De cara a la votación del próximo miércoles

Calvo despliega contactos con ERC y PNV para amarrar un nuevo estado de alarma

Sesión de investidura
Sesión de investidura
EFE

Teléfonos activados. Moncloa ya está en línea con Barcelona y Bilbao con el objetivo de amarrar la votación del próximo estado de alarma. La convalidación del decreto que salga del consejo de ministros, prevista para el próximo miércoles en el Congreso de los Diputados, es decisiva para el Gobierno y el cortejo ha comenzado. Es Carmen Calvo quien está liderando con las primeras aproximaciones. Ayer llamó a Pablo Casado y en las últimas horas ha hablado con Antonio Ortúzar y con Pere Aragonés para sondear el apoyo de PNV y ERC.

Calvo está explorando en estas llamadas la posición de los grupos de cara a la desescalada, según confirman a La Información fuentes del Ejecutivo conocedoras de las mismas. El Gobierno está dispuesto a seguir aplicando el sistema de cogobernanza, pero necesita conocer la disposición de la oposición.

La ronda de llamadas arrancó ayer con Casado. El presidente del PP fue al grano: "No" a prorrogar el estado de alarma y sí a un plan B en el que Génova propone aplicar diferentes leyes: la General de Salud Pública, la de Sanidad, la de Cohesión y la de Calidad del Sistema Nacional de Salud. También la de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública, así como la del Sistema Nacional de Protección Civil. Y la Ley de Seguridad Nacional, más conocida como Ley Mordaza. Aquí el Gobierno no va a encontrar apoyos.

Con Ciudadanos está habiendo avances. Es el propio Pedro Sánchez quien este martes, después del consejo de ministros, ha conversado con Inés Arrimadas. El partido naranja condiciona su 'sí' a una negociación que Moncloa va a mantener abierta. 

Pero con el voto de Ciudadanos no basta. El Gobierno también tiene que sumar a ERC o al PNV, los dos socios de la moción de censura y de la investidura. Moncloa está dispuesta a seguir aplicando medidas en País Vasco, como ya ha hecho con el pase a la fase 1. Y la Generalitat exige la transferencia de decisiones. El nudo gordiano se encuentra en los republicanos, que ya se fueron al 'no' en la última votación entre fuertes divisiones internas.

Otras fuentes del Gobierno se muestran favorables a abrir la cogobernanza a las comunidades autónomas aún más para ganar el 'sí' de estos dos partidos que llevaron a Sánchez a La Moncloa y que hicieron posible el Gobierno de coalición. También tienen claro que la situación de excepcionalidad se tiene que mantener hasta la fase 3, bien a través de una única prorróga por varias semanas del estado de alarma o bien a través de varias consecutivas.

Precisamente este martes, fuentes del Gobierno citadas por Europa Press apuntaban a la posibilidad aprobar una quinta prórroga del estado de alarma que, a diferencia de todas las anteriores, se extienda por el periodo de un mes, hasta finales de junio, en lugar de los 15 días habituales. 

Lo que sí tiene claro el Gobierno es que las estadísticas invitan a ser prudentes. Madrid sigue teniendo un importante número de contagios, lo mismo que algunas zonas de Cataluña. Existe en ambos territorios una diferencia sustancial respecto a las cifras de otros como Andalucía, los dos archipiélagos o el norte peninsular, donde se está avanzando antes. Ese será, explican desde el Ejecutivo, el momento de la verdad: cuando se permitan los desplazamientos entre provincias porque la epidemia haya remitido. Esta situación está prevista para la fase 3.

Moncloa es consciente de que mantener el estado de alarma durante varias semanas más va a requerir también un ejercicio de pedagogía a la población. Ya lo están deslizando algunos cargos gubernamentales en comparecencias públicas. Pero en el comité de desescalada tienen claro que es "lo mejor". Desde el gabinete de Sánchez también miran de reojo a Francia donde Emmanuel Macron trabaja con un calendario en el que se mantiene la situación de excepcionalidad hasta el próximo mes de julio. En Italia será hasta el 31 de ese mismo mes.

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