La transición pendiente

España legisla con diez años de retraso la mejora energética de edificios y viviendas

  • Fomento ha aprobado un nuevo código de edificación que traspone la directiva comunitaria de 2010 cuando ya existe otra en vigor en la UE desde 2018.
Fotografía operarios de la construcción / EFE
Fotografía operarios de la construcción / EFE

Los gobiernos de España-todos- nunca se han dado mucha prisa para  trasponer las leyes comunitarias a la legislación nacional. Ni siquiera cuando las normas afectan a alguna de las columnas de su acción política como es la transición energética en el caso de próximo Ejecutivo de Pedro Sánchez. La historia se repite una y otra vez desde 2002, con una conclusión: España trabaja con un retraso de más de diez años en la legislación para mejorar la eficiencia energética del parque de edificios y de viviendas, obsoleto y marcado por los excesos del 'boom' del ladrillo. 

El mejor relato del retraso se encuentra en el Boletín Oficial del Estado (BOE) con temas como las normas de edificación. El Ministerio de Fomento aprobó hace unos días un decreto con el nuevo código técnico  que sustituye al de 2006, para el que no existían las nuevas fuentes de energía renovable. El decreto culminaba la trasposición de la directiva de eficiencia energética que la UE aprobó hace diez años (Directiva 2010/31). Es un avance, pero con un pequeño detalle: la realidad va muy por delante. En mayo del pasado año, la UE ya había aprobado una nueva norma de eficiencia energética de edificios (Directiva 2018/844) para convertirlos en sostenibles 100%.

El plazo de trasposición "oficial" de esa última directiva acaba este año 2020 aunque, una vez más, no hay prisa. El decreto recién cocinado por Fomento en diciembre lo recoge expresamente."La Directiva (UE) 2018/844 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de mayo de 2018, no es objeto de trasposición en este real decreto” precisa el BOE. Todo queda, una vez más, para más adelante. No es algo nuevo. La norma comunitaria pionera sobre edificación es del año 2002 y España no la acabó de trasponer hasta 2013 (RD 235/2013). La consecuencia es que el nuevo código recién estrenado nace cojo.

Bandera política

Es un asunto importante porque la mejora de los edificios para ahorrar energía, recortar emisiones, impulsar las renovables, el coche eléctrico y el autoconsumo, es una de las banderas políticas del próximo nuevo Gobierno de PSOE y UP. Así lo recoge el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía Clima (PNIEC) que aún está pendiente de aprobación  final, pero que ha pasado los primeros filtros de Bruselas.

El PNIEC tiene como uno de sus objetivos clave una reducción prevista del consumo de energía primaria de casi un 40% en 2030 y la palanca para lograr el objetivo es actuar con decisión en la rehabilitación del parque de viviendas. En la práctica, el plan presentado por el Gobierno prevé mejorar la envolvente térmica de 1.200.000 viviendas hasta 2030, una acción que tendrá que concretar Fomento en una futura estrategia de rehabilitación a largo plazo. Es una gota en el mar. Y lenta.

Millones de viviendas

En España hay 26 millones de viviendas construidas antes de 2007. La inmensa mayoría son energéticamente ineficientes. Y peor aún: la mitad del parque es anterior al  año 1980 y fue construido sin normativa de eficiencia energética. El resto, excepto quizá las terminadas en la última década, tienen un aislamiento muy pobre. Sin trabajar en su rehabilitación es difícil ahorrar la energía que se propone y en el plazo que se propone. 

La ventaja de que esté todo por hacer es que el campo de acción y sus beneficios en ahorro y creación de empleo es muy amplio. Las recomendaciones de la UE, que a diferencia de las directivas no son vinculantes, apuntan por dónde va a ir el futuro. La que se publicó en 2016 (UE/2016/1318), que tampoco tiene reflejo todavía en la legislación nacional, defiende que las necesidades energéticas de los edificios se cubran con entre el 50% y el 100% de energías renovables según la zona climática. España, por su situación geográfica, está en una posición ideal para aprovechar los cambios.

Las estimaciones del PNIEC en el sector de la construcción son espectaculares. Sin necesidad de construir más, las inversiones en ahorro y eficiencia energética podrían generar entre 42.000 y 80.000 empleos al año hasta 2030.  Los expertos sostienen que hay una gran oportunidad para combinar la transición ecológica con el desarrollo tecnológico. A condición de superar los retrasos en la legislación.

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