La flecha del World Trade Center de Nueva York, la pista del equipo de hockey de Washington, edificios en San Francisco, en Dallas y en otros sitios lucieron los colores de la bandera francesa. Miles de personalidades -parlamentarias, del mundo del deporte o del espectáculo- mostraron su solidaridad a través de mensajes de Twitter.
Durante toda la jornada del sábado, ciudadanos estadounidenses depositaron flores ante el local de la embajada francesa en Washington, exhibiendo a menudo su indignación, como fue el caso de Patricia Morehouse, quien ya había acudido al sitio luego de los atentados contra la revista Charlie Hebdo, en enero. "Francia abrió sus fronteras, ¿y es esto lo que recibe a cambio?", protestó.
Se preveían nuevas concentraciones en Washington, delante de la Casa Blanca, y en otras ciudades, como Los Angeles o San Francisco. En la Metropolitan Opera de Nueva York, el coro entonó el sábado La Marsellesa y la bandera francesa fue izada por los jugadores de fútbol americano de la academia militar de West Point.
El contexto político estadounidense, de cara a las presidenciales de fines de 2016, se hizo sin embargo sentir, y los republicanos aprovecharon los atentados en Francia para volver a cargar contra la estrategia de Barack Obama contra el grupo Estado Islámico (EI), a la que ven como deficiente.
"Mientras nuestro comandante en jefe se niegue incluso a utilizar las palabras de terrorismo islámico radical no podremos aunar esfuerzos para derrotar a estos radicales", declaró el senador ultraconservador Ted Cruz, precandidato republicano a la Casa Blanca. Cruz reclamó al mismo tiempo que Estados Unidos suspenda la acogida de refugiados.
"Es una locura recibir refugiados si nuestros servicios de inteligencia no pueden determinar si son o no terroristas llegados al país para asesinarnos", dijo el legislador en Fox News.
Otro precandidato republicano, el gobernador de Ohio John Kasich, vinculó los atentados al flujo masivo de refugiados hacia Europa. "Las causas profundas son las siguientes: la gente debe asimilarse", dijo el viernes durante una reunión política.
"Se trata de un choque de civilizaciones", declaró por su lado Marco Rubio, otro aspirante a la presidencia por los republicanos. "O ganan ellos o ganamos nosotros".
Su rival Jeb Bush llamó a reabrir el debate sobre la inteligencia y el poder de la NSA, la Agencia de Seguridad Nacional, el gran servicio de escuchas mundiales de Estados Unidos.
"¿Cuál es el equilibrio entre nuestras libertades cívicas y la necesidad de seguridad? Debemos tener una conversación sobre estos temas. Yo creo que hemos disminuido nuestras capacidades (militares) justo en el mal momento", declaró durante una entrevista radial en el Hugh Hewitt Show.
Los republicanos critican a Obama por la presunta debilidad de su política en Medio Oriente.
"Esta creciente amenaza marca el fracaso de la política exterior estadounidense, y si la administración no la combate con mayor seriedad nuestro país y nuestro pueblo pagarán un elevado precio", declaró el sábado el senador republicano John McCain.
El magnate Donald Trump, que encabeza los sondeos en la carrera a la investidura por su partido, protestó contra una declaración de Obama difundida pocas horas antes de los atentados en París en la que el presidente estadounidense decía que Washington está "controlando el impulso" del grupo yihadista en Irak y en Siria.
"El presidente Obama debe modificar su estrategia", insistió el sábado en NBC el senador republicano Lindsey Graham, un halcón intervencionista que reclama desde hace meses el envío de tropas para combatir contra el EI.
Graham deploró igualmente que bajo la presidencia de Obama los gastos militares hayan caído. La piedra angular del programa republicano es, precisamente, el aumento del presupuesto de la cartera de Defensa.
"Nosotros (el Congreso, NDLR) somos parcialmente responsables de haber creado las condiciones para este nuevo 11 de septiembre", dijo el legislador, aludiendo a los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Los demócratas, entre ellos la postulante a la presidencia Hillary Clinton, han evitado hasta ahora esa discusión, pero será difícil que se mantengan en esa tesitura durante el segundo debate de las primarias demócratas, en la noche de este sábado.
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