado tantos cientos de miles de empleos en el último año", saldrá casi con toda seguridad de la boca del presidente. La clave estará en la tasa de variación anual: si se acerca más al 2% que al 3%, se confirmará el frenazo.
También puede poner el foco en la reducción del paro en los últimos doce meses. La estadística de mañana mostrará menos desempleados que a estas alturas del año pasado, cuando se rozaban los 3,8 millones. Y siempre cabe la posibilidad –por errónea que resulte a ojos de los economistas– de mezclar los datos de la EPA con los registros de la Seguridad Social, como hacen a menudo los políticos para apoyarse en un menor número de parados (hay unos 3,2 millones de inscritos en el Sepe). No obstante, aquí tampoco saldría airoso, pues en marzo apenas había 20.000 cotizantes más que en diciembre de 2018, mientras los parados se han incrementado en casi 53.000 personas.
Independencia del INE
De cualquier manera, el INE publicará mañana la última EPA de esta legislatura. Fuentes del Instituto consultadas por La Información explican que el calendario de las estadísticas coyunturales de todo el año (PIB, IPC, EPA...) se fija en diciembre del ejercicio anterior, se comunica a Eurostat y es "inamovible". "Son estadísticas reglamentadas por la Unión Europea y ningún gobierno nacional tiene mano para intervenir", zanja este portavoz que quiere dejar "fuera de toda duda la independencia profesional del Instituto Nacional de Estadística".
Una vez descartado cualquier intento de modificar el calendario del INE, pues retrasar la publicación de la encuesta con el argumento de no interferir en la campaña electoral rozaría el escándalo, y aparcada también la posibilidad de manipular las cifras, a los socialistas solo les queda 'disfrazarlas'. Las opciones son infinitas: desde elegir el dato anual hasta poner el foco en sectores concretos, en el empleo femenino, en la marcha de los contratos indefinidos (en el primer trimestre suele destruirse el empleo temporal que se creó en Navidad)... pasando, por supuesto, por recordar las bondades de medidas adoptadas en estos diez meses de Gobierno como el plan de choque por un trabajo digno o la mayor subida del salario mínimo de la democracia. Los 'viernes sociales' a escena, de nuevo.
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