Ex líder talibán cree que no habrá paz mientras haya tropas extranjeras

  • Kabul.- El mulá Muttawakil, el último ministro de Exteriores de los talibanes antes de la caída del régimen, cree que no habrá paz hasta que las tropas extranjeras se vayan de Afganistán y que las elecciones del pasado fin de semana no resolverán el conflicto que sufre el país.

Mueren nueve soldados de la ISAF al estrellarse un helicóptero en el sur afgano
Mueren nueve soldados de la ISAF al estrellarse un helicóptero en el sur afgano

Kabul.- El mulá Muttawakil, el último ministro de Exteriores de los talibanes antes de la caída del régimen, cree que no habrá paz hasta que las tropas extranjeras se vayan de Afganistán y que las elecciones del pasado fin de semana no resolverán el conflicto que sufre el país.

"Teníamos un Gobierno (talibán) y los extranjeros lo atacaron con una guerra desequilibrada. Rechazaron a los talibanes y les quitaron sus derechos políticos. Son los extranjeros quienes han traído la actual guerra", asegura.

Antiguo secretario del mulá Omar, Wakil Ahmad Muttawakil decidió quedarse en el país durante la invasión de las tropas de EEUU, en el año 2001, y tras tres años preso, vive hoy sin llamar la atención en un barrio kabulí de calles sin asfaltar.

Muttawakil sigue siendo a todas luces un talibán, pero sus modos mesurados le han situado como un "moderado del integrismo", y su nombre salta a la palestra cada vez que EEUU o el Gobierno afgano mencionan la necesidad de dialogar con la insurgencia.

Ahora, dice en una entrevista con Efe, está contento por la retirada de su nombre de la lista de personas asociadas con el terrorismo del Consejo de Seguridad de la ONU, un gesto que los analistas ven como una señal de deshielo para negociar con los insurgentes.

Aunque asegura que no tiene contacto con el mulá Omar, en paradero desconocido, y niega cualquier apoyo de Pakistán al movimiento, los analistas especulan con que el mulá Muttawakil pueda servir como una especie de "mediador" talibán en la capital afgana.

Sobre las elecciones celebradas en su país, el ex dirigente talibán cree que "no van a resolver los problemas afganos" y quedan limitadas a "la parte que controla el Gobierno" que dirige Hamid Karzai.

"El problema entre el Gobierno y los talibanes es de confianza. Los talibanes dicen que este proceso de paz no es de reconciliación sino de integración. Con él, intentan atraparnos para separarnos", se queja.

Para Muttawakil, "una forma de lograr confianza es cerrar cárceles (cómo la de Bagram en Irak o la de Guantánamo), liberar a los presos y eliminar las listas negras (de terroristas en instituciones internacionales). Ese será un fuerte mensaje (desde Occidente) de que se quiere dialogar con los talibanes".

El ex ministro negó categóricamente que existan contactos entre el Gobierno afgano y lo talibanes, ni "cara a cara" ni "en secreto".

Y admite que los dos bandos enfrentados en Afganistán, el Gobierno y los talibanes, cuentan con apoyo del exterior que desaparecerá cuando se logre la paz.

"Ambos bandos tienen extranjeros: los talibanes afganos tienen un apoyo extranjero, Al Qaeda. El Gobierno afgano tiene a su lado las tropas extranjeras. Cuando llegue la paz los afganos tendrán su propia unidad y los socios de guerra dejarán Afganistán, porque no los necesitaremos", sentencia.

Al ser preguntado sobre si mantiene relaciones con el mulá Omar, uno de los hombres más buscados después de Bin Laden, Muttawakil es tajante: "el mulá Omar se escondió, al igual que otros talibanes de alto rango. Hay gente siguiendo su pista. No tengo ningún tipo de contacto con él (...) Él es un gran hombre que se preocupó ante todo por lograr la unidad de Afganistán".

En opinión del mulá, los talibanes tienes dos objetivos claros, que "se vayan las tropas extranjeras de Afganistán" y constituir "un Gobierno islámico en Afganistán", ya que "el Gobierno actual es musulmán, pero no islamista", subraya.

Muttawakil se queja además de que la "mala prensa" que rodeó a los talibanes en relación con su actitud con respecto a la discriminación de la mujer o a la prohibición de costumbres occidentales que consideran contrarias al Islám.

Aclara, a este respecto, que "no estábamos contra la educación femenina, sino a favor de una educación segregada. Y la música fue prohibida sólo temporalmente. Estábamos muy ocupados en terminar la guerra afgana y lograr la unidad del pueblo. No tuvimos tiempo para decidir sobre la música".

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