Escalada en la crisis en Líbano, ocupado el ministerio de Medio Ambiente

  • Decenas de jóvenes militantes ocupaban el martes el ministerio libanés de Medio Ambiente, exigiendo la dimisión del ministro, en un contexto de crisis de servicios públicos e inéditas protestas contra la corrupción de la clase política.

"¡Fuera! ¡Fuera el ministro de Medio Ambiente!" gritaban los manifestantes, que se hallaban en un corredor cercano a la oficina del ministro, según la agencia nacional de información (ANI).

Esta inédita escalada en la crisis en Líbano se produce poco antes de que expire el plazo fijado por la campaña ciudadana para obtener la dimisión del ministro. Ese ultimátum fijado por los militantes expira este martes a las 19h00 locales (16H00 GMT).

Uno de los organizadores de la campaña ciudadana "Apestan", Lucien Bourjeily, afirmó a la AFP que los jóvenes no dejarán de luchar antes de la dimisión del ministro, Mohamad Machnuk.

"Si responden a nuestras reivindicaciones antes de la expiración del plazo, nos retiraremos", añadió.

La policía antidisturbios llegó este martes ante el inmueble del ministerio, constataron los corresponsables de la AFP en el lugar, pero no se había producido ningún incidente. La mayoría de los funcionarios pudieron abandonar el edificio sin problemas.

El pasado sábado, decenas de miles de libaneses expresaron en Beirut su rechazo a una clase política juzgada como corrupta e incapaz de ofrecer servicios públicos básicos, en la mayor manifestación jamás organizada por la sociedad civil de este país.

Organizada por el colectivo "Apestan", la campaña comenzó a mediados de julio con la crisis de la recogida de basura por la clausura del más grande vertedero de Líbano, y el amontonamiento de desechos domésticos en las calles de la capital y otras ciudades del país.

Más allá de la crisis de la basura, esta iniciativa demuestra de manera más general el hartazgo de parte de la población por la corrupción endémica, las disfunciones del Estado y la parálisis de las instituciones políticas.

Un cuarto de siglo después del final de la guerra, la electricidad sigue racionada y cada verano el agua escasea por la falta de presas, pese a que Líbano es uno de los países con más precipitaciones de Medio Oriente.

Desde los últimos comicios de 2009, el parlamento ha prolongado en dos ocasiones su mandato y los diputados se mostraron incapaces de elegir un presidente de la República, puesto vacante desde mayo de 2014.

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