Exapoderado Madres acusa a Bonafini de cambiar principios por defensa partido

  • Sergio Schoklender, exapoderado de la fundación Madres de Plaza de Mayo liderada por Hebe de Bonafini, afirma que su antigua protectora cambió sus principios por la defensa del partido en el poder y pronostica la desaparición de la organización por su distanciamiento del Gobierno.

Mar Marín

Buenos Aires, 23 dic.- Sergio Schoklender, exapoderado de la fundación Madres de Plaza de Mayo liderada por Hebe de Bonafini, afirma que su antigua protectora cambió sus principios por la defensa del partido en el poder y pronostica la desaparición de la organización por su distanciamiento del Gobierno.

Acusado de malversación de fondos públicos en la causa que investiga irregularidades en la Fundación Madres de Plaza de Mayo, quien fuera la mano derecha de Bonafini durante 16 años carga, en una entrevista con Efe, contra el Ejecutivo y contra su antigua jefa y protectora.

Se considera un "chivo expiatorio" y por eso se decidió a publicar un libro, "Sueños postergados", escrito con la ayuda de un periodista y en sólo 15 días, para denunciar prácticas corruptas y destapar el lado más oscuro de Bonafini.

"Es la punta del iceberg de los 16 de años de lucha junto a las madres". "No es una amenaza", aclara.

Es difícil que Schoklender se salga del guión del libro. Asegura que el expresidente Néstor Kirchner no habría permitido que Bonafini se viera en apuros.

Tras la muerte de Kirchner -en octubre de 2010-, su esposa y sucesora, Cristina Fernández, "entra en una profunda depresión. Se pasa tardes enteras llorando con Hebe, juntas, abrazadas".

Sin embargo, cuando en mayo pasado estalla el escándalo de corrupción en la Fundación, la presidenta marca distancias con Bonafini y "ahora, ni le contesta el teléfono".

"Cristina se va desmarcando, nunca va a permitir que procesen a Hebe, algo van a inventar, pero dejándola sola". Además, "qué político junta ahora votos con Hebe", se pregunta.

Considera que Hebe de Bonafini "dejó de defender los principios para terminar defendiendo a un partido" y que, sin el favor del Gobierno, su agrupación terminará por "ir desapareciendo".

Conoció a Bonafini en la cárcel donde cumplió 14 años de condena por el asesinato de sus padres y, cuando salió, en 1996, se convirtió en su sombra con fructíferos resultados para ambos: Madres superó los límites de una ONG y se transformó en una gran empresa que abarca una universidad, una radio, imprime folletos, libros y hasta construye casas.

Es precisamente el proyecto de viviendas "Sueños compartidos" el que da al traste con las ambiciones de Bonafini y pone en aprietos a Schoklender.

"Hebe ha estado mal asesorada por (el exjefe de Gabinete) Aníbal Fernández. El Gobierno le dice que tome distancia y que cargue las culpas sobre mí", denuncia.

"Ella era casi una madre para mí y de la noche a la mañana me repudia, olvidándose de una gran cantidad de situaciones".

Situaciones como atracos para financiar la organización, ocultar armas o contactar con guerrillas latinoamericanas como las FARC.

"No le voy a contar dónde ni cómo (se produjeron los atracos) porque mañana terminaría declarando en tribunales", dice.

Tampoco detalla el origen de las armas: "En estos países las consigues a la vuelta de la esquina".

"Claramente fue un error", reconoce, pero "me vi obligado a sostenerla (a Bonafini) como icono de la lucha por los derechos humanos". "Sostuve un icono con pies de barro, y como todos los iconos, cuando caen, se nos caen encima".

Argumenta que se distanció de Bonafini a raíz de su enfrentamiento con el Gobierno por su negativa a pagar sobornos y afirma que "en Argentina, ningún funcionario vive del sueldo nominal".

"Yo aceptaba que necesitaran hacer caja para sobresueldos, para hacer política, pagar micros (autobuses), llevar gente como ganado para aplaudir en actos... pero si se tienen tantas cajas, no saquen de donde más se necesitaba(..) Si están las megaobras, no saquen del presupuesto para villas, asentamientos, comedores escolares".

Los problemas para la Fundación, continúa, se agravan con la muerte de Kirchner: "nos quedamos sin interlocutor" y "se abrieron tres meses de un vacío de poder y descontrol absoluto".

"Son dos estilos distintos de gobernar. Kirchner levantaba el teléfono, llamaba y resolvía. Cristina Fernández hace llamar y se va rodeando de un grupo de chicos lindos de La Cámpora", la organización juvenil impulsada por Kirchner, que "son jóvenes sin ninguna experiencia y absolutamente corruptos", denuncia.

En el futuro, "la organización de Hebe va a ir desapareciendo", pronostica Schoklender mientras prepara su autodefensa en la causa por malversación, que cuenta ya con 96 imputados -entre ellos su hermano Pablo y la hija de Hebe de Bonafini- y 140 empresas investigadas.

En ningún caso contempla su regreso a prisión, pero "si tuviera que volver, sería una etapa más en mi vida. Todo pasa", concluye.

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