Eta. Los dos etarras detenidos con informaciones sobre concejales aseguran que no iban a atentar contra ellos


Los dos presuntos etarras Xabier Rey y Aurken Sola aseguraron hoy en el Audiencia Nacional que no pretendían utilizar para cometer atentados las informaciones sobre varios políticos y miembros de las fuerzas de seguridad de Navarra que tenían en su poder cuando fueron detenidos.
Rey y Sola, que se negaron a contestar a las preguntas del fiscal, dijeron que la dirección de la banda terrorista no les dio ninguna orden para atentar y añadieron que ellos no tenían “capacidad para decidir” por su cuenta.
Los dos acusados, que reconocieron ser miembros de ETA, hicieron estas declaraciones en el juicio que la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional está celebrando contra ellos.
El fiscal encargado del caso, Pedro Rubira, pide 39 años de cárcel para Rey y Sola al acusarles de delitos de pertenencia a banda armada, depósito de armas, tenencia de explosivos y conspiración para cometer asesinatos terroristas.
Entre las personas sobre las que tenían informaciones se encontraban el alcalde de Burlada (Navarra), José Muñoz, del PSN; los concejales de la localidad Inmaculada Egea y José Enrique Escudero, ambos de UPN, y la edil del PSN Silvia Rosa Velázquez. También manejaban información sobre un escolta, un guardia civil y un agente de la Policía Nacional.
Los acusados aseguraron que ellos no se habían encargado de recoger estos datos, sino que les fueron entregados por una persona a la que no identificaron. El fiscal asegura que esta persona es el que fuera jefe de comandos de ETA, Garikoitz Aspiazu, alias "Txeroki", con el que sostiene que mantuvieron varias reuniones en Francia.
Tanto Rey como Sola aseguraron que la labor que les había encargado la dirección de la banda terrorista era únicamente la de verificar si las informaciones que les habían entregado eran ciertas o no.
LA NOVIA DEL ETARRA
Si bien Rey y Sola reconocieron su pertenencia a ETA y su implicación en los hechos, ambos negaron tajantemente haber recibido el apoyo de los otros dos acusados en el juicio, Araitz Amatria –pareja sentimental del primero- y Sergio Boada. Rey señaló que el comando sólo lo formaban él y Sola y que nadie colaboró con ellos.
Este acusado aseguró que nunca le dijo ni le sugirió a su novia, con la que compartía piso en Pamplona, que fuese miembro de ETA. En este sentido, explicó que disimulaba delante de Amatria cuando tenía que realizar alguna labor terrorista y que ponía excusas como que tenía “que ir de escalada, al monte o al pueblo”.
La propia Amatria reiteró esta versión de los hechos en su declaración ante el tribunal. “No sabía que mi novio era etarra”, dijo ante las preguntas del fiscal Rubira, aunque señaló que sí sabía que Rey “era partidario de la lucha armada”, porque así se lo dijo “hablando de la situación política de Euskal Herria, porque era un problema de la tierra en la que vivimos”.
Amatria también reconoció que con el tiempo empezó a sospechar que su novio le estaba engañando debido a su comportamiento esquivo, pero afirmó que sólo cuando fue detenida ató cabos y comenzó a pensar que Rey era efectivamente miembro de ETA.
Rey también trató de exculpar a su pareja con respecto al piso que unos tíos suyos tenían en la localidad vasco-francesa de Hendaya y que según el representante del Ministerio Público les prestó para cuando tenían que desplazarse a Francia a reunirse con dirigentes de la banda terrorista. Tanto Rubira como la policía sostienen que incluso llegaron a mantener en ese piso una reunión con jefes etarras en octubre de 2008, pocos días antes de ser detenidos.
El acusado dijo que su novia le prestaba este piso cuando tenía que ir a visitar al etarra Iñaki Esparza, quien se encontraba preso en Burdeos y con el que tenía una relación de “gran amistad”. Amatria se expresó en el mismo sentido.
MIEMBROS DE ASKATASUNA
Sola y Rey también intentaron exculpar a Sergio Boada, del que dijeron que no sólo no les prestó ningún tipo de ayuda para sus actividades terrorista, sino que ni siquiera tenía conocimiento de que eran etarras.
Rey dijo conocer a Boada “del barrio” y por su trabajo en Askatasuna, la organización de apoyo a los presos de ETA ilegalizada por el Tribunal Supremo. El propio Boada negó haber colaborado nunca con ETA ni saber que Rey y Sola eran miembros de la banda terrorista.
El fiscal Rubira pide ocho años de cárcel y multa de 122.524 euros para Boada y Amatria. Rey y Sola fueron detenidos el 27 de octubre por la Policía Nacional y en en sus domicilios se encontraron dos revólveres detonadores, fiambreras, munición y material explosivo, además de numerosos documentos, tanto digitales como en soporte físico, sobre la banda terrorista.
Al día siguiente fueron detenidos Boada y Amatria, esta última en Valencia, donde se había desplazado para realizar un curso sobre páginas web, según explicó en el juicio.
En la sesión de hoy también declararon varios miembros de la Policía Nacional que participaron en la investigación de los hechos y en la detención de los acusados. El juicio continuará mañana, viernes.

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