Eurodiputados piden una investigación de la matanza en Paraguay en 2012

  • El eurodiputado español Willy Meyer (IU) y otros 12 europarlamentarios han solicitado una investigación independiente sobre la matanza ocurrida en 2012 en la localidad paraguaya de Curuguaty, unos 250 kilómetros al este de Asunción, al considerar que se están produciendo "graves irregularidades".

Bruselas, 19 abr.- El eurodiputado español Willy Meyer (IU) y otros 12 europarlamentarios han solicitado una investigación independiente sobre la matanza ocurrida en 2012 en la localidad paraguaya de Curuguaty, unos 250 kilómetros al este de Asunción, al considerar que se están produciendo "graves irregularidades".

"Nos preocupa la falta de imparcialidad e independencia en los procedimientos de investigación de los hechos ocurridos", afirman los eurodiputados en una misiva dirigida a la comisión interamericana de derechos humanos (CIDH) y fechada este jueves.

"Expresamos nuestra profunda preocupación por las graves irregularidades en el comportamiento del Ministerio Público, de la magistratura y de las fuerzas del orden", añaden.

Los parlamentarios, procedentes de España, Francia, Alemania, Dinamarca, Portugal, Irlanda, Grecia y Holanda, solicitan una investigación independiente para esclarecer los hechos que llevaron a la matanza de 17 personas (11 campesinos y seis policías) y a la destitución del ex presidente Fernando Lugo.

Reclaman asimismo que se investiguen las denuncias de las víctimas que aseguran que se produjeron actos de tortura, detenciones arbitrarias, y ejecuciones extrajudiciales.

"Solicitamos a la CIDH que inste al Estado a suspender el juicio relativo a este caso, hasta que se determine la titularidad de la tierra en el proceso judicial en curso", agregan.

La matanza de Curuguaty se produjo cuando la policía intentó desalojar a campesinos que habían ocupado una finca de la localidad que querían que formara parte de la reforma agraria.

Varios campesinos fueron detenidos, acusados de intento de homicidio por la muerte de seis policías en la masacre, pero sigue sin haber imputados por la muerte de los 11 labriegos que fallecieron en el enfrentamiento.

Los sucesos llevaron a la destitución una semana después por parte del Congreso del entonces presidente, Fernando Lugo, tras un controvertido juicio político, y al nombramiento en su lugar de Federico Franco, del Partido Liberal.

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