Covid, Filomena, sequía, gas...

Las diez plagas 'bíblicas' que azotan la economía en treinta meses con Sánchez

Cuenta la Biblia que Yahveh dijo que “el corazón del Faraón es obstinado; se niega a dejar salir al pueblo”. Entonces, envió una serie de calamidades, el mismo número de batallas que ha gestionado la coalición.

Pedro Sánchez
Tantos estragos como Egipto: las diez plagas bíblicas del Gobierno de Sánchez.
EFE

Narra la Biblia que el Faraón de Egipto había esclavizado a los israelitas y no permitía que salieran de sus tierras. Yahvé, el dios de Israel, le envió un mensaje a través de Moisés y Aarón para que los dejara salir. Pero “el corazón de Faraón se endureció, y no les escuchó, conforme había predicho Yahvé”, cuenta el libro de Éxodo. Y dijo Yahveh a Moisés: “El corazón de Faraón es obstinado; se niega a dejar salir al pueblo”. Entonces, Yahvé envió al Faraón una serie de calamidades nunca vistas llamadas las Diez Plagas de Egipto. 

Como si fuera una serie de calamidades enviadas por Yahvé a Pedro Sánchez, desde principios de 2020 han caído sobre los españoles una serie de plagas que no estaban previstas ni por el más agudo de los hechiceros. Esas plagas comenzaron a suceder pocas semanas después de que el nuevo gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos accediera al poder a finales de 2019, presidido por Pedro Sánchez. He aquí las calamidades.

1. Pandemia y confinamiento. El 31 diciembre de 2019, China avisó de que había localizado un brote de un nuevo coronavirus. Se le bautizó como Covid-19. El 31 de enero de 2020, Fernando Simón, coordinador de Emergencias de Sanidad, dijo que “España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado” y que esperaba que “no haya transmisión local y en ese caso sería muy limitada y muy controlada”. En febrero de 2020 se detectó el primer caso en España de una persona contagiada con el virus del Covid-19. El 14 de marzo, el presidente Sánchez decretó el estado de alarma y el confinamiento del país, con estrictas medidas que impedían salir de las casas. Dos años después, España ya había registrado 13,3 millones de contagiados y 112.000 fallecidos por el virus. No se incluyen los fallecidos por otras enfermedades y que no pudieron ser atendidos a tiempo a causa del colapso del sistema sanitario. Es, probablemente, la mayor mortalidad en términos absolutos desde la Guerra Civil.

2. Hundimiento del PIB. El producto interior bruto de 2020 cayó un 10,8%. Era la caída más pronunciada desde la Guerra Civil, cuando cayó un 26%. En 2020 retrocedió a cifras de 2016. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), España tardará al menos cuatro años en regresar al nivel de PIB anterior a la pandemia. Este año de 2022 la economía crecerá un 4% y el año que viene un 2%. La recuperación completa será en el primer trimestre de 2024.

3. El temporal de frío. Fue el temporal más intenso de los últimos 50 años. En enero de 2021 se desató una borrasca de nieve y lluvia que dejó más de 600 carreteras afectadas, y centenares de camiones y vehículos atrapados. El ministro de Transporte, José Luis Ábalos, reconoció que Filomena (el nombre de la borrasca) “ha desbordado todas las previsiones”. Muchos municipios de Cataluña, Castilla-La Mancha y Madrid se quedaron sin fluido eléctrico. Otros sin agua caliente y calefacción. Murieron siete personas.

4. Un volcán hace estragos. El 19 de septiembre de 2021 comenzó la erupción volcánica en la isla de La Palma en Canarias. Duró 85 días y provocó la evacuación de 7.000 personas. Se calcula que los daños ascendieron a 843 millones de euros. La lava y la ceniza arrasaron 1.219 hectáreas. Aunque no se registró ninguna víctima humana, afectó a plantaciones, carreteras, edificios y vehículos, así como al medio ambiente, pues el volcán llegó a emitir diariamente hasta 11.500 toneladas de dióxido de azufre a la atmósfera. Casi 3.000 construcciones resultaron destruidas.

5. La pertinaz sequía y el voraz incendio. Según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en julio pasado los embalses españoles tenían el volumen de agua para consumo humano en su nivel más bajo en una década: un 37,9% de su capacidad. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) exhibe peores cifras: mayo, junio y julio de 2022 ha sido el trimestre más seco en España desde hace 57 años, cuando comenzaron los registros. En algunas localidades de Galicia y Cataluña, para garantizar el consumo humano, se están imponiendo restricciones al llenado de piscinas, duchas en playas y lavado de coches. Por supuesto que a una pertinaz sequía sigue un voraz incendio. Hasta mitad de agosto de este año de 2022 se había calcinado la misma superficie de España que en los cuatro años anteriores. El satélite Copernicus calcula que se han achicharrado 271.528 hectáreas, unas 50.000 más que de los meses de enero a agosto de 2018 a 2021. El satélite ha observado en España 391 fuegos. Según la Comisión Europea, esa cifra supera a 2012, el año más incendiario y el peor de este siglo XXI. Muchos bomberos están alarmados porque nunca habían visto fuegos tan implacables.

6. Los combustibles. En julio de 2022, España sufrió los precios de la gasolina y el diésel más elevados de su historia: más de dos euros por litro de combustible. En seis años, el precio del litro de gasoil, que es el combustible más usado en España, se ha duplicado, pues ha pasado de 1,038 euros en 2016 a 2,039 euros, que marcó en junio de 2022. La subida del combustible ha impactado en toda la cadena de transporte hasta el consumidor final. Para mitigar esta subida, el Gobierno subvenciona los combustibles desde el 1 de abril de 2022 con veinte céntimos por litro. Los analistas más catastrofistas hablan de que el litro de combustible podría alcanzar los tres euros a finales de año. Por ahora, no se están cumpliendo sus presagios porque en agosto han bajado a niveles de marzo, y por debajo de los dos euros. Pero nadie tiene la bola de cristal perfecta, y con una guerra imprevista en plena Europa, los precios podrían alcanzar cotas extraordinarias.

7. La luz, disparada. El primer aviso en el recibo de la luz llegó con la borrasca Filomena en enero de 2021, cuando el precio medido en megawatio-hora (MW/h) marcó su nivel más alto en muchos años: 70 euros. En mayo de ese año volvió a superar los 70 euros y a partir de ese momento mantuvo su ascenso llegando a 294 euros MW/h en marzo de 2022. En algunos días de ese mes, llegó a marcar 544 euros. Para las familias, eso significaba que estaban pagando el kilowatio a un precio que era cinco veces más de lo que pagaban de media hasta 2019. El Gobierno de Pedro Sánchez ha pedido malabarismos a los españoles, como limitar los aires acondicionados, apagar escaparates y mantener cerradas las puertas de los comercios. Buena parte de esos incrementos de precios tienen que ver con la guerra en Ucrania, que ha presionado al alza el precio del gas. Y otra parte se debe al diseño del sistema español de producción de energía: al apostar mucho por las fuentes renovables (solar, eólica, hidráulica), y cerrar centrales nucleares, en el momento en que falta viento, hay días cortos y nublados, y se prolongan las sequías, entran en funcionamiento las costosas plantas de gas. Eso pasa factura a todo el sistema, hasta el consumidor final.

8. El paro que se avecina. Las cifras de desempleo se mantuvieron en niveles moderados durante la pandemia y el confinamiento debido a que el Ministerio de Trabajo puso en marcha un mecanismo llamado ERTE que permitía a los trabajadores estar en sus casas recibiendo ayudas del Estado, sin que su contrato de trabajo hubiera finalizado. Otros, hacían jornadas reducidas. Poco a poco, con la recuperación económica mundial y española, las cifras fueron mejorando. Pero todo esto puede cambiar al final del verano. Se anuncian despidos históricos. Ya en julio la cifra de parados subió en 3.230 personas, la peor cifra de julio desde 2008. Sumamos 2.883.812 desempleados. En la tercera semana de agosto, el Ministerio de la Seguridad Social compartió una estadística experimental elaborada con los primeros datos del mes, según la cual la afiliación media se reducirá en 187.000 personas en agosto. Ha habido meses de agosto peores, pero todo indica que la tendencia laboral está extinguiendo su ímpetu y comenzará el declive.

9. Los tipos de interés de las hipotecas. La bienaventuranza de tipos de interés “cero” o negativos no podía durar para siempre. Desde hace pocos meses, los tipos de interés han vuelto a subir. El Banco Central Europeo subió el interés al 0,5%. El euríbor, que es la medida que se emplea para conceder las hipotecas, alcanzó esta semana que termina al 1,229%, el nivel más alto en diez años. Y es más que seguro que siga subiendo porque la inflación en toda Europa ha llegado a niveles no vistos hace décadas: 8,9%. Según el portal Euribor.com, una hipoteca de 180.000 euros a 25 años que se revise anualmente pagará 131,93 euros más cada mes. El BCE ha anunciado que seguirá subiendo los tipos de interés.

10. La inflación. Este indicador es la madre de todas las plagas. En España ascendió en julio pasado al 10,8%. Si se mantiene esta tendencia hasta finales de año, o empeora por la guerra en Ucrania, por la falta de suministros y por la sequía, podría tener un impacto desconocido en la economía. Para empezar, el Gobierno estará obligado a actualizar las pensiones en noviembre. Puesto que aprobó una ley en 2021 para subirlas según la inflación, el coste anual añadido será de más de 14.000 millones de euros. El Pacto de las Rentas, del que se viene hablando desde hace meses, requerirá de mucha capacidad de convencimiento para que los trabajadores moderen sus salarios con un IPC tan elevado. La Comisión Europea predice que la inflación en España este año cerrará en el 8,1%, y Funcas, en el 8,8%. Una familia que tuviera 10.000 euros en el banco, perderá más de 800 euros de poder adquisitivo. Los expertos pronostican que, a partir de septiembre, los españoles verán una oleada de subidas de precios, desde el café hasta el aceite. Y a ello podría seguir una oleada de protestas, paros y manifestaciones. Se habla incluso de elecciones anticipadas. Será la peor plaga de Yahvé.

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