
Pedro Sánchez ha dejado claro que le corresponde a Rajoy formar Gobierno. Y este le ha tomado la mano sin dudarlo señalando que necesita un gobierno estable. Pero el PSOE sabe que con esto resultados (el PP y C's logran cuatro escaños que PSOE y Podemos, y dos escaños más si contamos a IU).
El PSOE puede pretender en un segundo intento lograr pactos para gobernar, pero como ha señalado García Page, el PSOE no va a gobernar a cualquier precio. Y una de las grandes batallas de Podemos ha sido el encaje constitucional de Cataluña, algo que el PSOE ya ha dicho que no va a traspasar. Esa es una de las líneas rojas de Pablo y también de Pedro. El PSOE no va a jugar con la soberanía nacional y tampoco va a poner en cuestión la unidad del país. Puede hablar de reformar la Constitución, pero poco más.
Pablo también habla del derecho de una vivienda digna (algo que ningún partido puede garantizar y Pablo lo sabe), y la defensa a ultranza de la sanidad y educación pública (en estos puntos sí podrían estar de acuerdo).
Que los los ciudadanos revoquen el Gobierno por incumplimiento de programa, y la reforma del sistema electoral también son dos retos demasiado elevados para el PSOE hoy.
Y aunque durante la campaña se ha hablado mucho del pacto de izquierdas, al final las ideas de extrema izquierda no casan con un proyecto de centro izquierda como es el del PSOE.
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