Evo Morales mantiene su agresiva campaña por el reférendum pese a críticas

  • Con el país polarizado por su intención de ser reelegido, el presidente boliviano, Evo Morales, mantiene su agresiva campaña a favor del sí en el referéndum para reformar la Constitución, pese a las críticas de la oposición y amonestaciones del Tribunal Electoral por utilizar recursos públicos.

Morales, que comenzó a gobernar en 2006, tras arrollar a la derecha en las urnas, acaba de empezar su tercer mandato pero busca un cuarto período (2020-2025) a través de una nueva reforma de la Carta Magna en un referendo el próximo 21 de febrero.

Con todo el aparato gubernamental a su disposición, el mandatario pisó el acelerador a fondo para promover el apoyo al cambio legal que le permitiría candidatearse nuevamente en las elecciones presidenciales de 2019.

El gobernante, que mantiene su fuerte presencia en actos públicos, no tiene ningún empacho en pedir directamente el Sí a la reforma constitucional, lo que le ha valido un aluvión de críticas y reclamos de la oposición y hasta del propio Tribunal Electoral.

"Hemos presentado 17 denuncias contra el gobierno ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE) sobre violaciones (a las normas) electorales y nos las han rechazado todas", aseguró este jueves a la AFP la diputada opositora Norma Piérola.

Morales no parece inmutarse por los reclamos. Respondió en tono desafiante en un reciente acto que "aunque el Tribunal Supremo Electoral me castigue, no importa". El mandatario luego se disculpó, aunque no amainó su campaña política.

El TSE le advirtió que "ningún servidor público podrá realizar campaña o propaganda electoral en actos de gestión pública o utilizando recursos públicos", recordando una norma que el tribunal publicó en noviembre.

"Siendo Ud. el primer servidor público del Estado, asumimos a plenitud su responsabilidad de cumplir estrictamente con lo establecido en la norma electoral vigente", señala la carta remitida por dicho tribunal a Morales esta semana.

La pugna tiende a avivarse, pues desde el 21 de enero se aplicará una disposición que reduce a 15 minutos el tiempo permitido para la transmisión de actos oficiales de entrega de obras. El gobierno apeló esa disposición y el asunto se dilucida ante el Tribunal Constitucional.

"El TSE no trabaja para complacer o desagradar a nadie", respondió Antonio Costa, vicepresidente de ese organismo, a la ministra de Comunicación, Marianela Paco, quien acusó a ese organismo de poner "en riesgo la libertad de expresión".

"No estoy seguro de que se trate de un conflicto real. Una parte es cierta y otra parece ser algo artificial", comentó a la AFP el analista político Jorge Lazarte.

Si bien es necesario frenar el abuso que el oficialismo hace de los recursos públicos, lo que despierta sospechas en Lazarte es la debilidad mostrada por el TSE.

"Tanto el gobierno como el TSE se están jugando su destino en el próximo referendo por distintas razones. Uno para quedarse y el otro para convencer (a la opinión pública) de que es independiente", aseveró Lazarte, ex alto funcionario electoral.

La diputada opositora Piérola advierte que el pulso no es nada más que "un show", pues asegura que el "TSE está supeditado al gobierno y al presidente Morales".

Entre tanto, los sondeos previos no parecen sonreírle a Morales, pues una encuesta de la red de televisión ATB reveló que el 50% de los bolivianos rechaza la reelección, frente al 45% que la aprueba, mientras Morales aspira a ganar con el 70%.

Con ese panorama de intención de voto, la campaña oficialista recurrió al temor, alertando sobre una crisis política y económica, si se rechazara la reforma constitucional.

"El gobierno se está jugando el todo por el todo en este referendo", lo que queda explicado por la estrategia de "espantar al país, si pierde la consulta, con imágenes apocalípticas sobre lo que podría pasar", subrayó el analista Lazarte.

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