ERC retrasa hasta enero la posibilidad de un pacto para investir a Pedro Sánchez

  • La portavoz republicana, Marta Vilalta, echa un jarro de agua fría a las expectativas de PSOE y UP de tener gobierno en la última semana del año
La portavoz de ERC, Marta Vilalta
La portavoz de ERC, Marta Vilalta
EUROPA PRESS

PSOE y Unidas Podemos tienen cada vez más difícil conseguir que su gobierno de coalición eche a andar antes de que acabe 2019. ERC ha rebajado la expectativas de ambos al señalar que ve "complicado avanzar" en los próximos días en el pacto. Lo que supone, según la formación independentista, retrasar hasta enero ese acuerdo para investir a Pedro Sánchez. Una postura que ya se venía fraguando y que es todo un varapalo a las intenciones de Sánchez y Pablo Iglesias, que no querían esperar a 2020 para empezar a funcionar como Ejecutivo.

La encargada de avisar de que habrá que esperar hasta después de Navidad para que haya gobierno ha sido la portavoz de ERC, Marta Vilalta. Un anuncio que llega solo un día antes de que se celebre la tercera reunión con el PSOE, a la que los socialistas pretendían acudir con el mensaje de que no se dilatase más la convocatoria del debate de investidura. Algo que según Vilalta sea posible porque "el acuerdo está lejos", ya que Ferraz "se ha de mover". "No se puede negociar con prisas. El posible acuerdo probablemente se ha de ir a enero", ha añadido la dirigente de Esquerra.

Esta postura de los republicanos no es nueva. Gabriel Rufián ya avisó de que sería complicado que hubiese un pacto para investir a Sánchez tan temprano. Por un lado, por conseguir arrancar a los socialistas todo lo que pretenden, como una mesa de negociación entre Cataluña y el Estado. Un asunto en el que ambas partes están muy alejadas, ya que aspiran a que sea "entre iguales", es decir, implicando al Gobierno central y al Govern que preside Quim Torra. Pero este desacuerdo en este punto no ha impedido a los de Oriol Junqueras conseguir parte de sus objetivos, ya que han conseguido que el PSOE asuma su discurso de que la situación catalana es un "conflicto político". Otros aspectos que desea ERC es que se fije un calendario y se den garantías de cumplimiento de los acuerdos. Además, insistirán en que no debe haber vetos y se pueda hablar de todo, lo que implica tratar la cuestión de la autodeterminación.

Los recelos de los independentistas republicanos ya provocaron retrasos en los plazos que se impusieron PSOE y Unidas Podemos. La investidura fue fijada por los socios de coalición para la semana 16 de diciembre pocos días después de que Sánchez e Iglesias firmaran el acuerdo. Pero en los últimos días ambos partidos empezaron a deslizar que quizá tendría que retrasarse hasta la semana de Nochebuena. Y en la recepción del 41º aniversario de la Constitución del pasado viernes ya se empezó a hablar de que lo más probable era que habría que esperar hasta la última semana de 2019.

El miedo al adelanto electoral

Aunque la razón principal para que ERC quiera tomarse las cosas con calma es el desgaste social y electoral en Cataluña que podría causarles un acuerdo con el partido de gobierno. La sentencia del procés y los políticos independentistas encarcelados hacen que en parte del movimiento secesionista ya se les critique solo por el hecho de sentarse a negociar con los socialistas. Y alcanzar un entendimiento para investir a Sánchez que no convenza a su electorado puede que se traduzca en una tremenda pérdida de apoyo en las urnas, como temen en el partido. Algo de lo que se aprovecharán Junts per Catalunya, que sigue en una posición mucho más beligerante con respecto a permitir que Sánchez gobierno, y la CUP. 

Ese miedo a que les pase factura está relacionado con la posibilidad de un adelanto electoral en Cataluña impulsado por JxCat. El Govern aún no tiene asegurada la aprobación de sus Presupuestos, que sería lo que permitiría alargar la legislatura. Un asunto del que se está ocupando el sector de ERC en el Ejecutivo catalán, con el vicepresident económico Pere Aragonès a la cabeza de la negociación. El objetivo de Aragonés es convencer al PSC para que le dé los votos que le faciliten sacarlos adelante, evitando así volver a las urnas apenas dos años después de las últimas elecciones. 

Pero, a pesar de que gobiernan en coalición con Esquerra, esto no preocupa al partido de Carles Puigdemont y Quim Torra. JxCat se ha desentendido de las negociaciones para aprobar las cuentas, como admiten fuentes internas consultadas por esta redacción. El reparto de carteras que se llevó a cabo dejó en manos de Aragonès y los suyos 3 de cada 4 euros del presupuesto de la Generalitat. Por lo que, según Junts, todo lo que tenga que ver con la economía debe formar parte de las preocupaciones de ERC.

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