Votación del techo de gasto

ERC permite a Sánchez dar el primer paso para sus cuentas tras la mesa de diálogo

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, durante su intervención ante el pleno del Congreso de los Diputados. /EFE
El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, durante su intervención ante el pleno del Congreso de los Diputados. /EFE

El primer paso para que haya nuevos presupuestos generales ya se ha dado. El Congreso ha aprobado la senda de déficit y el techo de gasto del Gobierno de Pedro Sánchez para el periodo entre 2020 y 2023, que ha salido adelante gracias a la abstención de ERC. Una postura favorable al Ejecutivo que se produce solo un día después de la primera mesa de diálogo con el Govern catalán. De esta manera, se aprueba un déficit máximo del 1,8% para este 2020, que es la cifra acordada por la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, con las instituciones europeas. Y que allana el camino al pacto de coalición entre PSOE y Unidas Podemos para completar lo que queda de legislatura.

La votación ha salido adelante con 168 síes, gracias al apoyo de PSOE, Podemos y parte del Grupo Mixto, y con 19 abstenciones, entre ellas las de Bildu y ERC. Esta última formación independentista ha valorado su voto neutral como un "voto de confianza" al Ejecutivo tras la reunión del miércoles. En contra ha habido 150 votos, entre los que han estado los de Junts per Catalunya, que a pesar de haber salido con buenas sensaciones de la reuniones entre Gobierno central y Generalitat en Moncloa ha rechazado la propuesta del Ministerio de Hacienda. Ahora, esta cuestión se traslada al Senado, donde previsiblemente no tendrá problemas para salir adelante. 

La aprobación de esta propuesta en el Congreso es la que marca el límite máximo de gasto por parte del Estado y del conjunto de las administraciones públicas, que supone la adecuación de los objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda pública para este año. Desde ahora, el Ejecutivo ya sabe a qué atenerse para elaborar las nuevas cuentas, que serían las primeras desde las correspondientes a 2018, diseñadas por Cristóbal Montoro para el Gobierno del PP de Mariano Rajoy. Aunque este techo de gasto no era el previsto, ya que el pasado año el Ministerio de Economía acordó que el déficit se situaría en el 1,1%. Ahora, y gracias a este 1,8%, podrá tener un margen de gasto de entre 8.500 y 9.000 millones de euros.

La propuesta que salió del Consejo de Ministros también implica los objetivos marcados para los próximos tres años. Concretamente, el déficit de 2021 tendrá un límite de 1,5%, para 2022 no podrá estar por encima del 1,2%, y para 2023 tendrá que bajar del 1% y quedarse como mucho en el 0,9%. Una reducción que recaerá sobre todo en la Administración central y en la Seguridad Social, que solo en este 2020 tendrán que rebajar su deuda en el 0,5% y el 1,1% respectivamente. El resto corresponderá a las comunidades autónomas, que están obligadas a hacer una reducción de al menos el 0,2% para este ejercicio.

Las otras previsiones del Ejecutivo a las que ha dado el visto bueno el Congreso este jueves tienen que ver con la deuda pública, el gasto no financiero y la regla de gasto. En lo que respecta a la deuda, Hacienda se marca el objetivo de reducirla hasta el 89,8% para el año 2023, tras haber conseguido una rebaja de la misma de casi dos puntos al situarla en el 95,5% en el pasado 2019, según datos del Banco de España. En el ámbito de los recursos disponibles para este año, el Estado no podrá gastar más de 127.609 millones de euros, que es un 3,8% más que el anterior ejercicio. Por último, la regla de gasto de este 2020 queda fijada en el 2,9%, y en los tres años siguientes alcanzará el 3%, el 3,2% y el 3,3%. 

JxCat se niega, ERC da "confianza" 

Durante el debate, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que además era la encargada de defender la propuesta, ha recordado que la última senda de estabilidad data del año 2017, que también fue diseñada por Montoro durante el segundo gobierno de Rajoy. Por esta razón, ha pedido el apoyo de la cámara para renovar unas cifras que fueron cuestionados por el Banco de España y la AIReF, además de por los "numerosos cambios en la realidad social". Sin olvidar, además, el distinto talante económico que tiene el Ejecutivo de coalición con respecto a sus predecesores del PP. 

Tras el fin de la sesión en el hemiciclo, el portavoz económico de JxCat, Ferran Bel, ha justificado el 'no' de su formación con que no han obtenido "algo a cambio" para que virasen hacia el 'sí' o la abstención. "No nos habían dicho nada con carácter previo a traer esta propuesto. Pero dijimos que si se solventaban algunas cuestiones que eran gravemente perjudiciales para Cataluña, podíamos plantearnos un cambio", ha defendido el diputado independentista, que ha mencionado expresamente que el Estado aún no ha abonado el IVA correspondiente a 2017 a la Generalitat. 

Una postura que no ha compartido en absoluto ERC, que durante el pleno ha desvelado que finalmente se abstendría. Pero no ha vinculado esta decisión a los objetivos de déficit, sino a la negociación que ya ha comenzado entre Moncloa y el Govern. "Hoy no discutimos el objetivo de estabilidad presupuestaria, sino que damos la oportunidad a esa negociación", ha dicho el diputado republicano Joan Margall, que se ha dirigido a la bancada azul del Gobierno para trasladarles que "les damos margen de confianza para que el diálogo y la negociación pueda avanzar". 

Tras lo ocurrido este jueves en el Congreso, el gobierno de coalición tiene mucho más atado su futuro. La aprobación de la senda de estabilidad es la primera piedra del futuro proyecto de Presupuestos Generales, que Sánchez se marcó como objetivo para finales de verano. Aunque en Moncloa son conscientes de que las elecciones catalanas van a marcar si finalmente pueden presentar sus cuentas este año o si tendrán que esperar al año 2021. Por el momento, los comicios autonómicos solo están anunciados, ya que no hay una fecha marcada para los mismos. 

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